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Qué ha cambiado Elon Musk en su cohete Starship para que esta vez no acabe explotando

SpaceX intentará por segunda vez lanzar su vehículo espacial, el más potente y grande jamás construido

Amputaciones, gente en coma y una muerte: salen a la luz más de 600 accidentes de trabajadores durante la carrera espacial de Elon Musk

Cohete de Elon Musk: horario del lanzamiento del Starship y dónde verlo en directo hoy

El cohete Starship sobre la rampa de lanzamiento SpaceX
Patricia Biosca

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El segundo vuelo de prueba del 'monstruo' Starship, un cohete con nave incorporada que mide la friolera de 120 metros (de hecho, es el más grande y potente jamás creado), se producirá como muy pronto este sábado (y no el viernes como estaba planeado, debido al reemplazo de una pieza a última hora). Finalmente la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) da su visto bueno: «La FAA ha otorgado autorización de licencia para el segundo lanzamiento del vehículo SpaceX Starship Super Heavy. La agencia ha determinado que SpaceX cumple con todos los requisitos de seguridad, medio ambiente, políticas y responsabilidad financiera», señalaba el organismo en un comunicado. Si por condiciones de mal tiempo no se lograra lanzar el sábado, tendrían una posibilidad más el domingo 19.

La prueba viene precedida tras una primera intentona el pasado 20 de abril. El primer y corto viaje despegó desde Boca Chica (Texas, EE.UU.), donde SpaceX tiene su base de lanzamiento y desde donde volverá a probar suerte de nuevo este sábado a las 14 horas (en España). Allí, el imponente Starship con sus dos etapas integradas (por un lado, la base llamada Super Heavy, de 70 metros de altura y formada por 33 motores Raptor; por otra, la nave Starship, de 50 metros, con tres Raptor principales más otros tres secundarios y que recibe el mismo nombre que todo el vehículo integrado) despegó por primera vez montado por completo (ambas partes habían volado con anterioridad, pero por separado, nunca integradas).

Todo iba según lo previsto hasta que a los tres minutos, cuando estaba previsto que se separaran, la nave al completo empezó a girar erráticamente. Tras unos segundos agónicos, finalmente el vehículo espacial acababa explotando, ante la mirada de cientos de curiosos que se habían desplazado hasta las inmediaciones de las instalaciones para ver la prueba. Tal y como luego se confirmó, el principal problema residió en el sistema de separación de las etapas, que no funcionó correctamente.

No fue el único contratiempo: se pudo ver cómo varios cohetes Raptor no llegaron a encenderse, aparte de que la potencia del cohete provocó serios daños en la plataforma de lanzamiento y sus aledaños. Además, grupos ecologistas denunciaron que la contaminación y el ruido producido por Starship amenazaban al ecosistema alrededor de las instalaciones en Boca Chica, una denuncia que aún está en curso.

Por todo ello, muchas voces expertas señalaron que la segunda prueba probablemente se demoraría más de los dos meses que Musk anunció días después de la primera. Finalmente, se producirá en siete meses, unos tiempos ajustados que concuerdan con las últimas acusaciones contra SpaceX: Reuters publicó un reportaje donde, debido a las malas condiciones laborales y los plazos nimios que plantea la empresa para sus proyectos, se han producido más de 600 accidentes laborales desde 2014, entre los que se encuentran amputaciones, personas en coma e incluso un fallecimiento.

Qué hay de nuevo

Para no repetir los errores del pasado, SpaceX ha modificado el sistema de separación de las etapas: ahora la primera etapa (Starship) encenderá sus motores mientras está unida al cohete Super Heavy, lo que garantizará (en teoría) que se separen ambas partes. Para evitar el sobrecalentamiento durante estas operaciones, los ingenieros también han ideado un nuevo sistema de ventilación.

Por otro lado, la plataforma de lanzamiento orbital se ha modificado con un equipo que provoca, literalmente, un diluvio bajo el cohete y protege esta parte de la inmensa potencia de los 33 motores Raptor de la primera etapa que elevan la nave. Este sistema está siendo revisado por el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE. UU. para comprender el impacto ambiental que puede tener en la vida animal y vegetal que vive en el Refugio de Vida Silvestre de Boca Chica que rodea las instalaciones de SpaceX. En la misma base también se ha instalado una placa de acero que refuerza la plataforma.

«La primera prueba de vuelo de Starship proporcionó numerosas lecciones aprendidas que contribuyeron directamente a varias actualizaciones tanto del vehículo como de la infraestructura terrestre para mejorar la probabilidad de éxito en vuelos futuros», escribió SpaceX en su página web. «La segunda prueba de vuelo estrenará un sistema de separación de etapas calientes y un nuevo sistema electrónico de control vectorial de empuje (TVC) para motores Super Heavy Raptor, además de refuerzos en la base de la plataforma y un deflector de llama de acero refrigerado por agua, entre otras muchas mejoras».

 

El viaje de Starship

SpaceX intentará el mismo plan que la primera prueba. El espectáculo comenzará a retransmitirse desde las 13.30 (hora española). Aproximadamente diez minutos después, los 39 motores Raptor comenzarán a enfriarse antes de la ignición, según explican en SpaceX. En ese momento, la carga de combustible, que dura horas, ya estará finalizada.

A las 14 horas, si todo va según lo previsto, el cohete despegará. Tan solo 2 minutos 41 segundos después se procederá a la separación de las etapas, uno de los momentos más delicados de las maniobras y donde fracasó el anterior test. Cerca de los 7 minutos, la segunda etapa (Super Heavy) amerizará de forma suave en el Golfo de México, en el Océano Atlántico. Mientras, Starship comenzará su viaje en solitario, dando casi una vuelta a la órbita terrestre, acabando en un aterrizaje no controlado en el Océano Pacífico (al otro lado de los EE.UU.), 90 minutos después después de haber alcanzado los 250 kilómetros de altura y una velocidad de 28.160 kilómetros por hora. Aunque esta vez Elon Musk no ha estado muy prolífico en vaticinios acerca de cómo le irá a Starship, no es descartable que la prueba no salga tal y como se espera, y así lo hacen constar en su web con comentarios como «emoción asegurada».

El objetivo es que Starship -cuyas dos etapas son totalmente reutilizables y, por tanto, abaratarán los costes de la carrera espacial- sea el vehículo que lleve a las primeras tripulaciones del programa Artemis de la NASA, el esfuerzo estadounidense por devolver astronautas a la Luna. En concreto, este cohete se utilizará en la tercera misión, la primera en la que se alunizará y en la que irán la primera mujer y la primera persona negra que pisarán nuestro satélite. Esto va, si todo va según lo planeado en 2026. De ahí, la intención es preparar los vuelos al siguiente destino, Marte, que se intentará pisar a lo largo de la próxima década. Pero primero Starship debe demostrar que está preparado para el vuelo orbital, una prueba de fuego que promete ser, cuanto menos, entretenida.

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