Antonio García Barbeito
Resurrección
La pasión del campo acaba en la callada fiesta de la vida renovada
Colaborador
Colaborador de Opinión en Pasión en Sevilla
Antonio García Barbeito
La pasión del campo acaba en la callada fiesta de la vida renovada
Antonio García Barbeito
La estampa de la entrada de Jesús en Jerusalén tiene tanto campo dentro, tanta sencillez rural y campesina
Antonio García Barbeito
Ha sido una lotería del cielo que le ha tocado incluso a quienes no han metido. La generosidad de Arriba es así
Antonio García Barbeito
Entonces, cuando Dios decía «allá va agua», parecía olvidarse de tirarles del bocado a las nubes desmandadas
Antonio García Barbeito
Tendrían que animar a los niños a visitar el campo, a estar cerca de los animales y de sus tareas o costumbres; cerca de los frutos
Antonio García Barbeito
Quién sabe si algún día nacerá un bosque de basura. Es lo que estamos sembrando
Antonio García Barbeito
La niebla nos borra los puntos cardinales, las trochas, el río, los barrancos
Antonio García Barbeito
Pero no era completa esa luz, por más hermosa que fuera. Algo le faltaba. Y llegó lo que le faltaba: llegó la lluvia
Antonio García Barbeito
En ese campo algunos niños nos creíamos que estábamos levantando la mismísima Belén
Antonio García Barbeito
Esclavas blancas. La mujer en el campo, entonces, como en la casa, como en la sociedad falócrata imperante: relegada a un segundo plano
Antonio García Barbeito
Verdes de yerbas están las lindes, y verde toda la tierra donde no haya entrado la guillotina de un hierro
Antonio García Barbeito
Sí, en el vino está la verdad. Y esta gente que ha trabajado el campo para ofrecernos su cosecha, también
Antonio García Barbeito
Hoy hace años que dejaste el molino y las manos siguen oliéndote a aceite. El olor del aceite es como el de la honradez misma, no se pierde nunca
Antonio García Barbeito
Nunca viste a un hombre del pinar con níscalos pequeños, los deja e incluso los tapa
Antonio García Barbeito
En lo más hermoso del campo, las luces cítricas ya iluminan de oro las huertas
Antonio García Barbeito
Pedimos lluvia y nos llueve muerte. ¿Quién responde? Un cañaveral se repone en poco tiempo, los patos saben siempre dónde anidar, pero una vida humana que se va, se va para siempre