Nutrición
Probióticos y prebióticos: qué son y por qué los necesita nuestra microbiota
Los probióticos y prebióticos pueden mejorar el estreñimiento, la diarrea y son importantes por su papel en el tratamiento de enfermedades intestinales
«Prácticamente todo lo que hacemos tiene un impacto en la microbiota»
![Diferencias entre prebióticos y probióticos.](https://s1.abcstatics.com/media/bienestar/2023/03/09/prebioticos-probioticos-kALI--1248x698@abc.jpg)
Probióticos, prebióticos ... ¿has oído hablar de ellos? De un tiempo a esta parte, el cuidado de nuestra microbiota se ha considerado una de las labores que más nos tiene que importar, y todo gracias a unos cuantos expertos que se han encargado de divulgar ... sus conocimientos sobre ello. Sin embargo, aún hay dudas alrededor de estos conceptos que resuenan con fuerza estos últimos años.
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Para empezar, entendamos primero qué es la microbiota . Se trata de un conjunto de microorganismos que residen colonizando un lugar que puede ser la vagina, la boca, el intestino... es decir, existe una relación entre ellos, entre esas bacterias y el lugar donde residen. Por tanto, una microbiota equilibrada y sana depende de los alimentos que ingerimos y de los nutrientes que asimilamos y los que no. Y sí, la microbiota emocional también tiene mucho que ver porque, sin ir más lejos, esa misma microbiota , si funciona correctamente, produce serotonina en el proceso de digestión. En cambio, cuando la microbiota intestinal está alterada por una mala alimentación, la pared intestinal se inflama y la producción de serotonina se desequilibra dando lugar a episodios de ansiedad y tristeza. Y para que se encuentre saludable hay que tener en cuenta los probióticos y también los prebióticos.
Belén Siscar , dietista-nutricionista, cuenta que los probióticos son microorganismos vivos que, administrados en cantidades adecuadas, confieren un beneficio para la salud, mientras que los prebióticos son ingredientes alimentarios no digeribles que sirven de sustrato a estos microorganismos positivos. En otras palabras: los probióticos son bacterias que al tomarlas colonizan nuestro intestino (principalmente el colon). Y para considerarse prebiótico tiene que cumplir los siguientes requisitos:
1. Ser resistente a la acidez gástrica e hidrolisis enzimática y resistente a la absorción intestinal.
2. Que sea fermentado selectivamente por bacterias beneficiosas de la microbiota intestinal.
3. Que sea capaz de producir efectos fisiológicos beneficiosos.
Sin embargo, según la dietista-nutricionista Mireia Cabrera, cuando hablamos de probióticos hay un aspecto muy importante y es que hay diferentes cepas, y cada una de ellas aporta unos beneficios específicos: «Dependiendo de la cepa de bacteria que haya en el probiótico, obtendremos unos beneficios u otros (o incluso ningún beneficio). Por eso muchas veces no es cuestión de tomar un probiotico cualquiera sino de buscar uno que contenga aquella cepa específica y adecuada para el tratamiento de cierta enfermedad o para el beneficio en concreto que estemos buscando».
Hablando en términos generales, los probióticos y prebióticos pueden mejorar el estreñimiento y la diarrea son importantes por su papel en el tratamiento de enfermedades intestinales como la colitis ulcerosa. Además, destacan por mejorar el sistema inmunitario, reforzar la barrera intestinal, producen vitaminas, previenen la obesidad y la diabetes, reducen los metabolitos tóxicos en el colon, compiten con los patógenos y producen ácidos grasos de cadena corta, entre otras muchas tareas. Además, según la experta en nutrición, es importante que nuestra alimentación incluya tanto alimentos probióticos como prebióticos , ya que «tener una buena microbiota intestinal es imprescindible para una buena salud».
Alimentos probióticos y prebióticos
Y, ¿qué alimentos son probióticos y, por tanto, una chuchería rica y sana para nuestro organismo? Algunos de ellos: yogur natural , kéfir de agua o de leche , queso elaborado a partir de leche cruda, chucrut, kimchi , kombucha, encurtidos como las cebolletas o pepinillos, miso o tempeh.
Por su parte, algunos prebióticos son: ajo, cebolla, puerro, espárragos , alcachofas, legumbres, avena , cacao, manzana, kiwi, arándanos, almendras tostadas, almidón resistente...
En cuanto a conseguirlos mediante la suplementación, Mireia Cabrera comenta que normalmente no suelen tener efectos adversos graves aunque «si padecemos alguna enfermedad digestiva puede ser que dependiendo del estado del sistema digestivo no sean del todo indicados». Es muy importante recalcar que, aunque no necesiten receta médica para comprarlos, es muy recomendable consultar antes a un profesional.
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