Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
BLANCO Y NEGRO MADRID 15-03-1925 página 53
BLANCO Y NEGRO MADRID 15-03-1925 página 53
53/116
Ir a detalle de periódico

BLANCO Y NEGRO MADRID 15-03-1925 página 53

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
  • Página53
Más información

Descripción

Nos daba frialdad su actitud desdeñosa, aquella sombría manera de mirar, aquella boca juvenil sin sonrisa... Bien pronto vimos que se acercaba a nosotros un viejo con su hatillo al hombro, y apoyándose en un cayado, y que el muchacho comenzó a separarse corriéndose hacia donde el chauffeur trajinaba. Nos pidió una limosna, dímosela y se paró entre nosotros. Lamentó el infeliz el percance que nos había ocurrido y comenzó a quejarse de su mísera vida. Él era del pueblo que se veía cercano entre la pompa verde de los pinares; había sido rico, pero le vinieron las malas, se le murió la mujer y ya, viejo y desamparado, había tenido que acudir a la vida de perro y a la limosna. Aquel muchacho que se distraía viendo trabajar al chauffeur era su hijo, pero el pobrecito no ganaba más que para él, y harto hacía con no morirse. Diciendo esto lloraba compungido y llamaba al hijo con una voz que parecía un lamento. Mas el hijo no le respondía... El lo disculpaba diciendo: -El pobrecito se avergüenza de verme de esta manera, y ni me quiere mirar de lás -ima que le doy. Y continuaba su lloro descenso ado, como un niño. Nosotros, ante la actitud indiferente del zaga! no quisimos creer que fuese hijo del mendicante, y comenzamos a dudar de la salud de su juicio. Todo lo que nos hablaba después nos parecia disparatado e incongruente, afirmándonos en la creencia de la chochez del viejo. Al fin, también se fué alejando de nosotros, mas acercándose al zagal le llamaba: ¡Hijo! ¡Hijo... Pero el muchacho parecía sordo a las tiernas exclamaciones. El chauffeur nos avisó que ya estaba compuesta la avería y que ya podríamos marchar, y nosotros corrimos apresuradamente hacia el coche. Ya estaba, cuando llegamos el viejo a la vera del zagal, y uno de nosotros preguntó al mozalbete: ¿Es verdad que este anciano es tu padre? Y el muchacho contestó afirmativamente con la cabeza, mientras hacía con su cayado rayas en el polvo de la carretera. Nos llenamos de miedo junto a aquella criatura, más que cuando presentimos el peligro de la torada que venía a abrevar al río. Cuando echó a andar el coche, aún mirábamos nosotros atrás, llenos de estupor ante la fiereza del zagal. Y vimos a lo lejos que el padre se acercaba a acariciarlo y que él rehuía, rechazando, con los suyos en alto, los brazos tiernos del padre infeliz... (DIBUJOS DE HOHEKLEITEE)

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.