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ABC SEVILLA 21-05-1990 página 99
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ABC SEVILLA 21-05-1990 página 99

  • EdiciónABC, SEVILLA
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LUNES 21- 5- 90- LA FIESTA NACIONAL Undécima corrida de la feria ABC 99 El público no quiere elefantes con kilos, pero sí el toro con cuajo Hubo Galaches con respeto, bien aceptados, y otros justamente protestados, como el segundo y el tercero Cuando llegamos a la plaza nos parecía mentira contemplar la enorme animación que había en torno al coso venteño. El cartel no era precisamente como para tirar cohetes; pero está visto y comprobado que la Monumental, por estas fechas, se Mena, aunEmpezaría la cosa en plan pacífico. El primer toro, de Galache- ¡aquellos inolvidables guirlaches que diría el inolvidable Curro Meloja! respondió perfectamente a lo que fue de siempre la norma de esta otrora cotizada ganadería. Emilio Oliva, que ha cambiado de apoderado, aunque no sea precisamente un talismán como el que suele acompañar a los clubes de fútbol cuando cambian de entrenador, lo lidió con tranquilidad y reposo. Ya sabemos que este diestro suele pecar de precipitado y nerviosillo. Sin embargo, con el primer galache le encontramos más aplomado de lo que en él es habitual. Tanto es así- -los extremos se tocan- -que no consiguió que su labor alcanzara la vibración necesaria para caldear a los graderíos, que le trataron con respeto, presenciando su actuación entre un continuo palmoteo, mas no suficiente como para alborotar los ánimos. Le resultó una faena correcta, pero muy por debajo de la buena clase de! toro. No cabe duda de que Oliva mandó en su enemigo, pero su quehacer resultó un pelín falto del necesario picante. Cuando mató de un pinchazo, una estocada refrendada con un descabello, Oliva salió a recoger los aplausos del público. porfiona tarea. Dos desarmes terminaron por deslucirlo todo. Acabó por fin con él de una estocada. Unos aplausos consolaron al diestro de su mala fortuna. El tercero, un coloradito muy astifino, pero de muy poca presencia, justamente protestado por el público, llego a la muleta de El Boni embistiendo a media altura. La situación del torero madrileño era de lo más engorrosa y desairada: por un lado, el público no le daba importancia por la poca presencia del astado, y por otro, el animal no se empleaba con nobleza, desparramando la vista y viniéndose frecuentemente a la barriga del torero. Rafael Perea se deshizo del regalito de media estocada atravesada y tres descabellos. A ninguno de los tres espadas les faltó la virtud de la voluntad, pero el arte de torear es algo más que los atractivos del programa sean mínimos. A la hora de hacer el paseíllo, efectivamente, los tendidos aparecían repletos. La tarde primaveral le prestaba esplendor a la modesta corrida Isldril... m o d e s t a pero a precios de f u n c i ó n de lujo. descabellos. El público, que en- ajustándose en redondos, que tendió las dificultades de la fiera, calaron en los graderíos, deseono se pronunció. sos de ver algo en la tarde de El quinto fue un auténtico gagrises tonalidades. lache. Embistió con una nobleza Quiso embarcar a su enemigo extraordinaria. A José Luis Bote por el lado izquierdo, que era el se le presentó una ocasión de malo, por el plausible afán de oro, que sólo aprovechó a quedar bien, y ahí se derrumbó medias. Es cierto que le sacó alla faena. Sufrió una peligrosa cogunos muletazos lucidos sobre lada. En lugar de desistir y retorambas manos, pero se aprecia nar a la derecha, se empeñó en en este fino torero una permajugarse la vida por el pitón iznente intención de estar más quierdo, haciéndonos pasar muy pendiente de componer la figura mal rato, sin conseguir que le saque de lo que debe llevar embelieran limpias las serles por las bido en los vuelos de la muleta. En honor a la justicia hay que razones expuestas. Entró a matar con rectitud y hombría. reconocer lo poco que actúa este Dejó un pinchazo y a continuahombre. Lógicamente, después ción, en la suerte del volapié, de tantas intervenciones quirúrgiejecutada con honradez, hundir cas, a nadie le puede coger de el acero en todo lo alto. Se le sorpresa que no ande con demadespidió con una fuerte ovación. siada soltura, esa facilidad que sólo se coge cuando se actúa La otra mitad Aviso a los navegantes... con frecuencia. El cuarto, en cuanto a trapío, Bien está que se lidie el toro nada tenía que ver con sus herRafael Perea El Boni buscó con arreglo al tipo y a las caracmanos. Sin embargo, resultó el triunfo con ahínco. El madriterísticas de cada ganadería; manso, mansísimo, esperaba leño se encontró con un primer bien está que se haya suprimido mucho antes de iniciar las arrantoro muy chico, un coloradito, cadas. Cuando se decidía a emanovillado, que el público, no sin el taraco de los seiscientos kilos de la anterior etapa empresarial, bestir, lo hacía con enorme pelirazón, protestó con fuerza. Para la prueba está en que se caen gro. El tercio de baderillas mayor desgracia del diestro no menos los toros ¡hasta ahora... supuso un auténtico suplicio para embestía con nobleza, sino que que en ediciones anteriores, pero los subalternos, que salían perse colaba con sentido y, en cualojo, no caigamos en el torillo de seguidos por el marrajo. La quier momento, por lo astifinas carita anovlllada. Ayer salieron buena colocación de El Boni sirde sus defensas, le podía herir. dos, el segundo y el tercero, que vió para llevar a cabo un par de El Boni salió a vérselas con el no debieron pasar el reconociquites oportunísimos. sexto con claras intenciones de El segundo fue protestado por miento. No estamos a favor del Emilio Oliva nada pudo hacer romper las dudas del otro día su escaso trapío. José Luis Bote taraco, del elefante, pero sí del con el buey en el último tercio. sobre si se había dejado ir un lo lanceó con muy buen gusto en toro con cara de toro, aunque Intentó correr la mano, pero era toro o no. Ilusión de verdad y unos lances, que no se valoraron sea bajito de agujas como ocumaterialmente imposible. El toro también corazón puso Perea con por las protestas del público. El rrió hace unos días con los de no estaba por la labor. Este corcapote y muleta. diestro madrileño brindó su faena Baltasar Iban. No es cuestión de núpeta st que andaba a años luz Empezó bien por alto, porque al cirujano jefe de la enfermería kilos ni de tamaño, sino de resde distancia de aquellos galaluce mucho en los estatuarios, de la plaza de toros de Zarapeto. ches que tanta fama le dieron por su excelente planta torera. Y goza, doctor Val Carreres. Y en entre los toreros a su dueño. bien sea a una o a dos manos, El público, que está dando los medios, sobre la mano derele queda muy bien el toreo vertiuna lección de ecuanimidad y cha, templó con gusto, con la fi- Emilio Oliva se deshizo del recal. Luego bajaría la diestra, sentido común en esta feria, resgura muy compuesta, pero el de galo de una estocada y tres petando a los toreros cuando se Galache tenía un viaje muy encuentran en la cara del toro, corto, quedándosele en el centro- Ficha de l a corridasin agobiarlos ni atosigarlos de de las suertes. El público tuvo en manera despiadada, merece la cuenta en todo momento lo Madrid. Plaza Monumental de las Ventas. Undécima corrida contrapartida de que los toros, mucho que ha padecido este tode la feria de San Isidro. Domingo 20 de mayo de 1990. Seis aunque sean sin excesivos kilos, rero últimamente como consetoros de Francisco Galache, de desigual presentación. Segundo y salgan con el cuajo que merece cuencia de los percances. De ahí tercero, muy chicos y además con dificultades. El primero, muy una afición que abarrota a diario el brindis al ilustre cirujano aranoble; bueno también el quinto y toreable el sexto. El cuarto, muy la plaza, aún a sabiendas de lo gonés. La faena no alcanzaría manso. que puede ver... No voy de dinalas alturas apetecidas, porque ya Emilio Oliva, de limón y oro, pinchazo, estocada y descabello mitero. No es mi estilo. Pero las al final el toro le embestía con la (aplausos) En el cuarto, estocada y tres descabellos (silencio) cosas en su sitio. Y al César, cara a media altura, sin emJosé Luis Bote, de fucsia y oro, estocada y dos descabellos léase público, lo que es del plearse. José Luis Bote dejó en (palmas) en el quinto pinchazo y metisaca (silencio) César, o sea, el toro, sin más, trever su buen corte de torero, Rafael Perea (Boni) de burdeos y oro, media estocada atrapero ¡el toro! pero no pudo conjuntar las pinvesada y tres descabellos (silencio) En el sexto, pinchazo y estoceladas y destellos que, de cada (ovación) VICENTEZABALA cuando en cuando, surgían en la

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