BLANCO Y NEGRO MADRID 12-10-1930 página 80

GRAN MUXDO LA SEÑORITA CARIDAD DESPUJOI LA SEÑORITA PILITA DESPUJOL el doble con que me hubiese gustado calificarlas. Madrid se prepara bajo un cielo impecable a vivir su nueva temporada. Mucho anuncio de proyectos; pero pocas realidades todavía. ¿Teatros? ¿Cinematógrafos... Es pronto aún para encerrarse bajo techado. Hay que gozar al aire libre de esta propina de buen tiempo con que el otoño nos regala. Y es necesario, por ejemplo, el atractivo de una corrida de toros, con toreros de postín, para que la gente se reúna. Entre tanto, los rostros de la gente que se llama conocida hay que sorprenderlos aquí y allá hasta que llegue la verdadera temporada. ¿Y tú, mujer, a quien hace ya meses que no veo, has regresado ya... Me hubiera gustado poder decirte que recibí una carta tuya, sin fecha y sin señas. Por ello no la contesté. Venía escrita al lápiz y se comprendía en ella la realidad de uno de esosi momentos en que toda alma necesita de ex- pansiones. Yo he sido siempre para ti como el agujero que hacen los árabes en la pared donde depositar sus pecados. Y. tú para mí, como ese viento perturbador que entra por la ventana abierta, cuando se espera menos, y lanza nuevamente al aire todos los papeles de la mesa de trabajo que tanto había costado ordenar. Pero, perturbador y todo, me eres grato vientecillo que llega á mí de vez en vez y que no me es dado esperar nunca por la sencilla razón que no sé nunca cuando va a venir. Madrid. Otoño. Una corrida en la plaza que ya llaman vieja, cuyo público trae impresiones a un cronista de sociedad de que su verdadero mundo acaba de regresar. Pronto ha de dar principio una temporada que se anuncia ya propicia. Dan ganas de dar esos tres golpes de solemnidad tras los que siempre se alza el telón en los escenarios de Francia. Spottorno y Topete.