BLANCO Y NEGRO MADRID 08-10-1922 página 46

Palacio de la marquesa de la Cenia, en Baleares. l OK MÜXTE- CRISTO X e! desfile de mansiones aristocráticas, ya campestres, ya ciudadanas, que va pasando por estas columnas, no podían faltar las del antiguo reino de Mallorca, cuya importancia en el orden artístico es por todos reconocida. Cuando el César Carlos visitó la ciudad de Palm- a, cue ntan las viejas crónicas que quedó asombrado de la pompa y fastuosidad de las fiestas con que la nobleza y el jnieblo mallorquinos le acogieran, así como de la magnificencia y arte qué en sus palacios advirtiera; no diremos que superaran las fiestas con que las islas Raleares celebraran la imperial visita a aquellas tan célebres de la entrada en Amberes, de que nos legara inmortal recuerdo en uno de sus más célebres lienzos el pincel de Rubens; mas si hemos de creer a los historiadores, palabras del propio César proclaman a Palma de Mallorca superior a Barcelona. El amor a las bellas artes era, en efecto, en los mallorquines una v e r d a d e r a pasión, fácilmente explicable por su situación geográfica, que les mantenía en constante comu n i c a c ion y comercio- con las ciudades dé Italia, algunos de cuyos Estados, como Pisa y Genova, tenían allí sus Consulados. La nobleza de Mallorc; i, sobre todo, mostró siempre sus simpatías a Italia, siendo E muchos los caballeros que ingresaban en la Orden de Malta, llegando algunos, como D. Rafael y don Nicolás Cotoner- -ascendientes de los actuales condes de Sallent- y como D. Ramón Despuig, de no menos ilustre familia, a alcanzar la dignidad de grandes maestres de la referida Orden en los siglos XVII y xviii. A este respecto, así como al de las obras pictóricas que forman el tesoro artístico de las antiguas casas nobiliarias de Palma de Mallorca, son interesantísimos los detalles contenidos en la obra titulada Cuadros notables de Mallorca, pu- JARDJKES DEL PALACIO ESCALERA DE I- IOKOR blicada por los marqueses de Ariany y de la Cenia y don Antonio Ayerbe. Mas este examen, aunque curioso y entretenido, ai) artaríanos del princiíJal objeto de estas crónicas, requiriendo por otra parte un espacio de que no disponemos. Volvamos, pues, al palacio de la Cenia, Son Veri. Así se denomina en el dialecto mallorquín la hermosa casa, situada en el llano de la isla, frente a la sierra, a suficiente altura sobre el nivel del mar ijara que pueda contemplarse el incomparable panorama que ofrece la bahía de Palma, vista a través de la ciudad, con sus extensos caseríos, que por todas partes la circundan, cuyos blancos edificios destácanse unas veces sobre