Un ciclón del tamaño de Europa que dura más de cinco años
Localizada en Saturno, nunca antes había sido detectada una tormenta de tanta duración en los planetas gigantes del Sistema Solar
Imagine una tormenta tan grande que cubra toda Europa y que persista durante más de cinco años. Este infierno meteorológico ha sido seguido por investigadores de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) en Saturno. Los científicos aseguran que el ciclón, que han podido observar a través de imágenes de la sonda Cassini, es el de mayor duración detectado hasta ahora en los planetas gigantes del Sistema Solar.
“Los ciclones -donde el viento gira en el mismo sentido que lo hace su planeta- no suelen durar mucho, por lo que nos llamó la atención encontrar uno que permanecía durante varios años en Saturno”, explica a SINC Teresa del Río-Gaztelurrutia, primera autora del estudio e investigadora del Grupo de Ciencias Planetarias de la UPV/EHU.
El equipo comenzó a seguir al ciclón en 2004, año en el que la sonda Cassini (NASA-ESA-Agencia Espacial Italiana) empezó a enviar imágenes desde Saturno. Desde entonces hasta 2009, los científicos han confirmado la persistencia de este gigantesco ciclón, de un tamaño similar al continente europeo. El diámetro de su vórtice (óvalo circulatorio de la perturbación) llega a superar los 4.000 kilómetros.
El equipo ha analizado la morfología del ciclón, la estructura de las nubes y su dinámica, además de crear un modelo de la circulación interna del ciclón y su interacción con los vientos externos mediante simulaciones matemáticas. Los resultados se han publicado recientemente en la revista Icarus.
A casi 250 kilómetros por hora
Medir los vientos internos del vórtice resulta muy difícil debido al bajo contraste de las imágenes, pero los investigadores han logrado detectar que son “poco intensos” si se comparan con el propio movimiento del ciclón. El colosal torbellino se desplaza a 245 km/h arrastrado por una intensa corriente en chorro, mientras que el valor máximo del viento en su periferia es de 72 km/h.
“Otro motivo de atención fue su aspecto visual, que recuerda mucho a la Gran Mancha Oscura de Neptuno , que, como la Gran Mancha Roja de Júpiter, es un anticiclón”, apunta Teresa del Río. Los vientos de los anticlones giran en sentido contrario a la rotación del planeta y son mucho más estables.
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