Antonio García Barbeito
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Las aguas que han venido como huidas de un diluvio te regalan una alegría única
Articulista de Opinión
Articulista de opinión en ABC Sevilla
Antonio García Barbeito
Las aguas que han venido como huidas de un diluvio te regalan una alegría única
Antonio García Barbeito
El otoño guarda secretos que tú no conoces, porque para ti no hay más mundo que el asfaltado
Antonio García Barbeito
La lluvia, como el otro, ni está ni se le espera. Qué trabajito le cuesta al cielo poner las aguaderas
Antonio García Barbeito
Bienvenidas todas las medidas si vienen a aliviar al trabajador, pero nunca será lo mismo trabajar de noche que de día
Antonio García Barbeito
El campo precisa de la luz, porque el campo tiene su mayor belleza en su desnudez, y la luz le resalta esa belleza
Antonio García Barbeito
La aceituna de verdeo dejaba en el aire una sensualidad flotante, una carnal brisa
Antonio García Barbeito
El campo, manipulado por muchos y asfixiado por otros tantos, no sabe qué hacer para no morir
Antonio García Barbeito
Hoy, noviembre no es noviembre, es un septiembre cálido travestido de otoño
Antonio García Barbeito
Por la tierra hay un asomo verde, ensayo de temprana otoñada que, como se descuide, acabará quemado
Antonio García Barbeito
Ya es tarde para remediar la escasez que tienes en tus entrañas. Acercarse a ti es oírte el callado grito de la sed
Antonio García Barbeito
Ya sé que no es tierra, ni puedes sembrarlo, pero es campo, fue campo durante muchos siglos
Antonio García Barbeito
Alberto, Pedro, Santiago y Yolanda saben que los encierros que están obligados a correr no serán siete, serán más, durarán hasta las veras del veintitrés
Antonio García Barbeito
Era un territorio prohibido y peligroso por el que nadie, sin una razón de peso, cruzaba jamás
Antonio García Barbeito
Es dolorosa la muerte de los cinco que viajaban en el Titan en busca de los restos del Titanic, pero es más dolorosa la muerte de los inmigrantes que se meten en una lancha
Antonio García Barbeito
A este paso, no sería extraño que las elecciones se redujeran a un duelo demoscópico