Jaime Bayly
Relato de Jaime Bayly: Yo fui amigo y después enemigo de Vargas Llosa
Mario tenía cincuenta y un años; yo veintidós; él había resuelto entrar en política y liderar la oposición al gobierno de turno
Articulista de Opinión
Escritor y colaborador de ABC
Jaime Bayly
Mario tenía cincuenta y un años; yo veintidós; él había resuelto entrar en política y liderar la oposición al gobierno de turno
Jaime Bayly
«No queda nadie, ni un solo varón en el planeta tierra, que podría experimentar alguna forma de crispación erótica o alzamiento viril al verme despojado de todo atuendo»
Jaime Bayly
«Porque viajar desde la isla en la que vivo hasta la ciudad del polvo y la niebla, cinco horas en avión, más los tráficos consiguientes, supondría un esfuerzo no menor para mí»
Jaime Bayly
Riéndome de lo ridícula que era mi vida, llamé a la recepción y pedí que no entrasen a limpiar durante nuestra visita
Jaime Bayly
Me respondí honestamente: cumplidos sesenta años, mi prioridad es seguir vivo. Por eso mi prioridad es dormir bien, comer bien, vivir bien. Luego tengo otra prioridad, que es escribir
Jaime Bayly
Se daba por sentado que aquel tío acaudalado no me dejaría un céntimo. Habíamos tenido una relación cordial cuando yo era joven y estudiaba leyes. Me invitaba a almorzar en su casona, una propiedad histórica que había sido la residencia de un presidente aristocrático, y bebíamos vino blanco, mientras se burlaba de la familia entera, haciéndome reír
Jaime Bayly
Ahora, en represalia por no entrevistar a su amiga, tampoco me pagaría los jueves, volviendo a rebajar veinte por ciento mis honorarios
Jaime Bayly
Soy un idiota incurable, sin remedio, lo mismo por las cosas que digo, que por las que hago. Puedo decir entonces que, cuando se trata de ser un idiota, he sido un hombre coherente, consistente
Jaime Bayly
«Yo quería preguntarle si ella estaba casada, si tenía novio, si podía regalarle una de mis novelas. Al mismo tiempo, quería preguntarle por qué tenía las rodillas cubiertas por unas vendas elásticas negras, como si se hubiese lastimado»
Jaime Bayly
Cuando era niño, y después adolescente, corría sin esfuerzo alguno, corría como si volara, corría decenas de kilómetros sin fatigarme, al lado de mi instructor personal
Jaime Bayly
Los dioses traviesos que hicieron de mi vida un guion humorístico me han adjudicado un total de cinco suegras oficiales y un número impreciso de suegras oficiosas, extraoficiales
Jaime Bayly
«Mi abuelo me salvó de mi padre. Mi abuelo fue mi padre, el padre que yo elegí. Mi padre renunció a ser mi padre, desertó de ser mi padre, se hartó de ser mi padre»
Jaime Bayly
Enseguida le envía un correo al jefe del más poderoso canal de series y películas por suscripción mensual. No recibe respuesta. Escribe a una productora importante. No recibe respuesta. Luego regresa al punto de partida: soy un escritor irrelevante, por eso nadie contesta mis correos
Jaime Bayly
Tengo la certeza, o cuando menos la sospecha, de que los médicos me dejan peor de lo que estaba. Así pasó con el conducto biliar, así ocurrió con la teta asustada
Jaime Bayly
Aquella fue la primera vez que me maquillaron. No me disgustó. Sentí que esas cremas y esos polvos eran capas de mentiras, ficciones adheridas a mi rostro, imposturas convenientes que encubrían mis imperfecciones y ocultaban mi verdadera identidad
Jaime Bayly
Yo no vivo de mis libros: las regalías son modestas. No vivo de la televisión: el salario es escuálido. Yo vivo de mi familia. Quiero decir: soy un mantenido por mi familia