El año en el que las empresas privadas se han propuesto conquistar (otra vez) la Luna
Enero de 2025 será el mes de lanzamientos a nuestro satélite, si bien en los próximos doce meses podremos ver nuevos vuelos de prueba del megacohete de Elon Musk, el Starship o el fin de la misión Juno, que se lanzó en 2011 para descubrir los misterios de Júpiter y sus lunas
Cuenta atrás para la reconquista: la humanidad volverá a pisar la Luna
Despegue del cohete Starship durante una de sus pruebas
Las misiones espaciales son tan complejas que se suelen preparar con años de antelación; por ejemplo, desde que el telescopio James Webb fue garabateado en una servilleta hasta que le vimos en el espacio pasaron nada más y nada menos que 25 años. O ... para llegar al Programa Apolo hubo que pasar antes por las misiones tripuladas de los Mercury y Gemini. Afortunadamente, los tiempos entre misiones cada vez se acortan más, y este 2025 seremos testigos de muy esperados lanzamientos, de pruebas de fuego de cohetes o de cómo las empresas privadas han llegado para quedarse en la Luna, la nueva tierra prometida. Un año, sin duda, muy espacial.
Codiciado satélite
El año empieza fuerte en misiones espaciales, sobre todo en lo que a nuestro satélite respecta. A mediados de enero veremos el lanzamiento del módulo de aterrizaje lunar Blue Ghost, de la empresa americana Firefly. Se trata de una sonda de dos metros de altura y algo más de tres metros de diámetro que se lanzará sobre un cohete Falcon 9 de SpaceX. En su interior, diez cargas útiles de instrumentos de la NASA que tendrá que transportar hasta la cuenca de impacto Mare Crisium, donde llevará a cabo diferentes experimentos científicos durante casi dos semanas.
No será la única sonda que transporte el Falcon 9 con destino a la Luna. A bordo también estará el módulo de aterrizaje Hakuto-R Mission 2, de la compañía japonesa Ispace. Esta nave tardará más tiempo en llegar, ya que aprovechará los tirones gravitacionales para volar ahorrando combustible. Su destino será la región Mare Frigoris, donde tendrá que alunizar en mayo o junio de 2025. Allí desplegará, además, un minirover llamado Tenacious.
Firefly e Ispace tendrán competencia en la Luna: la empresa norteamericana Intuitive Machines, que aterrizó en la Luna con su misión robótica IM-1 en febrero de 2024, lanzará la IM-2 en enero, también a bordo de un Falcon 9. La misión está optimizada para el polo sur lunar (incluida una carga útil para buscar agua) y tendrá como objetivo aterrizar en una zona del cráter Shackleton. Esta misión también transporta otros instrumentos estadounidenses, japoneses y finlandeses, así como cargas útiles para el programa de Servicios de Carga Lunar Comercial (CLPS) de la NASA. La siguiente misión, IM-3, podría lanzarse más adelante en 2025. Tras su intento fallido en enero de 2024, la sonda Peregrine, de la compañía norteamericana Astrobotic lo volverá a intentar este año, aunque aún sin fecha fija.
Lo que no veremos finalmente en 2025 será la primera misión tripulada en más de medio siglo a la Luna: la NASA anunció que Artemis 2, en la que cuatro astronautas orbitarán nuestro satélite como preparación antes de pisarla, se retrasa de septiembre de 2025 a abril de 2026.
Elon Musk y su megacohete
2025 promete ser tan emocionante como 2024 para SpaceX, sobre todo por las pruebas de lanzamiento de su cohete estrella, Starship. Si este año vimos cómo sus dos etapas sobrevivían a la reentrada e incluso SuperHeavy era capturada en el aire por los brazos robóticos de la plataforma de aterrizaje, en los próximos meses es probable que en alguno de los 25 vuelos que tiene intención de lanzar SpaceX con prototipos veamos no ya solo la recuperación de ambas partes de Starship, sino incluso dos cohetes en órbita acoplándose para demostrar la transferencia del propulsor e incluso una demostración sin tripulación del sistema de aterrizaje humano Starship, la variante lunar del megacohete de Elon Musk que se utilizará para la misión Artemis 3, la vuelta de una tripulación de la NASA para pisar la Luna y que está prevista para mediados de 2027.
Ilustración de cómo se verían los dos Starship acoplados en el espacio para la prueba de transmisión
Últimos años de la ISS, nuevas plataformas orbitales
La Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés), encara la recta final de su vida: la NASA ha contratado a SpaceX para que la desorbite en 2030 y que acabe desintegrada sobre la atmósfera terrestre. Sin embargo, la órbita baja no se quedará sin habitantes: en cuestión de un par de años, China ya ha construido y está operando su propio laboratorio espacial y hay varias iniciativas privadas que están considerando prestar sus servicios a unos 400 kilómetros sobre nuestras cabezas. Es el caso de la startup californiana Vast, que planea lanzar el módulo Haven-1 no antes de agosto, una sonda capaz de albergar cuatro personas durante un mes como máximo. Esta será una primera prueba de un módulo más grande, el Haven-2, al que se le sumarán nuevos compartimentos al igual que ocurre con la ISS.
Space Rider
La Agencia Espacial Europea (ESA) tampoco quiere perder posición en la órbita baja y lanzará por primera vez este año Space Rider, un laboratorio robótico no tripulado del tamaño de dos furgonetas. La idea es que sea lanzado en un cohete también europeo Vega-C en el tercer cuarto del año, para permanecer en órbita durante dos meses. «Los experimentos en su compartimento de carga permitirán la demostración de tecnología y beneficiarán la investigación en los campos de la farmacia, la biomedicina, la biología y la física», explican desde la ESA. Al final de su misión, Space Rider regresará a la Tierra con su carga útil y aterrizará en una pista para ser descargado y reacondicionado para otro vuelo, ya que nace con la intención de ser reutilizable.
Adiós a Juno
Lanzada en 2011, la misión de la NASA Juno han cambiado nuestra visión de Júpiter, planeta a cuyos alrededores llegó en 2016 y del que ha revelado una atmósfera que se extiende mucho más allá de sus nubes de agua y un interior profundo con un núcleo de elementos pesados diluidos. Pero después de ocho años de misión (tres años más de lo previsto inicialmente), su final está cerca.
Júpiter visto por Juno
Y estará a la altura de sus descubrimientos: está previsto que Juno salga de órbita y se adentre en la atmósfera joviana en septiembre, lo que pondrá punto final a la misión y evitará que la nave espacial contamine una de sus cercanas lunas, como Europa, en la que los investigadores creen que podría haber condiciones para la vida. El momento recordará la desaparición de Cassini, que se quemó en la atmósfera de Saturno en 2017 tras un espectacular vuelo.
También a Marte
Los despegues al Planeta Rojo suelen programarse para los momentos en los que estamos alineados con nuestro vecino, algo que pasa cada 26 meses. Y si bien 2025 está fuera de esta ventana de lanzamiento, sí que veremos al menos una misión partir hacia Marte: Escape and Plasma Acceleration and Dynamics Explorers (ESCAPADE). Este vuelo incluye dos satélites de la NASA diseñados por la Universidad de California en Berkeley cuyo objetivo es estudiar cómo y cuándo el Planeta Rojo perdió su atmósfera. Su lanzamiento está previsto para la primavera de 2025, tras un retraso del lanzamiento original de la misión, previsto para octubre de 2024.
La ESCAPADE, se suspendió en septiembre debido a la preocupación de que el vehículo de lanzamiento, el cohete New Glenn de Blue Origin, no estuviera listo. Este retraso supondrá una asistencia gravitatoria necesaria más allá de Venus, lo que alargará el tiempo de vuelo en 1,5 años.
SPHEREx, el explorador celeste
El Spectro-Photometer for the History of the Universe, Epoch of Reionization and Ices Explorer (o SPHEREx) es un observatorio de la NASA diseñado para realizar un estudio de todo el cielo en longitudes de onda del infrarrojo cercano para crear un mapa 3D de más de 450 millones de galaxias, así como de 100 millones de estrellas en nuestra propia Vía Láctea. La nave espacial, con forma cónica y del tamaño de un automóvil, se lanzará, si todo sigue según el calendario previsto, en febrero, montada sobre en un cohete Falcon 9 de SpaceX desde la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg en California.
China explora asteroides
Que China se ha convertido en una nueva potencia espacial no lo cuestiona nadie: en los últimos años ha alcanzado hitos importantes como construir su propia estación espacial en un tiempo récord, alunizar por primera vez en la cara oculta de la Luna y recuperar muestras de este desconocido lugar, además de ser el segundo país que ha amerizado en Marte con un rover. Y la idea es seguir avanzando este 2025 pues la agencia espacial china se ha propuesto llevar a cabo su primera misión de muestreo de asteroides.
Así, la nave Tianwen 2, que se lanzará en mayo sobre un cohete Long March 3B, volará hasta el asteroide Kamo'oalewa, una roca 'cercana' a unos 15 millones de kilómetros que 'sigue' a la Tierra, y de la que se sospecha puede ser un cuerpo que se desprendió de nuestra Luna. Tianwen 2 usará dos tipos diferentes de tecnologías de aterrizaje y muestreo. Luego dejará caer una cápsula de retorno a la Tierra en 2026 antes de que la nave espacial principal emprenda un viaje prolongado para estudiar un cometa del cinturón principal. La misión podría determinar si el asteroide es en realidad un trozo de la Luna desprendido por el impacto de un meteorito y abrir posibilidades para futuras misiones chinas de retorno de muestras a objetos del espacio profundo.
Vuelos tripulados de prueba de la India
No solo EE.UU. y China conforman la nueva carrera espacial. Uno de los países que está apostando fuerte por explorar más allá de nuestras fronteras terrestres es la India, que firmaba en 2023 su primer alunizaje exitoso (frente al estrepitoso fracaso de Rusia, que en las mismas épocas estrellaba su sonda Luna 25 sobre el regolito). Ahora, el siguiente objetivo será el vuelo tripulado, algo que la Organización de Investigación Espacial de la India (ISRO) espera conseguir en 2026. No obstante, 2025 será un año de pruebas cruciales, entre ellas el viaje a bordo G1 el robot humanoide bautizado como Vyomitra (que en sánscrito significa 'amigo del espacio').
El robot humanoide Vyomitra que será lanzado al espacio
Sobrevuelos de misiones en marcha
Pero aparte de todas las misiones que empiezan (o las que terminan), hay otras en curso que alcanzarán importantes hitos este año. Por ejemplo, habrá una serie de sobrevuelos de cuerpos planetarios por parte de misiones en curso, incluidas BepiColombo (con destino Mercurio), Europa Clipper y Hera (que sobrevolarán sobre Marte para apoyarse sobre su gravedad), Lucy (que se encontrará con el asteroide 52246 Donaldjohanson) y Juice (que en su camino a Júpiter se alzará sobre Venus), facilitando increíbles oportunidades para captar espectaculares instantáneas de sus 'palancas', además de probar sus instrumentos científicos.
MÁS INFORMACIÓN
El año también será testigo de los vuelos debut de nuevos cohetes de todo el mundo, incluidos el Neutron de Rocket Lab, el RFA One de Rocket Factory Augsburg en Alemania, el Zhuque-3 de Landspace en China y potencialmente el Nova de Stoke Space, así como actividades regulares de vuelos espaciales humanos a la ISS y la estación espacial Tiangong. En definitiva, un interesante año espacial.