ABC SEVILLA 28-01-1996 página 27
- EdiciónABC, SEVILLA
- Página27
- Fecha de publicación28/01/1996
- ID0003814997
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DOMINGO 23- 1- 96 NACIONAL ABC 27 ETA intenta otra matanza de mujeres y niños al atacar con granadas la casa- cuartel de Urdax Lanzó cuatro proyectiles contra las instalaciones de la Guardia Civil en la localidad navarra En el momento del atentado se encontraban en el cuartel 20 hijos de agentes y dos embarazadas Urdax (Navarra) Madrid. C. García Romero La banda asesina ETA intentó, en las primeras horas de la mañana de ayer, una nueva matanza de mujeres y niños al lanzar varias granadas tipo Mekar contra el cuartel de la Guardia Civil de la población navarra de Urdax. Veintitrés agentes, con sus respectivas familias, entre las que figuraban al menos veinte niños y dos embarazadas, se encontraban en el acuartelamiento en el momento de ser perpetrada la acción criminal. De las nueve granadas que ETA había colocado para ser disparadas, tan sólo cuatro llegaron a salir de sus tubos mientras que las otras cinco fueran desactivadas por agentes especializados de la Benemérita. Expertos en explosivos desactivaron otros cinco artefactos que no salieron de sus tubos Granada anti- carro y contra personal utilizada por ETA. Los etarras pretendían lanzar nueve granadas de las que sólo cuatro llegaron a ser disparadas Las 25 familias que viven en la casa- cuartel de Urdax se despertaron bruscamente ayer a las 7,15 de la mañana por el temblor y el ruido de dos fuertes detonaciones. Se trataba de la onda expansiva causada por dos granadas. Minutos más tarde, una tercera granada anticarro entraba en uno de los dormitorios del tercer piso donde se encontraba durmiendo Blanca C. G embarazada de dos meses, que- resultó ¡lesa. Pasados los primeros minutos de confusión, las veinticinco familias, con veinte niños menores de diez años y dos embarazadas, se refugiaron en el sótano del edificio. En total, nueve granadas habían sido preparadas en una lanzadera accionada con un temporizador para destrozar el cuartel de Urdax. De las nueve, sólo explotaron cuatro. Á las siete horas de la madrugada, Jesús C C de la patrulla rural de la Guardia Civil destacada en Urdax, salió de su piso para comenzar el servicio y dejó a su esposa Blanca C G. en la cama. Quince minutos más tarde Jesús se disponía a subir a un Nissan, cuando se oyó la primera detonación. Estaba oscuro y en nadie pudo apreciar, de dónde venía. En un primer momento s e pensó que había e s t a l l a d o e l depósito de gas de un restaurante situado a 300 metros en una loma sobre el cuartel. El dueño del hostal Beoetxea, Severo G. fue hasta el cuartel para preguntar a qué se debían las explosiones. Después se oyeron pequeñas detonaciones, y hacia las 7,45 estallaron las dos últimas granadas. Las detonaciones fueron tan fuertes que la esposa de Severo le dijo a su hijo que nos coja lo q u e s e a en la cama Una de las últimas granadas chocó contra la valla protectora del cuartel, produciendo daños en cuatro Nissan estacionados dentro. La segunda, después de explotar en la fachada, se introdujo a la altura del tercer piso. La llamarada y la cabeza de la granada atravesaron la pared de un dormitorio y entraron en la habitación donde se encontraba Blanca C. G. para ir a parar al suelo a la altura de los pies de la eama. S u marido declaró a A B C que, minutos antes, Blanca había estado en esa primera habitación cogiendo una bata del armario y que se volvió a acostar. La granada que entró en el dormitorio es del tipo anticarro, están preparadas para romper el grosor de un blindaje y alcanzan los 3.000 grados centígrados de temperatura. Aunque la fachada se ha visto afectada, dentro de las dos habitaciones sólo se percibían cristales rotos, así como las estructuras de la ventanas afectadas y un bo- quete en la pared y el armario empotrado. Jesús C C comentó que había cajas de cartón en la pared que pudieron amortiguar la onda expansiva. Jesús y Blanca llevan siete años casados y hacía unos meses que se habían trasladado a esta casa- cuartel. No es la primera vez que viven un atentado, ya que Jesús estuvo presente en una acción criminal muy parecida efectuado con lanzagranadas que sufrió la c a s a cuartel de Pamplona hace unos años. Sí se trata de la primera vez que está casa- cuartel es atacada, aunque en la zona, el año pasado, en octubre, la oficina policial de la frontera sufrió un pequeño percance, sin consecuencias desafortunadas. Jesús declaró no es que esté especialmente nervioso, además esto no es como Bilbao, que ya por la calle vas desconfiado. La gente, es normal, no hemos sentido ninguna hostilidad. MI mujer, aunque no quiere hablar con la Prensa, está bien ahora. Ella es psicóloga y ha sabido encajarlo En el resto de los habitantes del cuartel se apreciaba la misma serenidad que en el. piso de Jesús y Blanca, aunque las esposas estaban más afectadas. Las primeras hipótesis apuntan a que diez horas antes del atentado, y provenientes de Francia o de Guipúzcoa, los autores colo- caron tres lanzaderas de hierro soldado y tubos de tubería de P V C gris, con tres serles c a d a una, y un temporizados Las lanzaderas estaban situadas al borde de un pequeño bosque de pinos, cercado con dos alambradas de mareaje de propiedad que se han encontrado cortadas cerca del lugar. Las granadas pueden ser belgas, de tipo Mekar- 88 militares. A 300 metros de esa loma se encuentra el restaurante. Beoetxea, a su vez sobre otra pequeña loma desde la que se divisa, 300 metros más abajo, la casa- cuartel. La Guardia Civil cree que los que colocaron los explosivos huyeron de nuevo a Francia (la frontera está a 7 0 0 metros) o a Guipúzcoa horas antes del atentado. De la primera tanda de tres granadas, una explosionó contra un árbol, la segunda cayó cerca del depósito de gas del restaurante, la tercera no explotó; la segunda tanda no salió del lanzador y de la tercera, una se dirigió contra los Nissan, otra entró en la habitación y la tercera también falló. Sobre las nueve de la mañana subió una patrulla de rastreo. Se esperó hasta e s a hora porque apenas había luz y se temía la presencia de minas y explosivostrampa en la z o n a Un perro adiestrado localizó el material enseguida.