El 'bamboleo' de las lunas de Urano revelará si también albergan grandes océanos subterráneos
Si es así, significaría que también la enorme cantidad de mundos helados de nuestra galaxia, podrían ser, en potencia, capaces de albergar vida
Sorpresa: Urano también podría tener lunas oceánicas
Si hay algo que ha quedado claro es que aquí, en el Sistema Solar, la Tierra no es el único lugar donde existe agua en estado líquido. Lejos de eso, los océanos subterráneos han demostrado ser una característica común de las lunas de Júpiter y Saturno ... . Toda una sorpresa, ya que tan lejos del Sol, la energía necesaria para que el agua no se congele no viene del calor de nuestra estrella, sino de la gravedad de esos mundos gigantes, que sacuden sus lunas como si fueran gigantescas cocteleras.
Por eso, en los últimos años muchos investigadores están tratando de averiguar si también las lunas heladas de los aún más lejanos Urano y Neptuno pueden albergar océanos similares. Cuando la sonda Voyager 2 de la NASA pasó cerca de Urano en 1986, obtuvo imágenes granuladas de esas grandes lunas cubiertas de hielo. Pero desde entonces nadie ha regresado allí y ahora, casi 40 años después, la NASA planea enviar otra nave espacial a Urano, esta vez bien equipada y con el único objetivo comprobar si allí también existen, o no, grandes océanos subterráneos.
Para ello, la nueva misión medirá la rotación de las lunas para detectar incluso la menor oscilación o bamboleo que indique que, bajo la superficie, hay líquidos en movimiento. Menos oscilación significa que la luna es mayoritariamente sólida, pero las grandes oscilaciones pueden indicar hielo flotando en un océano de agua líquida. Al combinarlo con los datos de gravedad, el modelo calcula también tanto la profundidad del océano como el grosor del hielo que lo cubre.
Sólo con las cámaras
La misión aún se encuentra en fase de planificación, pero los investigadores del Instituto de Geofísica de la Universidad de Texas han construido ya un nuevo modelo informático que podría usarse para detectar océanos debajo del hielo usando solo las cámaras de la futura nave espacial.
La investigación, recién publicada en 'Geophysical Research Letters' resulta importante porque los científicos no saben muy bien qué método de detección de océanos funcionará mejor en Urano. Y no quieren desaprovechar la oportunidad de saber si realmente hay agua líquida allí, porque el agua es un ingrediente clave para la vida.
Urano, el séptimo planeta del Sistema Solar, está clasificado, igual que Neptuno, como gigante de hielo y mide 50.724 km de diámetro. Tiene 27 lunas conocidas, cada una de ellas con sus propias características únicas. La mayor luna de Urano es Titania, y está compuesta en gran medida por partes iguales de roca y hielo. En su superficie se observa una mezcla de cráteres antiguos y características geológicas más jóvenes.
Fuera del Sistema Solar
Se da el caso de que, hasta ahora, los astrónomos han detectado más cuerpos gigantes de hielo fuera de nuestro Sistema Solar que cualquier otro tipo de exoplaneta. Por eso, explica Doug Hemingway, que ha desarrollado el nuevo modelo, descubrir que las lunas de Urano tienen océanos interiores podría significar que también 'ahí fuera', por toda la galaxia, hay una gran cantidad de mundos que, por lo menos en potencia, son capaces de albergar vida. «Descubrir océanos de agua líquida dentro de las lunas de Urano -dice el científico- transformaría nuestra forma de pensar sobre el rango de posibilidades de dónde podría existir vida».
Todas las grandes lunas del Sistema Solar, incluidas las de Urano, están bloqueadas por mareas. Lo que significa que la gravedad ha sincronizado sus órbitas con la rotación del planeta, de modo que, como sucede con la Luna en la Tierra, siempre le muestran la misma cara. Sin embargo, esto no significa que su giro sea completamente regular, y todas las lunas bloqueadas por mareas se 'bambolean', es decir, oscilan hacia adelante y hacia atrás mientras orbitan. Determinar el alcance de esas oscilaciones será clave para saber si las lunas de Urano contienen océanos y, de ser así, cómo de grandes podrían ser. Esa fue, por ejemplo, la técnica usada para confirmar la existencia de un océano interior en Encélado, una luna de Saturno.
Para descubrir si la misma técnica funciona también en Urano, Hemingway hizo cálculos teóricos para cinco de sus lunas e ideó una serie de escenarios plausibles. Por ejemplo, si la luna Ariel se tambaleara unos 91 metros, entonces es probable que tenga un océano de 160 km de profundidad, cubierto por una capa de hielo de 32 km de espesor.
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El siguiente paso, dice Hemingway, será ampliar el modelo para incluir mediciones realizadas por otros instrumentos para ver cómo mejoran la imagen del interior de las lunas.
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