«Había mucho miedo, no podía repetirse el fracaso de 2008»
El Instituto de Física de Cantabria (IFCA) ha seguido hoy con emoción y cierta ansiedad las primeras colisiones de partículas a 7 TeV conseguidas por el acelerador de partículas LHC , porque entre su personal, como entre sus colegas en Ginebra, había "mucho miedo" a que se repitiera el fracaso de 2008.
El 20 de septiembre de 2008, la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN) tuvo que detener el LHC a los diez días de haberlo puesto en marcha porque se había producido una fuga de helio en un sector del túnel donde está instalado, debido a una conexión eléctrica defectuosa entre dos imanes del acelerador.
Esta mañana, los primeros intentos del CERN por conseguir que dos protones chocaran tras haber sido acelerados casi a la velocidad de la luz con 3,5 teraelectronvoltios (TeV) de energía cada uno fueron abortados, por un problema de acoplamiento entre imanes.
"Es que hay mucho miedo", confesaba el director del IFCA sobre las 12.00 horas, mientras esperaba al siguiente intento, el que consiguió las primeras colisiones poco después de las 13.00 horas. "Hubo un accidente, un fracaso hace un año y no queremos que se repita. Si se hubiera repetido lo del helio podría haber sido la puntilla para el experimento ", explicaba Matorras a sus compañeros de instituto y a la prensa que seguían desde el IFCA los acontecimientos.
Un brindis por lo conseguido
Las caras de todo ellos cambiaron al filo de las 13.00 horas, cuando en el panel de pantallas empezaron a ver a sus compañeros del CMS -uno de los cuatro detectores de partículas del acelerador- saltar y abrazarse. Y la alegría se confirmó unos instantes después, cuando los ordenadores comenzaron a mostrar las primeras colisiones.
El IFCA, algunos de cuyos científicos llevan trabajando 15 años en este experimento, tenía la celebración preparada: descorcharon una botellas de vino blanco y brindaron por lo conseguido y por la ingente cantidad de datos que se van a recibir a partir de ahora. Incluso hubo alguno que se acordó de quienes habían profetizado que el LHC provocaría un apocalipsis: "Empezad a celebradlo, no sea que nos pille el agujero negro", propuso, con sorna.
El director del IFCA ha reconocido que los científicos involucrados en LHC han vivido con cierta ansiedad el que ya se ha calificado como "el experimento del siglo", por la cantidad de ojos que han estado pendientes de ellos y por las dimensiones del proyecto, que ha costado 4.546 millones de euros.
"Quizá no es tan grave lo que pasó en su momento, porque es una máquina tremendamente complicada y es lógico que a la primera no funcione bien... pero no era bueno dar la imagen de que siempre falla", ha apuntado Matorras, que coordina la contribución del IFCA al detector CMS, junto con su compañera Teresa Rodrigo.
Además, el director del IFCA ha precisado que es probable que hasta dentro de un año no se obtenga "ningún resultado espectacular del que te fíes al cien por cien" y que aún habrá que esperar más para el descubrimiento del codiciado bosón de Higgs -la partícula que, en teoría, confiere la masa a todas las demás-, si se produce. "Hay que hacer un trabajo bastante fino de acumular datos y experiencia. Probablemente antes de dos o tres años no podamos decir nada del bosón de Higgs", ha añadido.
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