Menopausia, ni tabú ni moda: una realidad que ya no es invisible

Desatendida, incómoda y silenciada durante años, la fase del climaterio femenino no solo forma parte ahora de la conversación popular, sino que además muchas empresas han visto en ella una oportunidad de negocio

La menopausia, una etapa de oportunidades. Ilustración: Rodrigo Parrado

27/10/2024
Actualizado a las 09:31h.

De expresiones como «ya te preocuparás cuando llegue», «ya se te pasará si te afecta» o «no exageres, que no es para tanto» están las bocas llenas cuando se habla de menopausia. Pero lo cierto es que invisibilizarla, ignorarla, esconderla o incluso estigmatizarla tiene ... ahora menos sentido que nunca. Y no es porque la menopausia esté de moda, como se dice popularmente, ni tampoco porque muchas empresas hayan visto un filón comercial en las menopáusicas, sino porque han comenzado a desterrarse muchas de esas creencias que durante años se impusieron en el imaginario colectivo e hicieron que las mujeres vieran esta etapa desde un prisma negativo, como si fuera una broma cruel de la fisiología o una enfermedad. La menopausia, aseguran los expertos, forma ya parte de la conversación social y esa tendencia a ningunearla ha dado paso a un despertar en forma de búsqueda de soluciones, información y asesoramiento.

Se trata, eso sí, del inicio, no de una etapa de esplendor. La clave reside en la comparación entre las cifras totales de mujeres con menopausia y el porcentaje que muestra las que reciben un tratamiento específico de forma oficial. Según el Instituto Nacional de Estadística, en España más de nueve millones de mujeres se encuentran en fase de transición a la menopausia y ésta ya afecta a casi cuatro millones de mujeres (el 7,9% de la población total). Hablamos de una etapa que puede ir de los 40 a los 65 años (si englobamos desde la perimenopausia hasta la posmenopausia). Se estima, además, que cerca de un 86% de las que ya están inmersas en menopausia manifiestan tener algún síntoma. Sin embargo, tal como revela el Dr. Pluvio Coronado, presidente de la Asociación Española del Estudio de la Menopausia, solo el 15% de quienes aseguran tener síntomas ha probado algún tipo de solución específica. Y de éstas, apenas un 7% está recibiendo un tratamiento hormonal. El resto suele acudir a remedios naturales o de farmacia.

Informar para prevenir

La explicación a la falta de atención, a veces voluntaria, es multifactorial, aunque los expertos revelan que detrás de ello pueden citarse dos factores más frecuentes: una fobia a las hormonas y una saturación en la atención primaria que impide llevar a cabo un tratamiento individualizado. De hecho, algunos médicos, según asegura Coronado, no parecen estar lo bastante sensibilizados con el tema y esto hace que las mujeres sean las que acaben cargando con las consecuencias: «No hay dos menopáusicas iguales, como tampoco hay dos enfermedades iguales, aunque se llamen igual. Cada mujer requiere un tratamiento diferente y un manejo individualizado. Y eso es algo que deben saber los médicos», advierte.

Precisamente esta es una de las tesis con la que trabajan las autoras de 'Señoras' (Arpa), una guía integral de la salud en la menopausia. La ginecóloga Alberta María Fabris, la fisioterapeuta Tania R. Manglano, la sexóloga y psicóloga Adriana F. Caamaño y la dietista-nutricionista Elena del Estal forman parte del Zentro Empatía, en Madrid, por el que han pasado centenares de menopáusicas, y escribieron este libro para aportar información actualizada que ayudase a que estas mujeres pudieran acoger los cambios de esta etapa desde una mirada integral. «Nos dimos cuenta de que la menopausia estaba empezando a convertirse en una especie de cajón de sastre. El hecho de que falten investigación, unidades públicas especializadas, unidades interdisciplinares para atender a la salud de las mujeres de más de 50 años y medicina preventiva hace que a menudo se achaquen los problemas de sueño, los dolores articulares o incluso la falta de libido a la menopausia. Y esto no tiene por qué ser así. Hace falta hilar más fino y estudiar bien cada caso para saber qué es lo que hay detrás de cada trastorno», argumenta Manglano, quien además vivió su propia menopausia durante la escritura colectiva de esta obra.

No se trataría, no obstante, de negar los cambios físicos y los malestares que trae consigo la menopausia, sino de estudiar otras posibilidades.

Comparte esta opinión Carla Romagosa, divulgadora en salud de la mujer y autora del libro 'Menopower', quien insiste en que las mujeres deben acudir al médico a consultar para saber cómo transitar por esta fase y que los profesionales, a su vez, deben estar preparados para dar respuesta a esas necesidades. «Es cierto que hay muchos ginecólogos que ya se están especializando y formando en este sentido desde hace años, pero otros deben actualizar sus conocimientos para dar importancia a lo que les cuentan sus pacientes y para ayudarles a decidir qué es lo que más les conviene», plantea.

«No hay dos menopausias iguales y eso es algo que debería tenerse en cuenta a nivel médico para dar una atención personalizada»

Dr. Pluvio Coronado

Presidente Asociación Estudios de la Menopausia

La realidad, por tanto, parece ser esta: un escenario repleto de mujeres a las que no se les hace caso y una visión general sobre la menopausia centrada en lo malo, que además infantiliza o ningunea a quien la sufre. Pero aún así, no son pocas las voces que aseguran que se habla mucho (se dice incluso que demasiado) de la menopausia y que llevamos varios años en los que se ha multiplicado la comercialización y la publicidad de productos destinados a combatir los síntomas de la menopausia.

Más que caer en el hastío o en el hartazgo que manifiestan algunos sectores de la sociedad cuando oyen hablar del tema, tal vez habría que preguntarse: ¿A quién beneficia este contexto de falta de atención y el hecho de que se ponga foco sobre sus aspectos negativos? Vayamos de nuevo a las cifras. Se prevé que en 2025 cerca de mil millones de mujeres rondarán la menopausia en el mundo. Un mercado que puede situarse entre los 111.000 y los 325.000 millones de euros a nivel global, según calcula McKinsey.

Y no solo eso, sino que además nos encontramos ante un potencial colectivo de compra tan atractivo como solvente. Las niñas que nacieron al calor del 'baby boom' son ahora mujeres menopáusicas y muchas de ellas cuentan con independencia económica, una cierta posición profesional y relevancia social. En sus manos está, en líneas generales, el 80% de las decisiones de compra. También tienen perfiles en redes sociales y la costumbre de buscar en Google todo aquello que les interesa, especialmente en materia de autocuidado.

Y lo cierto es que hay mucha información sobre productos y servicios específicos para la menopausia. Tanto es así, que ya se ha acuñado el término 'menowashing', una palabra con la que se quiere alertar sobre los productos que se proclaman como «especialmente destinados a las mujeres con menopausia», pero que en realidad no solo no cumplen esa función sino que además su comercialización se realiza de una forma interesada por parte de algunas empresas y no siempre avalada por la ciencia. Ante este contexto, el presidente de la Asociación de Estudios para la Menopausia insiste en que todos aquellos productos y tratamientos que se oferten para ese fin, que es paliar o combatir los síntomas de la menopausia, deben estar regulados, contar con aval profesional y haber sido el fruto de una investigación científica con resultados probados para esos síntomas.

Para Marta Masi, farmacéutica y divulgadora, este aluvión de productos para la menopausia tiene, sin embargo, un sentido que va más allá de lo puramente comercial. «Había que atender a una necesidad que no estaba cubierta. Si uno lo analiza en profundidad, así evolucionó, por ejemplo, el mercado de la higiene íntima. Ahora tenemos compresas de día, de noche, tampones de distintos tamaños, copas y bragas menstruales... Se ha ido respondiendo a las distintas necesidades. Y lo mismo creo que debe suceder con la menopausia. Durante años apenas se han ofrecido soluciones, ni siquiera en las farmacias, y sí que tiene sentido que ahora se ponga el foco en el desarrollo y venta de productos para las mujeres que viven esta etapa», argumenta.

Las niñas del 'baby boom' son hoy menopáusicas con independencia económica, una cierta posición profesional y relevancia social

Autoconocimiento

En lo que sí que coinciden la mayoría de los expertos es en la importancia de dejar de patologizar la menopausia, pues no solo hay que recordar que no es una enfermedad, sino que en muchos casos se transita por esta etapa de la vida sin molestias, síntomas o trastornos. En este sentido, la ginecóloga y obstetra Miriam Al Adib, que acaba de publicar su libro 'Cuando las hormonas se desmadran' (Ed. Alienta), sostiene que el autoconocimiento es lo que puede ayudar a discernir entre lo que es normal y lo que no lo es: «No debemos caer en una polaridad que nos lleve a normalizar lo patológico ni a patologizar lo que puede considerarse normal en función de nuestras circunstancias personales. Algunas mujeres deciden no acudir a consulta por miedo, por vergüenza o porque no quieren aceptar lo que pasa, y eso hace que aguanten carros y carretas, pero esto no debería ser así. Otras, en cambio, acuden a la consulta espantadas y temiendo lo peor, aunque en realidad no sufran síntoma alguno. Ni un extremo ni el otro son positivos. Es una etapa normal y cuando se tenga algún síntoma que afecte a la calidad de vida, hay que enfocarse en buscar una solución», propone.

Comparte estas reflexiones la psicóloga Adriana F. Caamaño, quien asegura que la tendencia a patologizar algunas molestias que no siempre tienen que ver con la menopausia lleva a que muchas mujeres la vivan como una situación traumática que les asusta, les bloquea y les impide ver que también puede ser una experiencia enriquecedora desde una mirada vinculada a la sabiduría, la liberación y la aceptación.

Referentes femeninos

Los medios de comunicación también han contribuido a visibilizar la menopausia, aunque en realidad esto es algo más reciente de lo que parece, según apuntan Cristina Martínez y Mireia Roca, creadoras de Domma, firma de investigación, acompañamiento y tratamiento durante el climaterio. «Cuando comenzamos nuestra andadura, en 2021, y nos pusimos en contacto con los medios de comunicación para llegar a más mujeres, nos costó mucho que se hicieran eco de nuestro trabajo porque la menopausia era un tabú real en la sociedad», revelan. Sin embargo, ambas afirman que aunque esto ha ido cambiando en los últimos años y ya se le da más visibilidad, aún perduran muchos estigmas en torno a este ciclo de la vida. «Se asocia con la vejez, con hacerse mayor, con la pérdida de la belleza y con algo negativo. Y eso lleva a que algunas mujeres prefieran pensar que no va con ellas y que les queda muy lejos, lo que hace que, cuando llegue esa etapa, desconozcan las herramientas y las soluciones a su alcance para vivirla de la mejor manera posible», aclaran.

Una clave para el cambio de discurso, de la negación a la aceptación, reside en la exposición pública de un buen número de famosas del mundo del cine, la televisión, la música y la política. Aunque son muchas más, cabe citar por su relevancia los casos de Sofía Vergara, Emma Thompson, Gwyneth Paltrow, Naomi Watts, Halle Berry, Salma Hayek, Cameron Díaz, Drew Barrymore, Whoopi Goldberg, Michelle Obama, Oprah Winfrey o Penélope Cruz. Todas ellas son celebridades con repercusión internacional que no han dudado en hablar recientemente de su experiencia tanto en entrevistas como en reportajes específicos sobre la madurez femenina. Incluso algunas de ellas se han implicado a nivel económico y empresarial en negocios centrados en el bienestar durante el climaterio.

Sobre este fenómeno auspiciado por las famosas de mediana edad, la autora de 'Menopower' apunta que, aunque puede resultar positivo para que la sociedad ponga foco en visibilizar la menopausia, en realidad este tipo de mensajes tan mediáticos tendrían que ir más allá del «esto es lo que me pasó o esto es lo que me está pasando», pues se trata de aportar valor y de que contribuyan a que se pongan en marcha más medidas, soluciones y recursos para orientar a las mujeres de varias generaciones.

Por eso, los divulgadores del ámbito de la psicología, la sexualidad, la nutrición y la actividad física ya están sumando esfuerzos para abordar la información en torno a la menopausia desde una perspectiva integradora, optimista y esperanzadora.

Así se ha constatado durante la producción, grabación y edición del podcast 'Nosotras, las menopáusicas', de ABC, cuyos cinco episodios ya están disponibles en todas las plataformas de audio, así como en la página web del periódico. En él, mujeres que están viviendo en este momento este ciclo de la vida y expertos en la materia comparten su experiencia y su forma de ver –y afrontar–la menopausia.

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