De 95 kilos a 36: la exatleta que pasó del sobrepeso a la anorexia y ahora ayuda a hacer cambios saludables
Debido al acoso escolar y a una sensación de inseguridad y falta de autoestima, Sara Vanessa Rodríguez cayó en la anorexia pensando que así podría ser aceptada
Con 14 años llegó a pesar 95 kilos y el 'bullying' que recibía en el colegio no le hizo sentirse aceptada. «Todo el mundo se metía conmigo. Iba a las tiendas y no me podía vestir con ropa de mi edad porque no había ... de mi talla». Esto sumado a la muerte de unos familiares, hizo que la comida fuera su medio de escape. «Era el único momento en el que me sentía feliz, aunque no fuera real».
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Debido a estos problemas y a una sensación de inseguridad y falta de autoestima , Sara Vanessa Rodríguez cayó en la anorexia pensando que así podría ser aceptada. «Perdí más de 40kg en un año, llegando a pesar 36». A partir de aquí comenzó un proceso de tratamiento médico con psicólogos y psiquiatras, lo que hizo que, junto con el apoyo de su familia, pudiera superar esta etapa.

Sin embargo, como internamente no había terminado de sanar, continuaba con ese afán de perfección y autoexigencia que le perseguía en todos los ámbitos de su vida. Esto le llevó a empezar en el mundo del deporte, apuntarse al gimnasio y llegar a competir en fisicoculturismo y ser campeona de España 2013 Bodyfitness.
Sumado a esa falta de autoestima y a la necesidad de ser aceptada y ser la mejor, tras las competiciones y las restricciones alimentarias que conllevaban, sufrió otro trastorno: «Caí en la ansiedad y la depresión ».
Después de dos años muy malos, navegó por su interior, se enfrentó a sus miedos y autoexigencia hasta encontrar el e quilibrio . Lo siguiente fue cambiar el rumbo de su vida y formarse como entrenadora personal para poder ayudar a aquellos que quieren un cambio tanto físico como personal. Su libro ' Lo que funciona eres tú ' (Rubric), es un ejemplo de ello.
¿Cómo podemos llegar a ese equilibrio?
Para mí el equilibrio es como un taburete de tres patas, y cuando alguna de ellas falla, el taburete se cae. Estas patas son la actividad física, la alimentación y el tema emocional y mental. Sobre todo hay que trabajar cómo influyen los pensamientos en nuestras emociones y en la conducta, así como gestionar la relación con la comida evitando la restricción. Así podremos llevar una vida equilibrada sin angustiarnos.
En el libro cuenta que de pequeña le hacían 'bullying' a causa del sobrepeso. ¿Ha recibido igualmente críticas cuando pasó a tener un cuerpo musculoso?
Sí, era algo paradójico, porque cuando tenía sobrepeso y me hacían 'bullying' pensaba que era porque estaba gorda o no tenía un cuerpo perfecto, pero cuando era atleta de competición mucha gente también me criticaba: «Pareces un hombre con tantos músculos», «Estabas mucho más guapa antes»… Ahí me di cuenta de que la pregunta me la tenía que hacer yo: ¿Y qué piensas tú de ti misma?, porque está claro que nunca le vas a gustar a todo el mundo. Por lo que tienes que hacer lo que a ti te guste y te haga feliz.
Con esto cambié el chip, ya que no se trataba de que no tuviera el cuerpo perfecto o que la gente no me aceptara, sino que el problema estaba en cómo me veía yo. Aquí juega un papel muy importante la aceptación y el amor propio; esto fue lo que tuve que empezar a trabajar cuando todo se descontroló.
«Sigue esa concepción de que el deporte de fuerza es solo para los culturistas o para los hombres», Sara Vanessa Rodríguez
Todavía muchas mujeres creen que la fuerza les pondrá un cuerpo propio de un culturista.
Sigue esa concepción de que el deporte de fuerza es solo para los culturistas o para los hombres. Pero es que tonificar como tal no existe, ya que tonificar significa aumentar la masa muscular, fortalecerla y reducir el tanto por ciento graso, que es lo que todo el mundo busca al final.
Para que una mujer consiga tener la masa muscular de un hombre debe hacer un ejercicio y una dieta muy específicos, además de suplementarse. Genéticamente nosotras no tenemos la misma cantidad de testosterona, que es lo que más influye en la masa muscular, por lo que es muy difícil que una mujer levantando pesas de 5 o 10 kilos se vaya a poner en esos extremos.
En el caso de que queramos un cambio físico, ¿por dónde empezamos?
En el libro comparto una planificación: desea, programa, actúa y repite. Desear es tener claro por qué quieres hacerlo. Si quieres cambiar primero deberías hacer un ejercicio al que llamamos 'los 7 para qué'. Normalmente el último 'para qué' es la razón principal por la que estás haciendo el cambio. Luego hay que ver de qué manera puedes realizarlo y programar, planteando un objetivo que sea realista, porque si no difícilmente podrás llevarlo a cabo y vendrá la frustración.
«No empieces una rutina o una dieta con fecha de caducidad, lleva un estilo de vida que te dure para siempre», Sara Vanessa Rodríguez
Planificación.
Hay que planificar cómo, cuándo y dónde lo vas a llevar a cabo, visualizar cómo te sentirías una vez alcanzado ese objetivo, definir un plan de actuación, actuar y no dejar las cosas en el aire. Y, por último, repetir, crear ese hábito.
Y adaptado a cada persona.
La personalización es muy importante. Nosotros en el equipo Go Fit lo que miramos siempre son las condiciones de vida de la persona, sus objetivos principales y, en base a ello, preparamos un entrenamiento y una asesoría nutricional. Pero también esa persona nos tiene que decir cuántas horas trabaja, cuánto tiempo libre tiene, dónde va a entrenar… porque lo que nos interesa es que sea capaz de llevar a cabo esa planificación.
¿Qué no recomendarías a alguien que quiere un cambio físico?
Lo primero es que no debería compararse con nadie, porque cada persona es distinta y lo que vemos en las redes sociales sabemos que no es 100% real. El cambio tiene que ser algo interno y valorando los pequeños avances que se vayan consiguiendo. No hay que obsesionarse con la báscula; para nosotros es mucho más importante que la persona se adhiera a unos hábitos saludables y lo convierta en su filosofía de vida. El objetivo es que no empieces una rutina o una dieta con fecha de caducidad, sino que lleves un estilo de vida que te dure para siempre.
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