Manchas en las uñas y otras señales que advierten que no están sanas
A simple vista, las uñas dan mucha información de cómo son los hábitos de una persona
Señales en tus uñas que indican que algo no va bien en tu cuerpo

Morderse las uñas es una de las costumbres más extendidas, y el nerviosismo suele ser el motivo que provoca que muchas personas lo hagan a todas horas. Siendo conscientes o no, pellizcan la uñas con sus dientes -o lo poco que queda de ... ella- y en la mayoría de ocasiones dañan también la piel, llevándosela por delante y provocando incluso sangrado.
Esta manía, conocida como onicofagia, es un hábito compulsivo más frecuente en niños que en adultos. Según los últimos estudios, afecta al 20-45% de la población, y lo cierto es que lo hacen más mujeres que hombres. Los expertos consideran que se trata de un signo que acompaña a un problema psicológico o psiquiátrico y que forma parte de los trastornos obsesivos compulsivos (TOC).
Los nutrientes que faltan
Morderse las uñas no es el único mal al que se enfrentan las uñas, también hay que tener en cuenta los alimentos que ingerimos, o más bien los que no comemos, que muchas veces delatan el estado de las mismas. Porque que las uñas se rompan o se muestren quebradizas tiene mucho que ver con la alimentación. Laura Llorente, dietista-nutricionista de Instituto Centta, cuenta que las uñas descamadas pueden deberse a una deficiencia de ácidos grasos esenciales o vitamina B12, y las quebradizas o que se rompen con facilidad comenta que pueden indicar una deficiencia de ácidos grasos, proteínas, vitamina A, hierro o calcio.
En la línea de las uñas quebradizas, la acetona parece ser otra enemiga más. Tal como indica Marta García-Legaz, dermatóloga y divulgadora médica en IMR, la acetona reseca, «lo cual es agresivo para la uña y puede dañarla, haciéndola más frágil».
Respecto al corte de cutículas, que hace unos años se extendió la idea de que no es bueno para la uña, la experta lo suscribe: «Debemos tener en cuenta que su función es precisamente proteger, por lo cual debemos llevar especialmente cuidado y no recortarlas por completo».
Las manchas blancas en las uñas también tienen su explicación. Según comenta, Ana Álvarez-Vieitez, dermatóloga del Hospital Nuestra Señora del Rosario, se trata de una alteración de la fusión de la uña y de la capa subyacente; son como pequeñas burbujas de aire que se perciben blancas por efecto de la luz y que se refleja de forma diferente al resto de la uña. La Dra. Lourdes Navarro, dermatóloga de la Academia Española de Dermatología y Venereología, aclara también que estas se dan especialmente en personas que se realizan «manicuras excesivas o muy agresivas» en las que hay un daño en la parte más próxima de la uña, a nivel de la cutícula, donde está la matriz de la uña. «También tener uñas largas da lugar a que haya más traumatismos constantes, y se puede traducir en una mayor aparición de estas manchas que aparecen en forma de puntitos blancos», dice.
Tener las uñas pintadas
Otro punto a tener en cuenta, más allá de si tenerlas pintadas o no ayuda a su mordedura, es si llevar siempre esmalte es bueno para las uñas. En principio no tiene por qué ser perjudicial para su salud, pero la Dra. Estefanía Arredondo, directora médica de Olyan farma, comenta que el problema no viene por pintarlas, sino por tener que utilizar quitaesmalte cada vez que se deben repintar para que la uña esté estéticamente perfecta, siendo el motivo por el que hay que cambiar de tonos de esmalte y dejar un tiempo entre uno y otro.
«Los quitaesmaltes con acetona dañan la uña y puede llegar a pigmentarlas y debilitar su queratina, lo que puede favorecer una infección por hongos o que estén más quebradizas, sobre todo cuando no se deja descansar entre cambio de esmalte», dice Estefanía. Por tanto, es recomendable siempre dejar 2 o 3 días las uñas al aire para no debilitar la queratina, dejándolas al natural durante una semana cada 2 o 3 meses, siendo estos días de descanso los ideales para hidratar las uñas. Por otro lado, la experta recomienda no abusar de los esmaltes oscuros, ya que son los que más pigmentos y químicos llevan en su composición, siendo más agresivos con la queratina y haciendo que se debilite o escame, incluso puedan volverse amarillas. Si este es el caso, hay que hacer una pausa y seguir tratamientos hidratantes y fortalecedores antes de volver a esmaltar las uñas.
Levar la manicura perfecta, con esmaltados de colores, se ha convertido en todo un ritual de belleza, y cuando llevarlas pintadas diariamente no es malo, se deben usar esmaltes respetuosos que dejen «respirar» a la uña para que se mantengan sanas y fuertes, y así evitar consecuencias negativas.
Cristina Batres, farmacéutica colaboradora de Vitry, recuerda que es importante «fijarse en las etiquetas de los esmaltes o en la letra pequeña para evitar usar tóxicos o sustancias no deseables (formaldehído, ftalato de dibutilo (DBP), tolueno…)».
Batres aconseja utilizar marcas que cumplen con estas premisas, «como Vitry, usar marcas de referencia que cumplen con esta como es el caso de lacas de uñas BE GREEN, compuestas por hasta un 84% de ingredientes BIO y hasta un 74% de origen natural». Al mismo tiempo, están libres de 13 ingredientes nocivos para la salud y el planeta, como son el formaldehído, el ftalato de dibutilo, el alcanfor, el níquel o el tolueno, así como ingredientes de origen animal.
Los problemas más comunes
Las expertas en uñas de los centros de estética, como es el caso de Tranquilo Lab (Madrid), aseguran que los clientes que llegan por primera vez, es decir, que trataban sus uñas en otros centros, notan que estas presentan roturas y debilidad: «En Tranquilo cuando vienen clientas así optamos por retirar todo el producto y empezar de cero el trabajo. Dependiendo cómo tenga la uña, valoramos cuál es el mejor tratamiento a escoger, el mejor tipo de base y servicio».
Cuentan desde Tranquilo Lab, expertos en 'nail art', que no cuentan con una fórmula perfecta para que las personas no se muerdan las uñas, pero gracias a sus diseños, se frena esta costumbre: «Sí podemos llevar un seguimiento de esa clienta, escribiéndole de vez en cuando para ver qué tal lleva su manicura y también algo que siempre nos funciona es hacerle un diseño que le encante, así cada vez que se vea las uñas se pensará dos veces si dañarla».
En cuanto al método, aseguran que apuestan por incluir en todos sus servicios la manicura rusa, «que se realiza en seco y es imprescindible la utilización del torno para ella, sin acetona». Se centra en la limpieza de la cutícula; una técnica muy meticulosa y que marca mucho la diferencia en el resultado de un buen esmaltado»
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