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ABC SEVILLA 27-04-1990 página 3
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ABC SEVILLA 27-04-1990 página 3

  • EdiciónABC, SEVILLA
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EDITADO PRENSA POR ESPAÑOLA SOCIEDAD ANÓNIMA 27 DE ABRIL DE 1990 FUNDADO EN 1905 POR DON TORCUATO LUCA DE empleado por p r i m e r a vez, hace muy poco, esta expresión, desesperación del presente neta. Al cabo de unos años había alguna creo que es menester aclararla y extraer de libertad para hacer y decir ciertas cosas ella algunas consecuencias. No me refería que habían sido imposibles; seguían siendo a aquellas situaciones personales en que dificultosas y acarreaban consecuencias inel presente no promete nada, precisamente cómodas, pero eran posibles. En cambio, porque se queda uno sin futuro, sin otras cosas parecidas, acaso de menor disproyecto. Al contrario, se trata de situaciocrepancia, menos disonantes de lo que se nes colectivas- -del mundo o una parte de consideraba aceptable, seguían vedadas y él- -cuya corrupción parece excesiva en su fuera de circulación. Caí en la cuenta de conjunto o en alguna dimensión que afecta que en el primer caso algunas personas especialmente; en que se tiene la imprehabían ejercido el mínimo de libertad exissión de falsedad ambiente, de perturbación tente; habían dicho cosas que en rigor no del orden real de las cosas, de injusticia se podían decir; habían hablado de asuntos con la realidad, en suma. Al desesperar del o figuras condenados a las tinieblas extepresente, se apela al futuro -esto es lo riores en una palabra, habían abierto un decisivo- se cuenta con que hará justicamino, tal vez un estrecho sendero, para cia y pondrá las cosas en su verdad. ciertas posibilidades. En otros casos nadie Si se trata del balance definitivo de las se había interesado lo suficiente, o se cosas, de lo que se llama las ultimidahabía atrevido a arrostrar los riesgos inevides esto es perfectamente legítimo. tables, y ese camino permanecía cerrado. Muchas veces he recordado aquel verso Podría ilustrar esto con múltiples ejemplos, del Dies ¡rae tremendo y esperanzador a pero quizá es mejor que el lector curioso un tiempo, que dice: quidquid latet appalos busque y compruebe. rebit todo lo que está oculto aparecerá, La situación actual es enteramente difese manifestará. rente. Después de 1939 no había libertad Pero si esa desesperación se refiere a de expresión; no había derecho a decir o las cosas de este mundo en lo que tienen escribir lo que se quería; podía hacerse en de temporales, a la situación histórica, el alguna medida, pagando el precio necesadesentenderse del presente y apelar al furio, pero- -y esto me parecía gravísimo- -turo es una actitud funesta si implica retracsin derecho a hacerlo. No era posible critición y renuncia, insuficiente e inadecuada car directa y abiertamente lo que emanaba aun en el caso de que se siga haciendo del poder; tampoco era necesario que personalmente lo que hay que hacer, lo las cosas fuesen tan expresas, porque todo que es debido. No se puede desesperar el mundo entendía perfectamente lo que se del presente- -dije hace poco- porque es quería decir, y había una buena excusa nuestra vida: hay que salvarlo. para no decir nada. En tiempo de Fernando VII se hablaba, en efecto, de los mal llamados años Ahora se puede expresar toda opinión, esto es absurdo: sean como sean, son los se tiene derecho a ello; si no se hace es nuestros, aquellos de que disponemos para porque no se quiere o porque se considera vivir. Frente a esta idea que no merece que no trae cuenta. El panorama de la vida ser llamada así, habría que recordar la fapública no es nada alentador; especialmosa frase de Ortega, de la que casi siemmente en el campo de lo que se llama pre se omite el segundo miembro: Yo soy- -quizá abusivamente- -la cultura la siyo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella tuación es bastante deprimente. Lo que no me salvo yo. Ingrediente esencial de llamo desesperación invade sobre todo a nuestra circunstancia es el presente en que personas desalentadas por estos fenómenos ha tocado vivir. Después de la guerra nos. Creo que el estado general de lo que civil fueron innumerables los españoles que sobrenada justifica esa actitud. Pero pasaron por todo y se entregaron sin más a lo vigente, a lo que se imponía, a lo que estaba de moda o simplemente traía cuenta pero no fueron pocos los que se declararon incompatibles con la época y decretaron que no se podía hacer nada. Decidieron vivir, si vale la expresión, entre paréntesis lo cual quiere decir lo menos posible. Y de paso, y esto es lo que me EDICIÓN INTERNACIONAL parece más grave, renunciaron a contribuir a que el presente fuera más vividero y proPara hacer llegar sus mensajes misor, a ayudar a los demás a vivir con comerciales a todo el mundo. algún sentido y plenitud. Y, por supuesto, comprometieron la posibilidad de que ese futuro al que apelaban llegase a tener realidad. Desde 1939 tuve una impresión muy ABC REDACCIÓN, ADMINISTRACIÓN Y TALLERES: CARDENAL ILUNDAIN, 9 41013 SEVILLA H E LA DESESPERACIÓN DEL PRESENTE TENA BC el desaliento no me parece legítimo. En todas las ciudades de España, grandes o pequeñas, y hasta muy pequeñas, hay grupos considerables de personas que justifican la confianza y la esperanza en el ámbito de la cultura. Tienen buena formación, probablemente superior a la media de otros países; son bastante lectores, y con alto nivel de calidad; son capaces de interesarse por todo lo que se les dice con veracidad y justificación, y de comprenderlo. ¿Cuántos son? No lo sé, pero si se suman los que existen en todos los lugares de nuestra nación la cifra sería impresionante, varios centenares de millares. Es decir, incomparablemente más que los que pululan por la superficie pública y nos producen decepción o en ocasiones consternación. En resumen, que el desaliento generalizado es un error de perspectiva. Por supuesto, hay que hacer personalmente todo lo que se puede, y lo mejor posible. Hay que hacer un esfuerzo por comunicarlo y compartirlo. Sobre todo, hay que intentar sin desmayo contagiar el pensamiento Hay que velar por la lengua que hablamos, no aceptar su degeneración, la caída en la confusión, la impropiedad o la chabacanería. (No se olvide mi definición de ésta: vulgaridad satisfecha de sí misma Pero hace falta algo más. La fórmula podría ser ésta: evitar la complicidad con lo que uno encuentra indeseable. Hay que usar con la frecuencia necesaria el no No se puede colaborar en cualquier publicación, participar en todo encuentro, formar parte de un jurado cuando se sospecha que todo está decidido, elogiar lo que debe ser elogiado, callar acerca de lo que no se debe nombrar. Pienso en los millones de personas que no tienen recursos para opinar por sí mismas sobre muchos asuntos; no es que no tengan capacidad de estimación y discernimiento, pero no se sienten con autoridad para afirmar sus impresiones; precisamente esto ocurre cuando son personas discretas, cuando no se han convertido en petulantes hombres- masa Se apoyan en los que parecen tener capacidad, competencia, títulos para orientar a los demás. Cuando éstos cumplen esa función con veracidad y pulcritud, las cosas marchan bien; cuando dimiten y abandonan son causa de desorientación. Esta situación es peligrosa, porque, además de no rectificar los errores y riesgos actuales, entorpece y confunde el futuro. Lo peor que puede pasar a una sociedad, después de la discordia- -es decir, que los habitantes no quieran convivir unos con otros- -es que se vea invadida por el resentimiento y el rencor contra la excelencia. Sobre todo, porque son gérmenes de discordia. de la Real Academia Española Julián MARÍAS

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