BLANCO Y NEGRO MADRID 29-05-1932 página 87
- EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
- Página87
- Fecha de publicación29/05/1932
- ID0005506859
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POR PRESCRIPCIÓN GUBERNATIVA MARTIN ANDRAN, EXPONENTI DE LAS JURDES ESTTBADA A l A S JURDES ALTAS. 1- TV C. FM KM. Dtí I s U VTKO CORDII EKAS JÜRDANAIS N poGo retrasado. Desde el mismo instante en que el perito geógrafo de destierros y confinamientos comenzó a expedir pasaportes ordenando invernadas y veraneos en lugares desconocidos para la mayoría de los españoles, era fatalmente inevitable que mi España desconocida ascendiese a los primeros planos de la actualidad. Era inevitable, y por eso ha llegado. Con ün poquitín de retraso, pero ha llegado. -Las Jurdes, las Jurdes trágicas, la tierra de jambri y de lobos, la de canchales y pizarras, la de jelechus, brezos y madroñeras, la que ni siembra trigo ni amasa pan con harina propia, la paupérrima comarca de pidiores y piluSj la explotada por menderos jr papeleteros, la triste Cenicienta de la Península Ibérica vuelve a- ofrecerse a la atención de todos. Á lo peorcito de Las Jurdes, a la alquería de Martín Andrán (erróneaniente llamada Martilandrán) ha sido enviado por prescripción gubernativa el doctor Albiñana. Indudablemente habrá en Kspaña y en todos los países del mmido pueblos pebrísimos y aldeúcas desamparadas que igualen en desvalimiento a Martín Andrán, La ecuación cabe en lo probable; la superación es U imposible. Porque asi como el rasgo característico de Las Jurdes lo constituye la miseria que abarca a los cuarenta y tres pueblos comarcanos, así el caserío de Martín Andrán se singularizaba por el hecho de que sus cobijos parecían ser y eran invariablemente pocilgas, zahúrdas y cochiqueras, aun cuando se utilizasen como refugio de familias humanas continuadoras de Job en la capacidad de sufrimiento y en el buen ánimo para soportar resignadamente las peores adversidades: hambre, frío, incomunicación, degeneraciones fisiológicas por herencia y depauperación por enfermedades endémicas. Hasta ahora se entró en Las Jurdes por curiosidad y se volvió a ellas por compasión, por santo amor fraterno, por cordial impulso de aliviar las desventuras de seis mil o siete mil desdichados dignos de auxilio. Para penetrar en Las Jurdes se empleaban prefefériteménte y continúan empleándose dos caminos: desde Plasencia, por Moheda, Casar del Palomere y el Azabal, hasta Pínafranqüeádaj. donde comienzan Las Jurdes Bajas, en parte redimidas y posiblemente redimibles de su infortunio, y desde Sálámancai por la Fuente de San Esteban,