Ocho horas de entrenamiento para convertirse en instructor de la auténtica Zumba de Beto Pérez
Para ser profesor de Zumba hay que apuntarse a una formación. ¿En qué consiste? ¿Qué se enseña? Te lo contamos todo
¿Se pueden eliminar las cartucheras?
No todos los días te ofrecen infiltrarte en una instrucción de Zumba con el mismísimo creador de la materia. Reconozco que, salvo en una o dos ocasiones, no lo he practicado, y esa es la primera inquietud que me surge cuando me proponen apuntarme a la formación que tiene una duración de ocho horas casi ininterrumpidas en Barcelona.
Por un lado, ir a Barcelona siempre es buen plan pero, ¿ocho horas? ¿Tanto cunden? ¿Aguantaré ese tiempo ejercitándome? Me surge también una pizca de vergüenza -pese a que creo que no la conozco- por si mis patosos pasos provocan alguna que otra risa.
El contenido cunde, ya ves que sí. Además, aguanté hasta el final de la formación y todos nos reímos mucho pero no de mí, claro. Justo esto es lo que más llama mi atención: la dinámica te hace estar sonriendo en todo momento -de hecho, ahora que lo conozco bien no me imagino a nadie practicando Zumba con cara seria o triste, ni siquiera estresada- y eso hace que el ambiente sea realmente motivador. Tan motivador que yo misma me vi contagiada por las ganas de enlazar un movimiento tras otro. Por supuesto, sin dejar de lado el pensamiento que me vino en varias ocasiones: tras la formación, obtendré el título de instructora. ¡Wow!
La vuelta al mundo
Ante la duda de si había alguien más con pocas nociones de la actividad, lo cierto es que solo yo parecía un tanto ajena a lo que explicaban los expertos. Éramos 53 personas apuntadas y allí solo había gente -de todas las edades y una aplastante mayoría de mujeres- que llevaban años practicando Zumba. Pero no hablo de quien lo practica esporádicamente como un evento aislado en su vida. No, no... Muchos de ellos eran profesores y dicha formación les hacía aprender nuevas canciones y movimientos para enseñárselo a su vez a sus alumnos. Porque si pensabas que Zumba ya no se lleva, estás muy equivocado.
Eso llegué a pensar yo también antes de vivir esta experiencia. Hay muchísimas disciplinas que llenan centros fitness: barré, pilates, yoga, crossfit... pero Zumba sigue al pie del cañón -en muchos países-, ajeno a modas, y su público es muy fiel: se animan unos a otros, visten la ropa de la propia marca, se aplauden y animan entre ellos... Esta formación se hacía por primera vez en Barcelona y no sabría decir el porcentaje de españoles que estábamos en ella. Lo que tengo claro es que éramos minoría. Hablé con un húngaro, una francesa y una argentina. Pero también había gente de Bélgica, Reino Unido y algunos países latinos como Brasil. ¡El Zumba no tiene fronteras!
Su comunidad es lo que más destacan los principales expertos en Zumba. Tal como me contaba Jessica Expósito en un pequeño parón para comer, lo mejor es el compañerismo y la felicidad que se desprende durante las clases: «Nos dicen que venir a Zumba es su parte favorita del día».
Estructura de la formación
Una formación de este tipo no tiene muchas complicaciones. Una vez te apuntas, sabes que vas a salir con el título de profesor y podrás enseñar a decenas de personas interesadas en esta actividad.
A las 8am estábamos todos listos para abordar la jornada que consistió en lo siguiente: tras una introducción para conocer a fondo en qué consiste Zumba -qué menos que saber de dónde viene esta actividad-, nos ponemos manos a la obra con una masterclass impartida por Jessica Expósito, Ricardo Rodrigues y Beto Pérez. Tras sudar todo lo que se podía, toca clase teórica sobre los cuatro movimientos más reseñables de cada modalidad: cumbia, reguetón, merengue y salsa, y después puesta en práctica todo el grupo para demostrar lo aprendido.
También nos enseñan a hacer un buen calentamiento y enfriamiento y a saber escoger la música para ello; nunca estos pueden tener ritmos más fuertes que el desarrollo de la clase. Después, para terminar la formación, llega el momento temido: nos dan un estilo al azar y hay que defenderlo frente a los instructores. ¡Qué nervios! Menos mal que era por grupos de unas siete personas... ¡A todos nos salió muy bien!
La inscripción incluía además la membresía de Zin, un programa creado para ofrecer el apoyo y las herramientas necesarias para tener éxito en esta disciplina. Te da acceso a material exclusivo de Zumba, a través de Zin Now más de 100 coreografías y también recibirás coreografías mensuales y materiales de marketing.
En definitiva, una formación de Zumba consiste en aprender un poco de teoría para saber los nombres de los pasos/movimientos y mucha práctica para dejarse llevar por la música que en un futuro no muy lejano terminarás escogiendo para poner en tus clases.
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