ABC SEVILLA 13-11-1996 página 105

Arturo Castilla, historia del circo Un amigo entrañable contrar en mi vida de teatro. Porque como empresario y en el teatro Monumental convivimos meses de colaboración con motivo de la actuación de la Antología de la Zarzuela Nos dio la oportunidad para treinta días y estuvimos siete meses, porque siempre me estimuló para ello. Como hombre del espectáculo era de los que creen en el éxito. Arturo fue también un defensor acérrimo de que Madrid contara con un circo permanente, pues en sus primeros años, como intérprete, brindaba su ternura haciendo de clown en el circo Price y con él recorrió medio mundo. Me ha impresionado tanto su desaparición, que estoy hecho polvo. Y con el consuelo de que su nombre permanezca como ejemplar entre nosotros y el de acompañarle en su último viaje y darle mi adiós emocionado. José TAMAYO RTURO Castilla era un amigo entrañable. De Aque he tenidoesas personasdebuenas el privilegio en- Arriba, Sus Majestades los Reyes reciben en audiencia a Castilla, haciéndole entrega de una placa. Abajo, durante la despedida de Pinito del Oro en 1979, fecha que coincidió con el último programa del desaparecido circo Price llenado de consternación a la España del circo y de la Cultura, del mundo del espectáculo, de la sensibilidad artística. Tal vez porque el circo- una rama de las Bellas Artes, como solía decirestá vivo en nuestro país gracias a su extraordinario coraje, a su impecable amor propio y a su arrolladora personalidad. Apasionado luchador por la belleza de la espectacularidad circense se convirtió en un genuino conquistador de la Europa central con el Spanicher National Circus y el Circo Americano de memorables paradas y desfiles que elogió con los más encendidos fervores la crítica internacional. Paseó con orgullo el nombre de España por los caminos, los pueblos y las ciudades logrando que todo el mundo aplaudiera al circo de don Arturo y que era tanto como decir el circo de España. Soñó con el rayo de luz de la magia circense y se encontró en su mano las mejores y más insólitas atracciones de los circos del mundo y que consiguió conjuntar con su habitual generosidad en los diez años que dirigió el circo Price, donde obtuvo, entre otros impresionantes éxitos, la retirada de Pinito del Oro con Mary Sampere cortándole la coleta artística del trapecio o la reaparición de Pompoff y Teddy junto a los inolvidables Nabucodonosorcito, Zampabollos y VícMIÉRCOLES 13- 11- 96 LA muerte de Arturo Castilla ha In memoriam tor, que tanto hicieron por el humor circense. Por encima de todo, don Arturo era un empresario de ideas, de acción y de un inmenso fervor a emprender las más difíciles aventuras. De desbordante actividad e imaginación puso un sinfín de espectáculos en marcha y soñó con eternidad de horizontes de esperanzas, con ese circo estable que tantos prometieron y aún no ha llegado. Don Arturo, ya en los últimos días, transmitía al autor del artículo una buena dosis de ánimo para hacer realidad sus esfuerzos y sudores por el circo estable de Madrid y levantar ese templo de la creatividad; del rigor, de la superación del más difícil todavía. Colaborador personal de don Arturo a lo largo de veinte inolvidables años, con lágrimas de dolor en los ojos, la familia del circo y de la cultura ha perdido un personaje de excepción y de una gran altura moral, que deja un hueco muy difícil de cubrir. Madrid y España están tan en deuda con él que un homenaje nos llevaría a redescubrir esa suma de cualidades que donó al espectáculo... Pero el circo, como decía don Arturo, jamás morirá. Entre otras poderosas razones, gracias a su infatigable y ardorosa capacidad imaginativa y de amor propio que tanto le distinguieron en vida. Descanse en paz. José María GONZÁLEZ VILLA mm fes j. $i jw t tl Un toque de distinción vertiginosa que le ha llevado hasta la muerte. Arturo era un hombre que se cuidaba mucho y que todos los meses se hacía revisiones. En la segunda mitad del siglo XX Arturo Castilla, Alfredo Marquerie y José Mario Armero han sido las personas más importantes y que más han hecho por el mundo del circo. Él era un auténtico gladiador. Mientras que Armero y Alfredo eran dos intelectuales amantes del circo que supieron darle una fuerza que el medio necesitaba en un momento determinado, Arturo luchó al frente de sus empresas. Hay una cosa bonita en él y es que resulta emocionante ver como amaba a nuestra profesión siendo una persona que no nació en el seno del circo. Curiosamente, han sido los que más lo han amado. STÁBAMOS tanto de su enferverdaderaEmedad y nosaltenía la velocidad mente preocupados por No coindicimos en demasiadas ocasiones por motivos profesionales aunque sí teníamos una relación familiar. Recuerdo un trabajo en l a Feria de Sevilla y unos fines de semana en televisión. Arturo Castilla realizó un trabajo genial con la presentación de Pinito del Oro y Búfalo Bill, entre otros personajes. Fue el gran promotor que supo siempre enfocar algo tan delicado como es la publicidad y dotarla de carácter. A partir de que cogiera el Price con Feijoo, realizó un trabajo sensacional, creó el club Amigos del Circo que ayudó con su revista a que muchas personas se acercaran a las carpas. Hemos ido por caminos separados, pero le vi preparar y promover espectáculos como nadie lo había hecho nadie. Era un genio, un número uno que confería a su trabajo un toque de distinción. MILIKI ABC l 05