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BLANCO Y NEGRO MADRID 19-10-1977 página 64
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BLANCO Y NEGRO MADRID 19-10-1977 página 64

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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Polémica en torno a la casa de Blasco Ibáñez: escribe su hija II LA MALVARROSA LO OlflCO ODE HEREDE DE MI PADRE El gobernador civil de Valencia encarceló a un nieto político del novelista para poder incautar la finca la casa l a Malvarrosa nombre que posteriormente denominó a toda lia playa, cuyo verdadero nombre era PSaya de Levante La casa tenía tres plantas. En Ja primera estaba la gran biblioteca y un saloncito para el piano que mi madre, María Blasco del Cacho, tocaba con gran maestría, así como también mi tía Pilar, hermana de mi padre. ALLÍ ESCRIBIÓ CAÑAS Y BARRO En la segunda planta estaba la verdadera vivienda con los dormitorios, un saloncito estilo imperio, la cocina y el comedor estilo valenciano con sillas de cuerda, platos de cerámica, chimenea, etc. que daba a! a gran galería que se extendía a Jo largo de toda la factiada, que era de estilo pompaya- no, decorada y dirigida por el gran amigo de mi padre Joaquín SoroJla, ayudado por dos de sus discípulos, Francisco Merenciano y VIcsnte Santaoíaria, que reprodujeron Jas pinturas de la casa dsl Veti y d d Poeta de las ruinas de Pompeya. En las dos esquinas de Ja galería estaban dos grandes cariátides hechas por Rafael Rubio, profesor de Bellas Artes da Valencia, que sostenían el techo de la tercera planta. En el centro había, y hay, una gran masa de mármol blanco de Carrera, de forma rectangular, sostenida por cuatro leones atados, que mi padre hizo traer de Itailia, Ja cual aún está entre las ruinas de lo que fue aquella poética casa, pues por su mucho peso no se puede sacar más que con una grúa, y la lástima es que el piso está cediendo y el gran tjJoque de mármol se está desnivelando. Para que no se perdiera, el día que se termine de hundir el suelo, la hemos donado al Musao de Cerámica de Valencia; pero hasta el presente no han tenido interés en recogerla. En dicha mesa comíamos en verano contemplando el mar, que por cierto en aquella época sstaba mucho más cerca da la finca de Jo que está ahora; quizá el motivo sea la construcción de Ja escollera. La tercera planta Jo ocupaba el despacho de mi padre, con grandes ventanales que enfrentaban a su mesa de escribir, y sentado en ella no vsla más que el mar, dándoJe la impresión de ir embarcado. Allí escribió Sonnica la cortesana Entre naranjos Cañas y barro La catedral y El intruso Ei jardín era muy amplio y los árboles fueron casi todos plantados por la mano de mi padre, entre ellos cuatro árboles llamados del Paraíso, que daban unas floréenlas amarillas de mucho aroma que no ha vuelto a ver en ningún iugar y que fue capricho de mi madre, que mi padre se apresuró a complacer. También había palmeras, eucaJiptus, una higuera, un laurel, una gran parra que formaba un túnel y las paredes cubiertas de madresetvas. Entre aquel verdor estaban diseminadas las estatuas de: El esclavo de Miguel Ángel; ¡las Verrus da Médicis y de Arlé, el Apolo y un monumento a Dante, etc. También había una gran atberca o balsa para regar el jardín y donde Ja ohiquillería, formada por mis hermanos y yo, nos bañábamos E N mayo del pasado año de 1976 di a la Prensa una peiqueña explicación, al pueblo de Valencia s n particular y a todos en general, de lo que fue de la editorial Proimeteo, fundada por imi padre Vicente Blasco Ibáñez y, desgraciadamente, hoy desaparecida. Ya que existe ahora ¡libertad de Prensa me decido a dar otra explicación de lo que fue de la finca La Malvarrosa Antes de pasar adelante debo dar gracicis a todos aquellos que se han interesado por ella en los periódicos, aunque algunos, con un total desconocimiento de lo ocurrido, me hayan acusado de tenerla abandonada. Mi padre compró si terreno en 1901 a la Alcoholara Española, a la cual pertenecía y que lindaba con Ja finca, por la cantidad de 500 pesetas, cuyo recibo conservo. Hizo construir la casa para resolver el varano de su familia, ya que tenía cuatro hijos pequeños, fil lugar era muy hermoso, muy romántico, rodeado de huerta, paímeras, adelfas, tamarindos y cañaverales. En la parte de atrás estaba la casa de perfumes da don Julio Robillard, que cuando los fabricaba embalsamaban el ambiente; por eso, mi padre Is puso a 64

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