Por qué solemos recordar las cosas mejor de lo que fueron
La psicóloga Inés Pérez Romero explica las claves de la retrospección idílica, un sesgo cognitivo que nos lleva a recordar eventos pasados de forma más positiva de lo que sentimos cuando estaban ocurriendo
Todo lo que es mejor desaprender por tu salud emocional
![La retrospección idílica nos lleva a primar los buenos recuerdos.](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/bienestar/2024/08/13/retrospeccion-idilica-R58Yy90ZymLivOZTL2BsfFM-1200x840@diario_abc.jpg)
¿Recuerdas tus primeras vacaciones con tu grupo de amigos? ¿Y las primeras que viviste con tu pareja?, ¿Qué te viene a la memoria sobre tus años de universidad?, ¿y cuando piensas en tu primer amor? Quizá te hayas parado a recordar ... unos minutos antes de seguir leyendo y tal vez se haya dibujado una media sonrisa en tu rostro y una sensación placentera recorra tu cuerpo recordando las risas en la playa, los atardeceres en esa cala encantadora y solitaria, las charlas interminables tirados en el césped después de las clases o ese escalofrío que sentiste la primera vez que pronunciaste un «te quiero». Las emociones se entremezclan cuando dejamos el protagonismo a los recuerdos y a veces resulta fácil dejarse llevar por esa dulce nostalgia y esa desconexión reconfortante con el pasado que nos invade cuando revivimos lo que hemos compartido con las personas especiales de nuestra vida.
Sin embargo, de entre todos esos recuerdos citados es probable que tu mente haya elegido los más agradables y que haya descartado otros como tu mal humor en los días en los que dormías poco por haberte pasado toda la noche de fiesta, o ese momento en que te decepcionó el gran enfado de tu pareja cuando unos niños se pusieron a lanzarse arena junto a vuestra toalla, o esas noches en vela estudiando para aquel examen que se te atragantó en el último curso, o las horas de nervios y de inseguridad esperando con el corazón en un puño a que llegase un mensaje de tu amor recién estrenado...
Lo cierto es que, tal como explica la psicóloga Inés Pérez Romero, del equipo de 'En equilibrio mental' (@enequilibriomental), es tan frecuente idealizar el pasado que ya se le ha dado un nombre específico: retrospección idílica. Este fenómeno es en realidad un sesgo positivo de la memoria que describe la tendencia a recordar eventos pasados de forma más positiva y con más cariño del que sintieron cuando lo vivieron en el momento en el que estaban sucediendo.
Según asegura la experta el concepto de retrospección idílica fue definido por primera vez en 1994 por los investigadores Terence R. Mitchell y Leigh Thompson que unos años más tarde, en 1997, lo describieron con más detalle a través de las conclusiones de tres experimentos que plasmaron en su artículo 'Ajustes Temporales en la Evaluación de Eventos: La Retrospección Color de Rosa' ('A theory of temporal adjustments of the evaluation of events: rosy prospection & rosy retrospection').
Para llevar a cabo este estudio los distintos participantes fueron reclutados para disfrutar de unas vacaciones en Europa, unas vacaciones de Acción de Gracias y unas semanas de viaje en bici por California. A lo largo de la vivencia se les invitó a contestar varios cuestionarios y, una vez terminadas esas experiencias, concluyeron que la evaluación que hacían de lo vivido era más positiva tras el paso del tiempo que en el preciso instante en el que estaban disfrutando de las mismas.
Aunque este fue uno de los primeros experimentos que se hicieron en este sentido, años después otros estudios llevados a cabo desde el campo de la psicología positiva y desde el estudio de la memoria autobiográfica (la memoria de nuestras propias vivencias) han replicado la fórmula obteniendo hallazgos similares, según asegura la psicóloga.
Recuerdos idílicos
Pero, ¿por qué lo recordamos de una forma más positiva? Según aclara Pérez Romero la retrospección idílica se da porque la memoria, lejos de ser o de funcionar como una cámara de vídeo, en realidad es más bien un collage de recuerdos que adopta una u otra forma en función del momento en el que se haga ese collage o de las emociones que se estén experimentando al recordar esos momentos. De hecho, como explica la psicóloga, esa visión más positiva tiene su lógica, pues los sesgos de memoria positivos responden a procesos adaptativos que tratan de mantener nuestro bienestar, por lo que representan un mecanismo saludable que permite mantener una visión positiva de uno mismo.
Pero lo más curioso sobre este sesgo es que no solo influye a nivel individual, pues también puede darse el llamado declinismo cuando hablamos de esa creencia colectiva que lleva a pensar que una sociedad o institución tienden al declive. Se puede observar en frases del día a día como 'esto antes no pasaba', 'la economía está cayendo en picado' o 'la juventud de hoy en día tiene la cabeza en las nubes'. Sin embargo, como señala Hans Rosling y su Fundación Gapminder, en realidad la estadística nos demuestra justo lo contrariom es decir, que los índices de desarrollo mundiales son mucho más optimistas de lo que creemos desmontando así la expresión popular de «cualquier tiempo pasado fue mejor».
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