Método 3-6-9 para manifestar deseos: esta es la forma de acercarte a tus objetivos
La manifestación es un proceso mediante el cual logramos nuestras metas a través del diálogo interno positivo y la visualización
Xuan Lan: «Un propósito de vida no es un proyecto ni un sueño, es algo que busca un impacto en los demás»
Todos tenemos deseos y muchos de ellos parecen estar fuera de nuestro alcance: conseguir un ascenso, perder peso, encontrar el verdadero amor, comprarse una casa, viajar cada mes, tener más paciencia, ir al gimnasio un par de veces por semana...
Los deseos son una parte fundamental de nuestra vida emocional y psicológica. Desde la perspectiva de la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), tener deseos nos impulsa a actuar, nos motiva a superar obstáculos y nos proporciona un sentido de dirección, de saber hacia dónde ir. La TCC, desarrollada por Aaron T. Beck, se centra en cómo nuestros pensamientos, sentimientos y comportamientos interactúan. Los deseos bien definidos pueden ser una herramienta poderosa para establecer y alcanzar metas, mejorando nuestra autoestima y sensación de logro.
Además, los deseos también juegan un papel crucial en el autoconocimiento. Tal como indica la psicóloga Beatriz Gil Bóveda, CEO de Psique Cambio, estos nos obligan a reflexionar sobre lo que realmente queremos en la vida, cuáles son nuestros valores y aspiraciones más profundos. «La TCC sostiene que el autoconocimiento nos ayuda a identificar patrones de pensamiento disfuncionales y a reemplazarlos por pensamientos más constructivos y realistas, facilitando una mejor gestión de nuestras emociones», aclara.
Bienvenida, manifestación
Pero, ¿cómo acortamos la distancia entre desear y lograr eso que queremos? Introduciendo la manifestación. Paloma Rey, psicóloga sanitaria, comenta que la manifestación es un proceso mediante el cual logramos nuestras metas a través del diálogo interno positivo y la visualización. Por ejemplo, «si queremos tener éxito, pensamos, actuamos y creemos que ya lo hemos logrado para poder lograrlo».
Método 3-6-9 para alcanzar tus sueños
Y el método 3-6-9 es una de esas técnicas de manifestación. El método 3-6-9, definido por la psicóloga Beatriz Gil, consiste en escribir tu deseo tres veces por la mañana, seis veces a mediodía y nueve veces por la noche. Esta práctica, repetida durante 21 días, se basa en la creencia de que la repetición constante y el enfoque pueden ayudar a manifestar nuestros deseos en la realidad. Desde una perspectiva TCC, este método puede considerarse una forma de autoafirmación y restructuración cognitiva, donde la repetición de pensamientos positivos refuerza nuevas creencias y actitudes.
«Este método puede ser una herramienta efectiva no solo para la manifestación de deseos, sino también para el desarrollo de hábitos de pensamiento positivo y proactivo», indica. Al dedicar tiempo y energía a nuestros deseos, estamos reforzando nuestra motivación y compromiso hacia nuestros objetivos. Además, el proceso de escribir repetidamente el deseo ayuda a internalizarlo, permitiendo que nuestra mente subconsciente trabaje en la creación de oportunidades para su realización. La experta en psicología señala que la TCC apoya la práctica de la repetición y el enfoque como formas de cambiar patrones de pensamiento negativos y «establecer nuevos hábitos mentales positivos».
Estos momentos coinciden con los números que dan nombre al método, y es que, según esta teoría, además de escribir lo que anhelamos, habría que visualizarlo:
- 3 minutos al despertar: empezar el día visualizando lo que queremos conseguir en nuestra vida. Para ello, hay que cerrar los ojos y sumergirnos en la sensación de tener este deseo cumplido durante tres minutos antes de levantarnos de la cama.
- 6 minutos al mediodía: es el momento de reconectar con el deseo. Se puede escribir en un papel o visualizarlo con los ojos cerrados. En este momento, hay que concentrarse en la sensación de gratitud y la certeza de que éste deseo se va a manifestar en tu vida. Este ejercicio hay que hacerlo durante 6 minutos.
- 9 minutos antes de dormir: antes de acostarnos, según esta teoría, deberíamos tomarnos 9 minutos para reflexionar sobre nuestro día y visualizar, una vez más, nuestro deseo cumplido. El objetivo es que la sensación de satisfacción y alegría nos envuelva antes de irnos a dormir.
Tener deseos es una parte esencial de la experiencia humana. Nos motivan, nos ayudan a conocernos mejor y nos proporcionan un sentido de propósito. Vivir sin deseos puede llevar a una vida sin dirección y propósito, afectando negativamente nuestra salud mental. Entender la diferencia entre deseos y necesidades nos permite satisfacer lo esencial mientras perseguimos nuestra realización personal. El método 3-6-9 es una técnica que puede ayudarnos a manifestar nuestros deseos y cultivar una mentalidad positiva y orientada hacia el crecimiento.
Aunque esta técnica va orientada a ayudarnos a poner el foco en nuestros deseos, la realidad es que no tiene ninguna base científica que la avale.
¿Deseo o necesidad?
Pero no debemos confundir, aunque a menudo lo hacemos de forma inconsciente, los deseos con la necesidad. En el primer caso, aspiramos a cosas que queremos o nos gustaría alcanzar para sentirnos mejor, que aportan un mayor nivel de crecimiento pero que no son esenciales para la vida. Mientras que las necesidades son aquellas cosas sin las cuales no podemos vivir o que mejoran, sustancialmente, nuestra calidad de vida, como el alimento, agua, refugio, seguridad...
Los deseos, en cambio, van más allá de lo esencial. Representan nuestras aspiraciones y sueños, aquellos elementos que, aunque no sean vitales para nuestra supervivencia, son cruciales para nuestra realización personal y felicidad. Mientras que las necesidades deben ser satisfechas para evitar malestar, los deseos nos llevan a buscar la excelencia y el crecimiento personal. La TCC nos enseña que perseguir deseos puede fomentar una mayor autoeficacia y resiliencia, ayudándonos a enfrentar desafíos y a adaptarnos a nuevas situaciones.
«Es importante comprender esta diferenciación y no incluir nuestros deseos en el cajón de las necesidades. Si eso ocurre, no seremos capaces de dar prioridad a aquellas cosas que realmente son imprescindibles para nosotros, sino que, al meterlo todo en el mismo saco, intentaremos conseguirlo todo, con el consecuente empeoramiento de nuestra salud mental al volvernos excesivamente autoexigentes, tener una baja tolerancia a frustración y niveles elevados de ansiedad y estrés, entre otras posibles consecuencias», alerta Beatriz Gil.
En resumen, los deseos son un motor poderoso en nuestras vidas. Nos impulsan a buscar más allá de nuestras necesidades básicas y nos ayudan a alcanzar nuestra realización personal. Practicar técnicas como el método 3-6-9 puede ser una manera efectiva de enfocar nuestros deseos y trabajar activamente hacia su cumplimiento, apoyando nuestra salud mental y emocional en el proceso.
Quienes no tienen deseos
Aunque sorprenda, hay quienes no tienen aspiraciones y las psicólogas comentan que vivir sin deseos «puede llevar a una existencia carente de propósito y motivación». Las personas que no tienen deseos claros a menudo experimentan una falta de dirección y pueden sentir que su vida carece de sentido. Esto puede derivar en sentimientos de apatía, desmotivación e incluso depresión. Según la TCC, la ausencia de metas claras puede contribuir a la rumiación negativa y a un ciclo de pensamientos y comportamientos desadaptativos.
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