Por qué no ganas movilidad pese a que todos los días estiras para conseguirlo
Aunque todos lo intentamos, no siempre conseguimos alcanzar la movilidad que nos gustaría
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![Atleta estirando en el gimnasio](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/bienestar/2024/07/02/AdobeStock_609595043-RIZhBzsbQwIUT4VK8vMTxRI-1200x840@diario_abc.jpg)
Puedes ser una persona muy en forma y tener dificultades para hacer una sentadilla profunda, o tocar el suelo con las manos sin doblar las rodillas. Si eres consciente del problema casi seguro que intentas solucionarlo, pero algo falla porque las mejoras son escasas. Casi siempre entendemos que la movilidad se consigue estirando a diario o, de vez en cuando, pasándote el rodillo de foam, pero hay que comprender verdaderamente la biomecánica del cuerpo para darnos cuenta de que esas opciones no son las mejores, pero antes:
¿Por qué es tan importante la movilidad?
Tener una mayor movilidad nos va a permitir ser más eficientes en nuestros gestos, ya sean para ejecutar una habilidad deportiva o poder rascarnos cualquier punto de la espalda, por mencionar algo muy simple.
La movilidad también nos permitirá ampliar los rangos de movimiento de aquellos ejercicios que hagamos, aumentando sus resultados y consiguiendo que nuestro cuerpo sea menos propenso a sufrir lesiones o dolor crónico.
¿Por qué cuesta tanto trabajar la movilidad?
En general es muy aburrido y, como resultado, la mayoría de la gente intenta mejorar su movilidad con ejercicios al azar sin darle suficiente coherencia a lo que está haciendo, al fin y al cabo siempre hay otros objetivos que nos gustan más, como estar más fuertes o tener más resistencia cardiovascular.
Para aplicar un protocolo que verdaderamente tenga resultado es imprescindible la individualización y la supervisión de un profesional cualificado, pero te proponemos algunas pautas para mejorar la movilidad que posiblemente no se te habían ocurrido:
Varía tus calentamientos
Esto se puede ver en cualquier lado: personas que llegan a un gimnasio o se disponen a salir a correr por un parque y hacen lo mismo para calentar desde hacer años. Los atletas entran al gimnasio y realizan el mismo calentamiento que han estado haciendo durante años. Esta manera de calentar te prepara física y mentalmente haciéndote salir del reposo, pero poco más.
Un buen calentamiento debería hacer un repaso de todos los grupos musculares más relevantes. Normalmente todos tenemos movimientos descompensados, haciendo un repaso muscular completo en un calentamiento algo más 'consciente' podremos detectar esas pequeñas descompensaciones e intentar corregirlas de manera activa, lo cual consigue con el paso del tiempo que utilices de manera más eficiente esas zonas consiguiendo una mejor movilidad.
Concéntrate en tus articulaciones
La mayoría de las veces nos enseñan a emular determinados movimientos que vemos. Sin embargo, al hacerlo, es más que probable que no estemos implicando ni los músculos ni las articulaciones en el mismo grado que la persona que ejecuta la demostración. Todo un clásico.
En lugar de concentrarte exclusivamente en replicar el movimiento que has visto, piensa en las articulaciones y hazte dos preguntas: ¿Esta articulación tiene un movimiento giratorio o de bisagra? ¿Es una articulación estable o móvil? El papel de las articulaciones en cada movimiento lo dicta la función para la que está diseñada la articulación y cómo intenta activamente contribuir al movimiento mismo.
Esta conciencia del movimiento puede ayudarte a identificar las articulaciones que tienen menos movilidad y así enfocarte a trabajar más en ellas.
Incorpora el 'tempo'
En general vamos rápido y con ello jugamos papeletas para llevarnos una lesión y una mala movilidad. El tempo en el ámbito del ejercicio hace referencia a la desaceleración de cualquier movimiento a través de sus puntos de contracción muscular. Esto que suena un poco raro no es más que hacer las fases negativas de un ejercicio más lentas, mantener en isométrico una posición final de un ejercicio (aguantar unos segundos en la posición más profunda de una sentadilla, por ejemplo) o en una posición de inicio, y ser explosivos en la fase concéntrica de un ejercicio
Incorporar el tempo en los entrenamientos te puede ayudar a mejorar la movilidad de dos maneras:
- Garantiza que realices el movimiento correctamente y puedas hacer ajustes a medida que lo completas que serían imposibles al ejecutarlo a toda velocidad.
- Crea más tiempo bajo tensión mecánica algo que, si los movimientos se ejecutan en todo su rango, acabará proporcionándote mayor estabilidad.
No son prácticas muy complicadas y si llevas tiempo sin mejorar tu movilidad queda claro que algo hay que cambiar. Incorporar alguno de estos elementos te ayudará a conseguirlo, reduciendo también el riesgo de lesiones y disminuyendo dolores y molestias diarias. Elige uno y prueba en tu próximo entrenamiento.
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