Entrenamiento al fallo: Qué es y qué ventajas e inconvenientes tiene
Estos son los beneficios y los riesgos que existen cuando se busca el fallo muscular entrenando
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Algo que se denomine entrenar al fallo puede sonar, como mínimo, contradictorio. Lo normal es que no queramos fallar en nada y sin embargo hay personas que lo utilizan como un método de entrenamiento. Entrenar al fallo no es otra cosa que establecer el límite ... de las repeticiones a ejecutar o la intensidad del entrenamiento en el punto en que, literalmente, no puedes hacer ni una más. Ya hay suficientes estudios que demuestran que no es lo más adecuado a nivel general, pero exigirte hasta el fallo ha sido un sistema establecido durante muchos años para saber que estabas sacando el máximo de cada entrenamiento porque ¿qué puede haber más exigente que el parar únicamente cuando no se puede más? Bueno, no es tan sencillo y vamos a intentar explicar el motivo.
Diferencia entre entrenamiento al fallo y fallar
Fallar es algo intrínseco a la práctica deportiva, todos los deportistas han fallado alguna vez ya sea en un saque o intentando mejorar su marca personal. Siempre que estés llegando a tu máximo, la posibilidad de fallar aumenta. El fallo no solo se produce por llegar al límite muscular, también se puede dar por desconcentración, un periodo de estrés, o por falta de descanso o mala nutrición. Estas circunstancias nada tienen que ver a que establezcas tu volumen de entrenamiento con el objetivo de llegar al fallo, es decir, que sabes que se va a producir. Se utiliza sobre todo en el número de repeticiones por serie, como podría ser por ejemplo «tres series al fallo», donde en la primera igual eres capaz de completar ocho repeticiones, en la segunda seis y en la tercera dos. También sería el caso de dos series de ocho repeticiones y una última serie al fallo. Las combinaciones son innumerables porque además se pueden variar las cargas reduciendo el peso para que la repetición en la que se produzca el fallo sea siempre la misma o, al menos, se intente y así un largo etc.
Posiblemente lo has imaginado ya, pero sí, es algo muy desagradable y no tan sencillo de conseguir. Aquí puedes ver a Tom Platz , de quien se dice que tuvo las mejores piernas de la historia del culturismo, triturando al fallo a un atleta que ha acudido para entrenar con él:
Hoy en día existe un consenso más o menos general en que entrenar al fallo, por sistema, tiene más inconvenientes que beneficios. Estos serían los principales motivos por los que no es recomendable:
No es válido para principiantes
Si estás empezando tu umbral de fallo sea muy bajo, por lo que pronto pararías y no es interesante. Además, tu sensación de fallo no será real, todos pensamos que ya no podemos más cuando no es del todo así, y si no lo crees, echa un vistazo al vídeo anterior. Necesitamos cierto conocimiento y recorrido antes que plantearnos un entreno al fallo, o el descontrol de la planificación del entrenamiento en una persona novata puede ser muy alto.
Peligra la técnica
Cuando llega la fatiga, la técnica se deteriora. Si entrenas al

fallo, es más que posible que todos los días estés metiendo repeticiones con una ejecución técnica deficiente y esto puede acabar en lesión fácilmente. Hace falta hilar muy fino para saber qué repetición es la que realmente se está trabajando al fallo sin comprometer la técnica lo suficiente como para parar. Muy muy fino.
Compromete el volumen total del entrenamiento y sus resultados
La recomendación que debería prevalecer es que acabes de tal manera que pudiesen entrar una o dos repeticiones más (las llamadas repeticiones en recámara ). Si empiezas llegando al fallo real en la primera serie, puede que midas mal y no puedas completar el entrenamiento prescrito, a esto debes sumarle que hay determinados grupos musculares que en el momento en que llegas al fallo, se hace muy difícil seguir metiendo más repeticiones o series. No es lo mismo llegar al fallo en una sentadilla, que en una dominada , que en un press de hombro.
Factores neurotransmisores
Sí día a día tu cerebro entiende y asimila que en cualquier movimiento va a fallar, se establece un ‘cableado’ (permítase esta imprecisión médica) fisiológico en el que el fallo está permitido porque hemos entrenado así. Dentro del coaching deportivo se está poniendo bastante énfasis al hecho de que el atleta se acostumbre a que no puede fallar. El hecho de que una repetición, un saque, un salto de altura… no entre de manera sistemática acostumbra a tu cerebro a que llegado un punto, fallar está dentro de lo habitual. Si te estás jugando una medalla de oro, esta señal interna es completa y absolutamente inadmisible. Los campeones están acostumbrados a lograr sus retos, no a fallar.
Con estos peros muy presentes, sí, puede tener sentido en algún caso
En el mundo del culturismo determinados entrenamientos al fallo han fabricado grandes campeones, pero hay que tener en cuenta que ese nunca es el único motivo ni el eje de su éxito. Días concretos en los que se busca el fallo muscular son perfectamente lógicos dentro de una planificación global, en la que conviene recordar que es tan importante marcar los picos de entrenamiento como las semanas valle, entre otras cosas. Antes de programar por tu cuenta un entrenamiento al fallo, ponte en manos de un profesional ya que quizás te estés reventando y sin embargo creas que lo estás haciendo mejor que el resto.
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