Alimentación saludable
Dieta climatariana: cómo comprar y comer para reducir los desperdicios
Reducir el consumo de carne, y evitar plásticos de un solo uso son dos de las claves para reducir nuestro impacto negativo en el planeta
![Dieta climatariana: cómo comprar y comer para reducir los desperdicios](https://s3.abcstatics.com/media/bienestar/2021/02/15/dieta-climatariana-khjD--1248x698@abc.jpg)
Una dieta "climatariana" no tiene unos alimentos fijos: se adapta a cada época del año y región del planeta. Esto ocurre porque si hablamos de esta dieta, más que de un régimen de alimentos, nos referimos a una manera de plantear nuestra vida. «Esta dieta ... trataría de minimizar nuestro impacto ambiental a través de lo que hay en nuestro plato , de lo que comemos. Es decir, frenar el cambio climático escogiendo solo aquellos alimentos que generan la menor huella posible», explica María Negro, autora del libro «Cambia el Mundo» divulgadora sobre sostenibilidad y fundadora de Consume con COCO.
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Por ello, no podemos decir que seguimos una dieta "climatariana" igual que sí lo hacemos con una vegetaria o vegana. En este caso, pueden ser complemetarias, pues en la dieta "climatariana" se da protagonismo a los productos de origen vegetal. «En esta dieta predominan las verduras, las frutas, las legumbres y los frutos secos . No es un tipo de alimentación única, sino que se adapta a la región donde vivimos, a nuestra cultura y a los alimentos disponibles», reitera Cristina Rodrigo, directora de ProVeg España.
Generar el menor impacto posible
Aunque no necesariamente para comer de manera sostenible debemos seguir una alimentación vegetariana o vegana, ambos tipos de alimentación si tienen una relación. Explica María Negro que, según estudios de Greenpeace, más del 71 % de las tierras agrícolas de la Unión Europea se emplean para alimentar al ganado. Por ello, apunta que «reduciendo drásticamente nuestro consumo de carne y proteína animal estaremos siendo mucho más sostenibles y eficientes». « Ahorraremos recursos como agua, tiempo, dinero, espacio cultivable y emisiones de CO2 ; evitaremos la deforestación de reservas naturales y contaminación del suelo, del aire y del agua, así como el sacrificio de millones de animales», asegura.
Añade Cristina Rodrigo que un informe realizado por ProVeg, «Más allá de la carne», muestra que, si en España se adoptara una alimentación 100% vegetal, «se ahorraría un 36% de agua, un 62% de suelo y se emitiría un 71% menos de kilogramos de CO2». «Incluso reduciendo a la mitad nuestro consumo de productos animales podríamos hacer una gran contribución al medio ambiente:ahorraríamos un 17% de agua, un 30% de suelo y emitiríamos un 36 % menos de kilogramos de CO2», añade.
Evitar plásticos y comentar el granel
Más allá de la reducción del consumo de carne, hay otros factores a tener en cuenta para hacer nuestra alimentación lo más sostenible posible. Comenta Cristina Rodrigo que es importante evitar el uso de plásticos de un solo uso , así como intentar comprar a granel. «También es importante escoger más productos frescos que procesados, porque su impacto es menor a la hora de producirlos y normalmente el empaquetado es menor y es más fácil encontrarlos a granel», explica. Por otro lado, es importante optar por alimentos de proximidad. «También hay que incluir en nuestros hábitos de comprar otros pequeños gestos , como llevarnos nuestras propias bolsas; esto ayuda a reducir nuestra huella medioambiental y reducir nuestros residuos», dice.
Por otro lado, María Negro habla de la importancia de organizar bien nuestras comprar y comidas para evitar el desperdicio de alimentos, factor esencial en la dieta "climatariana". «Nos ayudará hacer listas de la compra para comprar únicamente lo que necesitamos, organizar nuestras comidas a través de menús semanales o practicar el batch cooking », asegura y añade: «Además estaremos siendo más eficiente y ahorraremos energía al cocinar en un día la comida de toda la semana».
Comer sano es comer sostenible
La relación entre comer sano y "comer sostenible" es intrínseca. Asegura María Negro que al apostar por alimentos más sostenibles, es decir aquellos de proximidad , más frescos, con menos embalajes, también suele ser más saludables. Por ello, los alimentos que suelen hacer más daño a nuestra salud, son también lo que tienen mayor impacto en el planeta: ultraprocesados, carnes rojas, alimentos azucarados, bollería industrial, etc. «La alimentación es el motor más potente para mejorar nuestra salud y proteger el planeta», añade Cristina Rodrigo.
Para terminar, Patricia Ortega, nutricionista colaboradora de ProVeg, reitera la estrecha relación que encontramos entre alimentación y sostenibilidad. «Nuestro tipo de patrón alimentario interfiere tanto en las emisiones de CO2, como en el consumo de agua y en la utilización de la tierra. La propuesta de una alimentación más sostenible o "climatariana", que además sea saludable y cubra nuestros requerimientos nutricionales y energéticos, debe basarse en alimentos de origen vegetal como frutas, verduras, grasas de calidad (frutos secos, aceite de oliva virgen extra, semillas, etc.) y legumbres», resume para concluir.
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