Juan Soto

Un médico osado

El doctor tuvo la osadía de denunciar el victimismo de algunos colegas sobre las guardias y lo mal pagado de su profesión

Juan Soto

El auditorio no está ocupado

El analfabetismo funcional, es decir, la incapacidad para la comprensión lectora, tiene sus ventajas y sus inconvenientes

Juan Soto

«Apertadas de cintura»

Ahora ya no quedan sastres, salvo los poquísimos que han logrado sobrevivir al tsunami de don Amancio

Juan Soto

Por nombres, que no quede

La RAG ha decidido dedicar el próximo día das Letras Galegas a 'as cantareiras'

Juan Soto

Los misterios de Rosalía

Murguía tuvo especial interés en dar a la hoguera muchos papeles rosalianos

Juan Soto

Primum animalia, deinde homines

El Concello de Lugo atiende al 'requiescat in pace' del caniche y al rito funeral del tímido jilguero, pero aplaza sine die la colocación de un simple monolito que perpetúe la memoria de tantos muertos como, en los terribles años de la Guerra Civil

Juan Soto

Toros y bueyes

Urtasun ya ha decidido acabar con las corridas de todos, es decir, aspira a mandar al paro a 200.000 trabajadores

Juan Soto

Ritos e imposturas

La jornada del 25 de julio es indefectiblemente muestra de desfachatez y golfería

Juan Soto

Un manuscrito en Silos

La Xunta debería sopesar la conveniencia de reeditar todos los ejemplares de 'Vida Gallega'

Juan Soto

Olvidos e ingratitudes

En Galicia, la barbarie procede de la ignorancia de muchos alcaldes y concejales, los cuales a nada que los sacudes sueltan bellotas

Juan Soto

O Naseiro, ¿en las últimas?

Este año no habrá Naseiro y, me temo, que estos festejos, cuando se borran del calendario un año, entran en un proceso agonizante que acaba en extinción

Juan Soto

Otra clase de inmigración

La historia de la Galicia en el siglo XX no se explica sin el fenómeno migratorio

Juan Soto

Galicia, a subasta

La estafa de Ana Miranda, para ser eurodiputada a tiempo parcial ocultó su posición y se escondió tras una organización heredera de ETA

Juan Soto

Vuelta al papel y al boli

Los profesores del colegio público han acordado, con el respaldo unánime de padres y madres de alumnos, mandar a la mierda las clases digitales