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Cómo quemar más grasa y acelerar el metabolismo

Mario Muñoz, Doctor en Medicina del Deporte, Máster Universitario en Fisiología del Ejercicio y en Entrenamiento Personal y experto de Fit Generation desmonta falsas creencias en torno a la calificación de metabolismos «lentos» y «rápidos»

Y más: ¿Qué ocurre si hacemos el mismo ejercicio todos los días?

¿Ayuda a adelgazar dejar la dieta de vez en cuando?

La cantidad de masa muscular y la cantidad de masa libre de grasa influye en el ritmo metabólico basal.
Raquel Alcolea

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«Coma lo que coma y haga lo que haga no adelgazo porque mi metabolismo es muy lento», «Mira, esa de ahí come como una lima y está como un fideo, debe tener un metabolismo súper rápido»... La creencia popular añade con facilidad (y alegremente) el calificativo de «lento» o «rápido» al concepto «metabolismo» y no son pocos los que se atreven a etiquetar el suyo con uno de los dos adjetivos. Pero no sólo sucede eso, sino que además algunas personas utilizan ese argumento de lentitud o rapidez metabólica como excusa para reafirmarse en su sedentarismo, descuidar su alimentación y desatender su salud, tal como alerta Mario Muñoz, experto de Fit Generation, Doctor en Medicina del Deporte, Máster Universitario en Fisiología del Ejercicio y en Entrenamiento Personal.

Pero vayamos por partes pues, tal como recuerda el Dr. Muñoz, conviene hacer un breve repaso a la historia de este concepto para entender a qué nos referimos cuando hablamos de «metabolismo», o mejor dicho, de metabolismo basal. Así, el experto recuerda que el cálculo del ritmo metabólico basal se basó durante décadas en los »principios de la calorimetría« establecidos por Lavoisier y Laplace (1783) y que el término basal se usó para distinguir la energía gastada durante la actividad física de aquella que se utiliza únicamente en reposo. Precisamente el ritmo metabólico basal representa, según recoge el experto, «la suma de energía de todos los tejidos del cuerpo realizando la actividad mínima necesaria para sobrevivir en condiciones de estado estable». Así, se podría decir, por tanto, que «el metabolismo basal es la tasa mínima de gasto energía compatible con la vida» (Mitchell, 1962).

Y tras esta resumida aproximación a estos conceptos lo primero que tenemos que entender, según plantea el Dr. Muñoz, es que cuando calculamos nuestro metabolismo basal con ecuaciones típicas de las «calculadoras de metabolismo basal» lo que estamos haciendo es calcularlo en base a un promedio de series de datos de otras personas y, aunque aporten una buena estimación, lo cierto es que ningún resultado refleja exactamente «nuestro metabolismo». Lo que el experto de Fit Generation quiere aclarar con esta reflexión, por tanto, es que para poder calificar a nuestro metabolismo como «lento» o «rápido» de una manera precisa en realidad nos lo tendrían que medir en un laboratorio.

«La forma más eficaz de impactar en el metabolismo es a través de la composición corporal»

Dr. Mario Muñoz

Doctor en Medicina del Deporte, Máster Universitario en Fisiología del Ejercicio y en Entrenamiento Personal y experto de Fit Generation

Dicho esto lo que sí es cierto, tal como aclara el Dr. Muñoz es que, efectivamente, existen determinados factores que influyen en el metabolismo como la edad, el sexo, la estatura, la masa corporal magra, los niveles hormonales basales o la temperatura corporal promedio, entre otros. Veamos algunos ejemplos. En cuanto a la altura, está claro que a mayor estatura, mayor superficie corporal y volumen y, por tanto, más alto será el metabolismo basal. «Esto se debe a que el cuerpo más grande requiere más energía para mantener sus funciones vitales en reposo», revela Muñoz.

Y otra clave puede ser la relacionada con el sexo, pues los hombres suelen tener un ritmo metabólico basal más alto que las mujeres, pues es común que ellos tengan más masa muscular, menos grasa corporal y más superficie corporal que ellas.

¿Qué influye más sobre el metabolismo?

Antes de contestar a esta pregunta conviene aclarar cuál es la relación entre el metabolismo basal y el gasto energético diario pues, tal como revela el Dr. Muñoz, el gasto energético diario, por definición, no solo incluye el metabolismo basal, sino que es su componente principal: en líneas generales el ritmo metabólico basal supone alrededor del 60%-70% del gasto energético diario. Y el resto de factores que integran este gasto estarían repartidos, en diferentes proporciones en función de cada persona, del entorno y del contexto, entre: el efecto térmico de los alimentos (aproximadamente un 10%), el gasto procedente del ejercicio (5%-20%, dependiendo de cuánto se haga) y el gasto de las actividades que no se consideran ejercicio, es decir, el NEAT ('non-exercise activity thermogenesis'), por sus siglas en inglés, que puede situarse entre el 5% y el 15% del gasto energético diario.

«Cuanto mayor sea la masa muscular y más sea la masa libre de grasa, mayor será el ritmo metabólico basal, independientemente de la edad»

Mario Muñoz

Doctor en Medicina del Deporte, Máster Universitario en Fisiología del Ejercicio y en Entrenamiento Personal y experto de Fit Generation

Parecen, por tanto, unos porcentajes cuya variación dependerá del estilo de vida y de las características de cada persona; lo que nos lleva a pensar que para saber lo que más puede influir en el metabolismo específicamente habría que actuar directamente sobre el ritmo metabólico basal. Y aquí es donde el Dr. Muñoz aporta la clave: «La forma más eficaz de impactar en el metabolismo es a través de la composición corporal con esta fórmula: manteniendo el índice de porcentaje graso moderado o bajo y aumentando el porcentaje de masa muscular por encima de la media«, asegura. La explicación está, según argumenta en el que un kilo de músculo puede gastar entre 12 y 13 kcal por hora mientras que un kilo de grasa consume unas 3-4 kcal por hora. »Lo que gasta el músculo es casi cuatro veces más de lo que gasta la grasa. Esto significa que si tienes un porcentaje moderado de grasa y una cantidad importante de masa muscular, gastarás bastante mas que otra persona con más grasa y menos músculo, aunque tenga tu misma edad, altura y unas características similares, explica.

Esta influencia de la cantidad de masa muscular y la masa libre de grasa sobre el ritmo metabólico basal ya quedó recogida en 2021 por el estudio 'Daily energy expenditure through the human life course' dirigido por Pontzer. Esta investigación recogía que, cuanto mayor es la masa muscular y la masa libre de grasa, mayor era nuestro ritmo metabólico basal, independientemente de la edad. «Mejorar este componente a través de la creación de masa muscular y/o la reducción del tejido adiposo nos dará un pequeño impulso a favor del gasto calórico asociado al ritmo metabólico basal», resume el Dr. Muñoz.

En el gasto energético diario influye...

  • Ritmo metabólico basal (60-70%)

  • Efecto térmico de los alimentos (10%)

  • Gasto energético procedente del ejercicio (5-20%)

  • NEAT (5-15%)

El efecto térmico de los alimentos hace referencia a la energía utilizada en el proceso de comer, digerir, metabolizar y almacenar alimentos. Así, tal como explica el experto de Fit Generation, dietas con mayor contenido de proteínas y de fibra tendrán un efecto térmico algo superior que aquellas que aporten pocas proteínas. Sin embargo esto, tal como aconseja el Dr. Muñoz, no es algo con lo que haya que obsesionarse. En general y aunque haya diferentes composiciones nutricionales entre un 8 y un 12% de las calorías que se ingieren se destinan a digerir y absorber los alimentos. Así, por ejemplo, si comes unas 3.000 kcal, entre 240 y 360 kcal irán destinadas a estos procesos.

El gasto energético procedente del ejercicio (que podría situarse entre el 5 y el 20% del gasto energético diario) es la energía utilizada durante el ejercicio estructurado e intencional, es decir, durante las sesiones de gimnasio o los entrenamientos deportivos.

Tras esta explicación, por tanto, el gasto energético procedente del ejercicio es el que haría referencia específicamente al último concepto, es decir, al ejercicio. «Podemos pensar que salir a caminar 30 minutos al día es hacer ejercicio, pero ¿realmente lo es? Creo que estaremos de acuerdo en que dependerá en gran medida de la intensidad con la que lo hagas», argumenta el experto de Fit Generation.

Por último el NEAT ('non-exercise activity thermogenesis') es algo que, según recuerda el Dr. Muñoz, se puede aumentar de manera consciente con estrategias como coger el transporte público en lugar del coche, bajarte varias paradas antes de llegar al trabajo, caminar a menudo, usar tablet o el móvil mientras caminas a un ritmo lento en una cinta (si trabajas en remoto y dispones de ese aparato) o volver a casa caminando con el carrito cargado de la compra.

En definitiva, lo que plantea el Dr. Muñoz es que las contribuciones del ritmo metabólico basal, el efecto térmico de los alimentos, el gasto energético procedente del ejercicio y el procedente del NEAT difieren claramente entre personas muy activas, que cuidan su alimentación y tienen buenos hábitos, y las menos activas, sedentarias y con peores hábitos en su día a día.

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