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Pies sin callos ni juanetes: consejos para tenerlos sanos y a prueba de kilómetros

No siempre reciben la atención y el cuidado que merecen, pero siguiendo estas recomendaciones, estarán en su mejor momento

Lo que te puede pasar en los pies si llevas todo el día chanclas

Cómo evitar tener juanetes y callos. Freepik
Melissa González

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Durante todos los miles de años de existencia como especie, los seres humanos hemos caminado descalzos allá donde fuésemos. Pero después inventaron los zapatos, se pusieron de moda y ya nadie sale a la calle sin ellos. Sin embargo, la mayoría de los zapatos que usamos diariamente pueden motivar la aparición de juanetes y callos, además de estar cambiando la forma en que caminamos y dañando incluso nuestros cuerpos.

Los juanetes son un bulto óseo que se forma en la articulación de la base del dedo gordo del pie. Ocurre cuando algunos de los huesos de la parte delantera del pie se mueven de su lugar. Esto hace que la punta del dedo gordo del pie sea arrastrada hacia los dedos más pequeños y fuerza a que la articulación en la base del dedo gordo sobresalga. De hecho, la piel sobre el juanete puede estar enrojecida y dolorida. El uso de zapatos estrechos y ajustados puede provocar juanetes o empeorarlos. Los juanetes, no obstante, también pueden desarrollarse como resultado de la forma del pie, una deformidad del pie o una afección médica, como la artritis.

Los callos, por su parte, también conocidos como piel dura, son causados por la presión o fricción repetida en un área particular de la piel, que generalmente ocurre en las plantas de los mismos. Se desarrollan capas gruesas y endurecidas de la piel en respuesta a la presión y aunque pueden ser antiestéticos, lo importante es que resultan incómodos y dolorosos al presionarlos, por ejemplo, si golpeas ese área.

La dermatóloga Elena Martínez Lorenzo, de Clínica Pilar de Frutos, aconseja tener los pies hidratados para evitar durezas y callos: «Hay que usar cremas hidratantes muy untuosas y extender su uso a los dedos y uñas. En aquellos casos en los que haya pieles muy secas o algunas durezas es conveniente usar cremas con emolientes como urea , ácido salicílico o ácido láctico».

Un calzado holgado con sujeción

Más allá de estos problemas que pueden surgir en nuestros pies, desgraciadamente hay muchos más. Por ejemplo, los hongos, que se reproducen fácilmente con calor y humedad y sería conveniente, según cuenta Yolanda Tarriño, podóloga de Foot Clínic Margaret Dabbs at Instituto de Benito, no andar descalzo en casa para evitar durezas.

«Es básico mantener una buena higiene de pies, secando muy bien la piel después de la ducha o baño, especialmente entre los dedos, y usar algún producto que nos regule el exceso de transpiración si la hay», explica. También es muy importante, a su parecer, el uso de calcetines de fibras naturales para absorber el sudor y un calzado que permita también la transpiración. «Si se frecuentan piscinas o gimnasios hay que llevar chanclas y evitar andar descalzo en aquellas zonas comunitarias que veamos que hay agua estancada, que es donde hay más riesgo de contagiarse », añade Yolanda Tarriño.

Separador de dedos

Una herramienta que ayuda mucho con estos problemas mencionados anteriormente es el separador de dedos. Lo ha enseñado Cristina Pedroche unas decenas de veces y no deja de suscitar curiosidad... El separador de dedos o corrector de dedos es una herramienta que, basada en la biomecánica del pie, intenta dar una solución a problemas como juanetes, dedos en garra, neuroma de morton y otras muchas patologías que se suelen deber al mal alineamiento de los dedos, que a su vez tienen un origen en el calzado inadecuado y no en un problema congénito. Estos dispositivos se intercalan entre los dedos de los pies, aumentando el espacio entre los mismos, y pueden estar fabricados en muchos materiales, como silicona, foam, textil, etc. ¿Conoces los famosos separadores para pintarse las uñas de los dedos de los pies? Sería algo parecido.

Así se ven los separadores de dedos. @RMOTIONCOACH

Juan José Carbajo, jefe de Fisioterapia y Rehabilitación del Hospital Nuestra Señora del Rosario, indica que se trata de una herramienta más y «nunca se debe usar como único tratamiento» ni tampoco tienen resultado en el corto plazo y está contraindicada en patología vascular o diabetes: «La forma correcta de utilizar los separadores de dedos sería de forma progresiva, marcándose objetivos pequeños del entorno a una hora diaria y aumenta una hora por semana, a ser posible llevando los pies descalzos de forma inicial o con calzado amplio y cómodo. Lo más importante sería la combinación con otras terapias o ejercicios».

Según el Dr. Javier Tejada, del equipo EQAL Traumatología del Hospital Nuestra Señora del Rosario, también contribuyen a la disminución de hiperqueratosis o callosidades y al alivio de los dedos en martillo. Este separador suele usarse principalmente en casa, descalzos y al menos durante diez minutos al día, lo que puede genera cierto alivio del antepié. «También pueden usarse con calzados del tipo barefoot o de horma ancha», cuenta el Dr. Tejada.

¿Qué miramos en un calzado?

A menudo, subestimamos la importancia de elegir el calzado adecuado para nuestros pies. Sin embargo, son una parte fundamental de nuestro cuerpo, por eso el calzado que elegimos puede afectar significativamente nuestra salud y bienestar en general. Tomar una buena decisión de compra pasa más allá de ver si es cómodo o no, o si nos hará daño en el talón. Factores que los expertos conocen muy bien y que a partir de ahora tendrás en cuenta antes de decidirte por un diseño u otro, como por ejemplo que tenga buena sujeción

La Dra. Sara Parejo, experta en biomecánica y podología deportiva, hace hincapié en la importancia de una buena sujeción en el calzado. Una sujeción adecuada es esencial para evitar cualquier tipo de inestabilidad en la pisada cuando caminamos. Esto se traduce en un soporte óptimo para nuestros pies.

Los materiales utilizados en la fabricación del calzado también son un aspecto a considerar, algo que tienen muy presente en Glent, marca de zapatos: «Los materiales de fabricación del calzado deben ser de calidad, preferiblemente ser de piel o textiles de fibras naturales, que nos brinden una buena resistencia y adaptabilidad», explica la Dra. Parejo. Además de los materiales, las suelas del calzado deben garantizar una óptima adherencia para conseguir esa seguridad en la pisada, así como evitar resbalones, prevenir caídas y lesiones. Además, no menos importancia merece la transpiración del zapato, ya que es fundamental la disminución de humedad en el interior para evitar hongos, entre otros problemas.

Ni siempre planos ni siempre tacones

Aunque los zapatos de tacón siempre han sido señalados como incómodos, motivadores de los juanetes y enemigos, en general, de nuestros pies, también hay que decir que ir siempre en plano no es del todo óptimo. Llevar constantemente zapatos planos, como bailarinas o sandalias con la suela muy plana y baja, puede atraer la osteoartritis o daños en las articulaciones. El consejo de los podólogos y fisioterapeutas es el de alternar zapatos con tacón, de aproximadamente cuatro centímetros, con zapatos más planos y a que si no puede motivar el acortamiento musculare en gemelo especialmente.

El Centro Quiropráctico Retiro, ubicado en España y citado por el medio El Heraldo, aseguró hace unos meses que cuando estamos descalzos, «los metatarsos soportan el 43% de nuestro peso, mientras que el talón soporta el 57%. Según aumenta la altura de los tacones, el porcentaje de peso que soportan los metatarsos aumenta hasta el 90 o incluso el 100% en tacones de unos 10 centímetros». En estos caso es mejor que los usemos el menor tiempo posible.

A la izquierda, botas con poco tacón de Steve Madden. A la derecha, zapatillas con suela ancha para mayor comodidad del pie, de Gioseppo.

No obstante, los tacones altos, aunque pueden no ser tan beneficiosos para nuestros pies, sí puede llegar a serlo para las piernas, ya que estos zapatos benefician los músculos de las piernas, generando más músculo y menos grasa en las pantorrillas.

Siguiendo los consejos de la Dra. Elena Martínez Lorenzo, hay que hacer lo siguiente para tener los pies sanos:

1. Hidratación, con emolientes como urea, ácido salicílico o ácido láctico. Diario, antes de dormir.

FRESH foot balm de Ringana para mantener los pies hidratados (22,77 euros 125 mg).

2. Limpieza de los pies con agua templada, mantenerlos en remojo unos 20 minutos e incluso asociar bicarbonato sódico (con una cuchara de café es suficiente).

3. Limado de callosidades, de forma general 1-2 días en semana. En casos de callosidades mas intensas puede incluso hacerse a diario.

4. Cuidado de las uñas, mantenerlas cortas pero no en exceso, que queden a ras del pulpejo del dedo, que tengan una forma cuadrangular y que los bordes no estén anulados ni muy cortos. Además, mantener las uñas hidratadas, usar la misma crema que para los pies. Si las uñas están muy gruesas usar un emoliente especifico para uñas a una concentración mayor que la de los pies (urea de al menos un 40%). Si por el contrario las uñas están frágiles, mejor usar un endurecedor de uñas.

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Sobre el autor Melissa González

Graduada en Periodismo y Máster en SEO/SEM. Pasé por diferentes medios especializados en moda y belleza y actualmente elaboro contenido sobre bienestar y estilo de vida. Viajar y leer son mis pasiones.

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