Parte del Apolo 11 podría seguir en la órbita de la Luna
La etapa de ascenso del módulo Eagle podría seguir estando casi a la misma altitud a la que se dejó

La etapa de ascenso del Eagle , en la que Neil Armstrong y Buzz Aldrin dejaron la Luna tras el histórico aterrizaje de la misión Apolo 11 en julio de 1969, podría seguir prácticamente en la misma órbita en ... la que fue abandonado por los astronautas hace ya más de 50 años. Hasta ahora se pensaba que el módulo, tras cumplir su cometido, había terminado por estrellarse contra la superficie lunar.
El 20 de julio de 1969 Armstrong y Aldrin se convirtieron en los primeros humanos en pisar la Luna. Y al día siguiente ambos utilizaron la etapa de ascenso del Eagle para reunirse con el tercer miembro de la expedición, Michael Collins , que les esperaba en órbita a bordo del módulo de mando, Columbia, con el que los tres volvieron a la Tierra.
Tras el acoplamiento, y cuando los astronautas ya volvían a casa, la etapa de ascenso fue abandonada en lo que supuestamente era un curso de impacto con la superficie lunar.
Pero James Meador , ingeniero del Instituto de Tecnología de California en Pasadena y gran entusiasta del espacio, está convencido de que ese impacto nunca llegó a producirse. Muy al contrario, sus simulaciones de la órbita predicha de la etapa de ascenso muestran que aún hoy debería seguir en la órbita de nuestro satélite natural, y casi a la misma altitud, unos 100 km, a la que se dejó.
A diferencia de lo que sucede en la Tierra, en la Luna no hay atmósfera. Ni ninguna otra cosa que produzca fricción y que arrastre la cápsula a una órbita cada vez más baja. Las conclusiones de Meador se acaban de publicar en ' Planetary and Space Science '.
«El Eagle fue abandonado en la órbita lunar -dice Meador-. Todo el mundo se olvidó de él y se suponía que había caído en la Luna hace décadas». Pero las simulaciones muestran que su órbita podría ser aún estable en la actualidad, girando alrededor de la Luna cada dos horas. «Aunque algo inestable -prosigue- está más o menos donde estaba hace 52 años».
Si la nave, de unos cuatro metros de largo, se encuentra realmente allí, podría ser detectada por radar desde la Tierra, algo que no resultaría demasiado difícil utilizando alguno de los grandes telescopios existentes. «Sería genial -dice el ingeniero- asignar unas horas de tiempo de radar y buscarlo ».
Es muy poco probable que restos de otras misiones Apolo también sigan en órbita, ya que la mayoría de las etapas de ascenso se hicieron chocar intencionadamente con la Luna para producir ondas sísmicas que pudieran ser captadas por los sismómetros que los astronautas dejaron en la superficie. Y tampoco está del todo claro que, en caso de seguir allí, la cápsula del Apolo 11 siga estando intact a . Las fugas de combustible, en efecto, podrían haber causado su casi completa desintegración.
Pero si sigue girando alrededor de la Luna, el hallazgo sería toda una sorpresa. Según Meador, «mucha gente estaría realmente emocionada de saber que esto todavía existe. Y sería increíble traerlo de vuelta a la Tierra y ponerlo en un museo».
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