Coronavirus
Los peligros del ozono y las lámparas de rayos UV para tu salud
Los expertos alertan del intento de comercialización de métodos cuya eficacia sobre el coronavirus no se ha probado y que además pueden ser perdjudiciales para la salud

De las máquinas de ozono a las lámparas de rayos Ultravioleta (UV), pasando por las « vaporetas» para el tratamiento de prendas de ropa o los túneles de desinfección... Son muchos los supuestos métodos de desinfección contra el coronavirus que se ... publicitan en estos días en todo tipo de locales comerciales. Sin embargo los expertos alertan de que algunos de estos métodos, cuando se usan de un modo doméstico o no profesional, no solo no protegen frente al coronavirus, sino que además suponen un riesgo elevado para la salud.
Uno de los más populares el de la «desinfección con ozono». Tal como explica Moisés Canle, decano de la Facultad de Ciencias de la Universidad de La Coruña, la desinfección con ozono no es algo nuevo, pues es un gas muy oxidante que se utiliza desde años en el ámbito de la desinfección industrial , especialmente para el tratamiento de aguas. Sin embargo, el experto revela que aunque este gas es activo contra otros microorganismos aún no se han hecho suficientes pruebas que confirmen que elimina el coronavirus. Y la razón por la que aún no se han hecho este tipo de pruebas con el ozono es porque el empleo de este gas y el uso de la tecnología que conlleva no es algo que se pueda usar en el ámbito doméstico o casero. «Estas máquinas no solo tienen un coste elevado, sino que además requieren un mantenimiento, unos conocimientos y unos estudios previos que no están al alcance de cualquiera para usarlas correctamente, pues es necesario hacer las mediciones oportunas: volumen de aire, superficie expuesta, concentración segura de ozono, tiempo de ventilación necesario posterior... Solo un profesional puede garantizar que la persona que vaya a entrar en esa estancia supuestamente desinfectada respire aire saludable y no ozono en concentraciones elevadas con el consiguiente riesgo para su salud, pues es una sustancia enormemente insalubre », aclara.
El experto aclara, no obstante, que no es que la tecnología de desinfección con ozono no sea eficaz en un entorno industrial, sino que lo que puede suponer un riesgo para la salud es lo que se pretende hacer cuando se intenta comercializar estos sistemas profesionales como algo doméstico o casero que se puede usar en cualquier negocio. «El ozono es un gas oxidante que puede producir irritación en la piel , en las mucosas , en los ojos y en el interior del aparato respiratorio », explica. En cuanto al posible daño, aclara que dependerá del tiempo durante el cual permanezcamos expuestos al gas, pues no será lo mismo hacerlo durante cinco o diez minutos que durante toda una jornada laboral», alerta Canle. Y estas son algunas de las razones por las que, según explica, están regulados los niveles permitidos para utilizar el ozono.
Triple riesgo en el uso de ozono
Desde la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA) también alertan del riesgo que pueden suponer este tipo de prácticas oportunistas y, en la mayoría de los casos, según afirman, fraudulentas . Tal como destaca el presidente de esta asociación, Sergio Monge, estos métodos de eficacia no garantizada pueden dar lugar a un triple riesgo en la aplicación: «Por un lado, dan una falsa sensación de seguridad ; por otro, pueden empeorar la situación, llegando a expandir el virus ; y, en último lugar, algunos de ellos tienen incluso efectos secundarios sobre la salud que no hay que dejar de tener en cuenta», afirma.
Tanto el decano Moisés Canle como los representantes de ANECPLA coinciden en asegurar que apostar por desinfecciones con un producto como el ozono pendiente de evaluación que no está incluido en la lista de virucidas autorizados por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social supone un riesgo innecesario, pues existen otros tratamientos que cuentan con el respaldo de los organismos competentes oficiales.
Ante los estudios sobre la eficacia del ozono de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a los que apelan los defensores de estos sistemas, Sergio Monge explica que aunque efectivamente existen y demuestran la eficacia del ozono contra determinados coronavirus , es importante aclarar que se deben a un medio como el agua. «El comportamiento de un biocida como es el ozono puede variar muchísimo si hablamos de otro medio como el aire, como es el caso. Por otra parte, son ya varias las administraciones sanitarias autonómicas que se muestran contrarias al empleo del ozono en tratamientos de desinfección contra el SARS-CoV-2 y el mismo sentido se ha manifestado la Sociedad Española de Sanidad Ambiental», aclara Monge.
Lámparas de rayos UV
Las lámparas que producen radiación UV figuran también en el catálogo de soluciones «desinfectates» que se están ofertando en tiempos de coronavirus . Y este reclamo publicitario es, según opina Moisés Canle, aún peor que el que tiene que ver con el ozono pues, al menos ne el caso del ozono esa sustancia se puede identificar debido a su particular olor, pero en el caso de la luz ultravioleta tenemos el problema de que no es visible para el ojo humano . «La luz ultravioleta tiene un contenido energético altísimo y si nos exponemos de forma permanente a ella, aumenta el riesgo de padecer daños irreversibles en la retina, enrojecimiento o quemaduras en la piel, enfermedades de la piel o cáncer o incluso podría producir ser causante de daños al ADN», alerta Moisés Canle.
Además, tal y como recalca, por su parte, la directora general de ANECPLA, Milagros Fernández de Lezeta en el caso de la luz ultravioleta «no están determinados ni el tiempo de exposición, ni la longitud de onda que se deben aplicar en desinfecciones ambientales contra coronavirus, ni tampoco lo están los riesgos que tendría su uso en condiciones de eficacia». Por eso la experta explica que aunque en alguna ocasión puedan usarse los sistemas de radiación UV en desinfección, «siempre se usan como complemento a desinfecciones específicas y utilizando equipos que nada tienen que ver con las lámparas que nos están vendiendo y que, siendo de dudosa eficacia , pueden ser peligrosas para la salud».
Túneles de desinfección
Otro de los controvertidos métodos de pretendida desinfección contra el coronavirus son los ya se conocen como «túneles para personas» que comenzaron a publicitarse en algunos locales comerciales coincidiendo con el arranque de las desescalada.
Sin embargo, sobre este punto los expertos recueran la alerta lanzada desde el propio Ministerio ante los posibles peligros que pueden ocasionar este tipo de arcos desinfectantes y recuerdan que, a día de hoy, no existen virucidas autorizados para su uso por nebulización sobre personas.
¿Vaporetas que desinfectan ropa?
Si bien es cierto que existen estudios que avalan la eficacia del vapor a más de 75 grados para eliminar determinados virus y bacterias, el problema es, según aclara la directora general de ANECPLA que cuando utilizamos vapor también estamos aerosolizando , de modo que las posibles partículas que haya del coronavirus en la prenda de ropa pasan al ambiente, pudiéndose inhalar o depositar en cualquier otra superficie que ya hayamos desinfectado.
No son métodos caseros ni domésticos
En definitiva, en lo que coinciden los expertos es en asegurar que, aunque en algunos casos (como en el caso del tratamiento industrial de desinfección del agua) el ozono y el la luz ultravioleta han demostrado su eficacia frente a algunos microorganismos, no existen pruebas que confirmen que sean capaces de eliminar el coronavirus, por lo que aconsejan seguir los métodos de desinfección avalados por las autoridades sanitarias.
Además, el uso de estas tecnologías de desinfección requiere un trabajo profesional por lo que en ningún caso debería llevarse a cabo por persponas que no estuvieran cualificadas. A la hora de elegir a un profesional que lleve a cabo los servicios de desinfección que demandan en la actualidad las empresas debido a la amenaza del coronavirus, desde ANECPLA insisten en que se debe confiar solo en aquellas inscritas en el Registro Oficial de Establecimientos y Servicios Biocidas (ROESB), sujetas a periódicas inspecciones por parte de los servicios de Salud Pública y que disponen de personal técnico cualificado.
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