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¿Por qué en una cuchara nos vemos al revés?

ciencia cotidiana

La imagen reflejada en una cuchara cambia según el lado en el que nos miremos debido a su forma

¿Por qué nos reflejamos en los espejos?

Un retrato reflejado en una cuchara Adobe Stock
Pedro Gargantilla

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Los primeros espejos de los que tenemos noticia aparecieron hace más de 3.500 años y se elaboraron sobre un metal que era sometido a un proceso de pulido para que quedara lo suficientemente brillante. Los espejos prehistóricos eran casi siembre de cobre, si bien, en algunas ocasiones nuestros antepasados los fabricaron en plata.

Con el paso del tiempo, a medida que la humanidad fue caminando por la senda del progreso, los espejos dejaron de fabricarse con metales pulidos y pasaron a ser elaborados en vidrio. Tiempo después se alumbró el primer espejo moderno tal y como lo conocemos actualmente, confeccionado con una capa de azogue en la parte trasera del vidrio.

Por su parte, los orígenes de la cuchara se pierden en la noche de los tiempos cuando el hombre primitivo buscaba herramientas que le ayudasen a ingerir alimentos, de esta forma los hombres de la prehistoria idearon unas cucharas primigenias a partir de conchas de moluscos.

De hecho, etimológicamente la palabra cuchara procede del vocablo latino cochlea, que significa caracol, esto se debe a que fue el caparazón del caracol o de otros moluscos -como las conchas o las ostras- los primeros utensilios que aparecieron en las mesas de los hombres del Paleolítico. Con la ayuda de aquellas originales cucharas consiguieron degustar por vez primera la sopa sin que se les escurriera entre los dedos.

Muy posiblemente las comunidades prehistóricas del interior, privadas de la posibilidad de conseguir moluscos, se valdrían de cortezas, huesos y algunas otras materias primas para satisfacer sus necesidades gastronómicas.

Imágenes invertidas

Volviendo a los espejos, los más comunes son los planos. Están fabricados de una superficie plana y reflectante en la que la luz es reflejada de tal forma que los rayos de luz se conserven, esto significa que la imagen reflejada se ve como si estuviera detrás del espejo, pero con los lados izquierdos y derecho intercambiados.

Ahora bien, si el interior de la superficie esférica es la superficie reflectante se dice que es cóncavo –como la parte interior de un cuchara-, mientras que, si la porción exterior es la superficie reflejante, el espejo es convexo –como la parte exterior de una cuchara-.

Más de una vez hemos visto reflejado nuestro rostro en la cara interna de la cuchara, que al tratarse de un espejo cóncavo los rayos de luz que proceden de nuestro rostro rebotan en la punta y salen reflejados hacia abajo.

Los que proceden de la barbilla van a parar a la parte más cercana del mango y envían la luz hacia arriba. Por lo tanto, nuestro ojo recibe la luz que viene arriba en la parte de abajo y viceversa, en definitiva, la imagen se encuentra invertida.

De alguna forma podríamos decir que cada punto de la cuchara, debido a su curvatura, se comporta como un diminuto espejo plano y el conjunto nos proporciona una imagen invertida.

Sin embargo, si nos miramos en la parte convexa de la cuchara, el resultado es muy diferente, nos vemos más pequeños, deformados y con menor nitidez, debido a la dispersión de los rayos de luz que se producen en ella y porque, además, la dispersión de los rayos no es uniforme.

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