Por qué nos enamoramos más en verano y cómo hacer que ese amor dure
Hay relaciones que han seguido adelante pero, desgraciadamente, las que surgen durante la temporada estival, en un contexto efímero como unas vacaciones, están condenadas al fracaso
Cómo sentirse más ligero y relajado gracias a la meditación
Olivia Newton y John Travolta en 'Grease'.
El verano es la estación que muchos esperan durante todo el año. Los días son más largos, el clima es más cálido, la gente está más relajada, nos sentimos menos estresados y olvidamos qué día es. Todo esto al menos durante las pocas semanas en las que estamos oficialmente de vacaciones y la mayoría de nuestras obligaciones pasan a un segundo plano.
Además, las condiciones están dadas para un poco de coqueteo. Aunque la primavera la sangre altera, no es hasta la temporada veraniega que se ven numerosos romances. Solo hay que pensar en la cantidad de icónicas parejas de la gran pantalla formadas en la época estival: Danny y Sandy en 'Grease', 'Baby' y Johnny en 'Dirty Dancing', Noah y Allie en 'El Diario de Noa'… Pero, ¿somos todos capaces de afrontar los pros y los contras de un romance de verano?
El pueblo donde tenemos a parte de la familia, el destino de playa escogido con unas amigas, el cine de verano, las noches en una terraza o discoteca mientras charlamos y bailamos... El amor está en cualquier lugar, y puede surgir en cualquiera de los escenarios donde esté organizado tu verano. Pero no todo el mundo está preparado para ello. ¿El motivo? Pueden romperte el corazón y fastidiarte no solo esta temporada, también parte de los meses venideros.
En efecto, según el estudio de Adopte, un 34% de los encuestados comentan que los amores de verano se conocen en la playa o piscina; un 31% afirma haberlos conocidos a través de amigos, un 28% en una fiesta y un 6% de turismo.
Qué es un amor de verano
Los amores de verano son aquellas relaciones románticas o afectivas que se inician y desarrollan durante la temporada de verano y coincidiendo con la época vacacional. Tienen un factor en común: suelen ser efímeras y están marcadas por la intensidad y el entusiasmo que el ambiente veraniego puede generar.
Somos unos románticos empedernidos en parte por la gran dosis idílica de las novelas de amor o de las series que inundan nuestro tiempo libre y aunque siendo realistas existe mucho bombo alrededor de los amores de verano, según los resultados de la encuesta de Adopte, un 51% de los encuestados opina que en la temporada estival nos enamoramos más que en otras estaciones. Y pese a que 43% nunca ha experimentado un intenso amor de verano, un 43% afirma que sí lo ha hecho y un 14% ha disfrutado de varios a lo largo de su vida.
La psicóloga Lidia Alvarado, experta en terapia de relaciones de pareja, señala que la sensación de libertad y la atmósfera relajada del verano pueden fomentar encuentros y conexiones inesperadas: «Las personas suelen sentirse más abiertas a nuevas experiencias y relaciones durante este tiempo». Estos amores suelen caracterizarse por una fuerte atracción y pasión. La combinación del clima cálido, las actividades al aire libre y la relajación general puede propiciar emociones intensas y sentimientos efervescentes.
¿Sí o no al amor de verano?
¿Cuál es la pregunta número uno que debes hacerte antes de lanzarte de cabeza a una aventura de verano? Una muy simple: ¿soy emocionalmente capaz de tener una aventura solo por una temporada? Porque en esencia, este tipo de relación se asemeja a una conexión de varios días con la misma persona durante el período de vacaciones. Y casi siempre una relación muy intensa... Pero cuando septiembre empieza a asomar, a la mayoría se le acaban los días libres y hay que volver al lugar de donde uno es.
Pensemos que en un contexto así es normal que surja el amor... Tal como indica la psicóloga Laura Fuster, se trata de un momento muy favorable y seguramente tengamos recuerdos muy positivos de esa relación porque todo era bueno y no existían problemas, como sí pasa en la gran parte de las relaciones. «Tendríamos que ver qué sucede con esa pareja cuando el verano y la diversión terminan y deben enfrentarse a los retos y frustraciones de la vida», alerta.
Las probabilidades están ahí y, tal como cuenta Laura Fuster, muy pocos amores de verano pasan de los tres meses que dura esta temporada, especialmente a edad temprana. Y esto nos da pistas de lo que viene: el desamor. «De los amores de verano aprendemos que los inicios de la relación son muy bonitos y que todo sale mejor en el contexto adecuado. Por ello, también el resto del año, debemos buscar una rutina que nos guste para mejorar la relación de pareja y nuestra vida en general. No esperar a que sea verano para poder hacer las cosas que nos gustan».
¿Qué nos pasa en verano?
En esta cúspide de hormonas, de vivir el momento y de sentirnos felices, surge la pregunta que muchos nos hacemos a la hora de saber si nos gusta realmente alguien o no: ¿es solo pasión o hay algo más? Para un 42%, la respuesta es clara: se trata totalmente de pasión física. Un 39%, por otro lado, no lo tiene tan claro, y es que afirma tener mucha confusión al vivir el idilio con tanta intensidad. Un 19%, finalmente, apuesta completamente por el romanticismo y asegura enamorarse perdidamente.
Una vez vueltas a la realidad, las personas se muestran muy realistas, en oposición al efecto «soñador» que produce el verano: un 78% de los españoles asegura no idealizar sus siguientes relaciones a raíz de ese amor de verano, pues es algo único que no sigue la norma, y no les parece racional. De hecho, un 52% afirma olvidarse de él como de cualquier otro, y un 9% lo olvida rápidamente. No obstante, un 22% sigue soñando con esa sensación tan especial, buscando algo igual en sus próximas relaciones, y un 38% nunca se llega a olvidar de ese amor tan mágico que vivió durante el verano de su vida.
En este sentido, el contacto cero vuelve a ser el bote salvavidas. Dice el dicho que «ojos que no ven, corazón que no siente», y es el primer consejo que dan los expertos en relaciones de pareja.
Además, la psicóloga Silvia Congost asegura que te costará imaginarte sin esa persona, aceptar el hecho de no volver a estar con ella nunca más, de romper con vuestras rutinas, etc., y muy seguramente el cerebro seleccione solo los recuerdos buenos y, en caso de que no los hubiera, se los inventa. De este modo querrás mantenerlo a flote todo lo posible y más, pero estarás preparado para empezar y adentrarte en una nueva relación cuando hayas comprendido todo lo ocurrido: «qué falló, qué señales debes aprender a identificar, dónde poner los límites y a qué no debes renunciar jamás. Se trata de un proceso que hay quien lo puede hacer por su cuenta, con la ayuda de algún libro inspirador o siguiendo los consejos de algún experto.. Sin embargo otras personas optan por pedir ayuda profesional».
Cómo hacer que perdure en el tiempo
Cuando se inicia una relación de este tipo suele creerse que esa historia solo durará un tiempo determinado y no se tiene el foco puesto en qué pasará después, cuando el verano termine y cada uno vuelva a su vida habitual. Por este motivo, como decíamos, son relaciones que se viven con una gran intensidad emocional comprimida en poco tiempo y que están centradas en aprovechar el momento, en exprimir el día a día, y en las que se piensa poco y se fluye mucho.
Mantener un amor de verano y hacer que perdure en el tiempo puede ser un desafío, especialmente cuando se trata de una relación que comenzó en un contexto temporal y efímero. Sin embargo, perpetuar esa conexión especial es posible si se ponen en marcha algunas acciones. Estas sugerencias podrían ayudar a mantener esa conexión especial:
- Mantener una comunicación abierta y constante
- Si la distancia geográfica es un obstáculo, intentar planificar visitas regulares.
- Hablar sobre tus expectativas y deseos sobre la relación a largo plazo.
- Las redes sociales pueden ser una manera de mantenerse al día con la vida de la otra persona.
- La confianza es fundamental en cualquier relación.
- Encontrar intereses y actividades comunes que disfrutar juntos, incluso a distancia.
- Celebrar fechas importantes y ocasiones especiales, como aniversarios o cumpleaños...
- Si ambos están dispuestos, hay que discutir la posibilidad de un futuro juntos.
- Cultivar la intimidad emocional compartiendo pensamientos, sentimientos y preocupaciones de manera sincera.
- Confiar en el tiempo. A veces, las relaciones necesitan tiempo para desarrollarse y consolidarse.
Ver comentarios