Lo que no te han contado del kung-fu: no es entrenar el cuerpo, es trabajar la mente
Dani Galindo, maestro de kung-fu, cuenta cómo las artes marciales nos enseñan a vivir plenamente
![Lo que no te han contado del kung-fu: no es entrenar el cuerpo, es trabajar la mente](https://s3.abcstatics.com/media/bienestar/2022/10/06/dani-galindo-foto-kMdD--1248x698@abc.png)
Las artes marciales son mucho más que un estilo de lucha y deporte. En ellas se encierran los secretos de una filosofía ancestral que han practicado grandes sabios a lo largo de la historia, desde los estoicos griegos hasta los ascetas budistas. Y, ... sin embargo, con el tiempo parece que muchos hemos olvidado esas enseñanzas que nos ayudan a soportar los embates de la vida y resurgir exitosos de ellos.
!['Cinturón negro de la vida' (Vergara), de Dani Galindo](https://s1.abcstatics.com/media/bienestar/2022/10/06/cinturon-negro-libro-kMdD-U501402045224RzB-220x330@abc.jpg)
Dani Galindo es uno de los expertos de kung-fu más reconocidos de nuestro país y ha estudiado durante años el pensamiento y el modo de vida de los grandes maestros. Tal es así que en 'Cinturón negro de la vida' (Vergara), su primer libro, recoge sus aprendizajes y nos los acerca a nuestro día a día para sacar todo el partido a nuestro potencial.
El kung fu es el arte marcial más antiguo que hay , es decir, el primero que se inventó. Tal como cuenta Dani Galindo en la entrevista, esto nace gracias a un monje que, cansado de las posturas incómodas para meditar, desarrolló un par de ejercicios que hoy en día se llevan a cabo en esta disciplina. Por tanto, podría decirse que el kung-fu se inventó sin querer como modo de meditación y para mejorar la salud. «Se fueron dando cuenta de que quienes hacían esos ejercicios eran más fuertes que el resto de la población», dice el experto, que continúa contando que aquellas personas, no muy diferentes a las actuales que practican esta disciplina, tenían mayor energía, sabiduría y mayor conciencia de la respiración.
![Dani Galindo, maestro de kung-fu.](https://s1.abcstatics.com/media/bienestar/2022/10/06/dani-galindo-1-U3030430575950yB-U501402045224xeF-510x510@abc.jpg)
«En las clases de kung-fu aprendes que cuerpo y mente están unidos, y si tienes un cuerpo débil, posiblemente esto se extrapole en tener también mente débil. Si en cambio entrenas tu cuerpo y tienes inteligencia de movimiento, tu mente va a funcionar mucho mejor; no es lo mismo salir de la oficina e irse a tumbarse al sillón de casa que decidir hacer deporte. En esto último la mente se desarrolla», señala el autor de 'Cinturón negro de la vida'.
Desarrollo personal
Teniendo en cuenta la unión tan fuerte que hay entre el cuerpo y la mente especialmente en esta actividad, cuesta imaginarse qué puede uno encontrar en las clases de kung-fu. Al parecer, ya hay mucho conocimiento sobre esta disciplina legendaria, pero también muchas personas se llevan la grata sorpresa de que no solo van a aprender a «luchar» con el cuerpo, también el cerebro se mete en combate.
«El kung-fu es el camino hacia uno mismo»
Dani Galindo
maestro de kung-fu
Para empezar, la figura del profesor es la del 'shifu', una persona que ha llegado al cinturón negro y que va a compartir todos sus conocimientos sobre este ejercicio: «El maestro es el que despierta al alumno. El alumno viene con ciertas creencias, pero en kung-fu tienes que luchar contra tu ego. Hoy en día vamos muy atropellados: somos superficiales con nuestra pareja, con amigos, con familiares e incluso con nosotros mismos. Hay que hacerse la siguiente pregunta: '¿Me gusta lo que estoy haciendo?', '¿a dónde voy?'. Esta disciplina está muy ligada a toda esta sabiduría porque es el camino hacia uno mismo».
Precisamente por encontrar la dirección correcta, Dani Galindo cuenta la anécdota de haber vivido cambios en alumnos: «El kung-fu ha cambiado vidas. Solo en mi escuela hay ocho matrimonios, pero otras personas han decidido cambiarse de trabajo o dejar a sus actuales parejas. Si esto ha ocurrido es porque realmente necesitaban ese giro. Son cambios increíbles».
El experto en esta actividad, en la cual evoluciona desde que tiene ocho años, asegura tener las ideas muy claras y haber desarrollado una técnica que solo el kung-fu podría haberle otorgado: «Es necesario aprender a mirar de dentro hacia fuera para que las cosas del exterior no nos afecten en gran medida». Con 19 años se fue a China en un intento de huir del sistema que hay en nuestro país, ese que te invita a estudiar un grado a las pocas semanas de terminar tus estudios de secundaria, para luego entrar a trabajar, con suerte, en aquello para lo que has dedicado largos años de tu vida. Al parecer, esta ciudad desde siempre le había despertado curiosidad y fue a hacer «un trabajo de instrospeción profundo».
«De allí me llevé muchos saberes, especialmente que cuando aprendes a ser un guerrero, hay que guerrear, es decir, mantenerte firme y no desmoronarte. Evidentemente, se te muere un ser querido y te vienes abajo, pero no puedes derrumbarte por cosas sin ninguna importancia real porque te vas a dar cuenta que ese asunto que parecía tener importancia, en realidad no la tiene», manifiesta. Y en las clases de kung-fu, entre otras muchas lecciones, se aprende también a pelear contra el ego: « Por culpa del ego se han perdido muchas relaciones de pareja y de amistad».
Sobre el autor
Dani Galindo es creador y director de la Escuela Shaolin Huwei. Tiene más de veinte años de práctica en artes marciales y desde que comenzó la enseñanza en escuela física se lanzó a la formación online para llegar a aquellas personas que no tienen cerca una escuela de artes marciales. Con un canal con 300.000 seguidores y una escuela por la que han pasado cientos de personas, ha adquirido la habilidad de transmitir el arte del kung-fu con una didáctica impecable que facilita su aprendizaje. También se ha formado en medicina tradicional china, osteopatía, tafad, y como entrenador personal y experto en flexibilidad.
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