Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC SEVILLA 10-03-1988 página 3
ABC SEVILLA 10-03-1988 página 3
3/88
Ir a detalle de periódico

ABC SEVILLA 10-03-1988 página 3

  • EdiciónABC, SEVILLA
  • Página3
Más información

Descripción

EDITADO POR PRENSA ESPAÑOLA, SOCIEDAD ANÓNIMA 10 DE MARZO 1988 ABC judío, un injerto que al final de los tiempos se convertirá en el olivo único de paz. A la muerte de Salomón, el reino se divide en dos: Judá será el reino del Sur, e Israel el del Norte. El reino de Judá tendrá por capital Jerusalén, y el de Israel, Samaría. Este último, el del Norte, será destruido por Asiría en el año 722, y el del Sur desaparecerá como reino en el año 587 a manos de Nabucodonosor. El templo, construido por Salomón y centro espiritual del pueblo judío, será incendiado y destruido. Pero el tiempo del destierro es la época de los profetas, que darán al pueblo hebreo el mayor tesoro espiritual y poético de su historia y de la historia de la Humanidad. Cuando a partir del año 538 comiencen a volver de Babilonia los descendientes de los judíos exiliados en 587, en Judá no se restablecerá la situación de soberanía anterior al destierro; estarán a merced de los persas primero, después de los macedoraos de Alejandro Magno y de sus sucesores, y, finalmente, de Roma. Contra el impío dominio romano, las tensiones terminaron en rebelión, y es el Emperador Tito, el hijo de Vespasiano, en tres campañas que terminaron con la caída de Jerusalén en el año 70, el que la domina y vence. El Templo, reedificado después de la terminación del exilio en Babilonia, fue destruido de nuevo, y así ha permanecido hasta nuestros días. Pocos años después, con la destrucción del fuerte de Mesara, la diáspora- que fue siempre un fenómeno típicamente judío, con carácter esporádico- se hace masiva. Parecía que el misterioso vínculo entre el pueblo de Israel, la tierra prometida y el Templo quedaba roto para siempre. Con esa gran diáspora, el pueblo de Israel se desparrama por todo el Orbe, convirtiéndose en un pueblo peregrino, pero sin perder nunca su identidad, y siempre con la nostalgia de una Jerusalén entre la tierra y el cielo. La ley se convierte en la patria portátil del judio errante. REDACCIÓN, ADMINISTRACIÓN Y TALLERES: CARDENAL ILUNDAIN, 9 41013- SEVILLA rAHVE- DIOS dijo a Abraham: Vete de tu tierra y de tu patria, y de la casa de tu padre a la tierra que yo te mostraré. De ti haré una nación grande y te bendeciré. Engrandeceré tu nombre, que servirá de bendición. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan. Por ti se bendecirán todos los linajes de la tierra. (Gen. 12,1) Abraham salió de Ur de los caldeos y marchó a la tierra que Yahvé le había de mostrar. Esta tierra era Canaán. Abraham llega a ella hacia el año 2000 a. C. (ésta y todas las dataciones subsiuientes son nieto e Abraham, presunciones) Jacob, doce y sus doce hijos- las tribus- se establecieron en Egipto hacia el año 1700 a. C, y sus descendientes permanecieron en tierra extraña esclavizados más de cuatrocientos años. En Egipto, el pueblo de Israel toma cuerpo y conciencia de su identidad, manteniendo la fe monoteísta de Abraham frente a la multiplicidad de dioses egipcios. El éxodo, la liberación por Moisés de la esclavitud egipciatienelugar entre 1250 y 1225, y después de unos cuarenta años por el desierto del Sinaí- donde se producirán los acontecimientos que marcarán de manera indeleble al pueblo hebreo- Josué, al frente de los descendientes de los israelitas que atravesaron el mar de las cañas a pie enjuto- y que fueron repudiados por su infidelidad- invade, pasando el Jordán también a pie enjuto, la tierra prometida entre 1220 y 1200; más o menos la época de la mítica guerra de Troya. Después, alrededor de unos quinientos años, los israelitas acrecidos y multiplicados grandemente, están de nuevo en la tierra que mana leche y miel pero ahora no como pastores nómadas, sino como un pueblo en armas que, para establecerse cumpliendo la promesa tiene que vencer y desplazar- y muchas veces que aniquilar- al enjambre de pueblos que la ocupan. Es una lucha cruenta e interminable, sobre todo más tarde, contra los pueblos del mar -procedentes probablemente de CretaIos filisteos, de donde deriva el nombre de Palestina. A partir de entonces las vicisitudes y los avatares del pueblo de Israel en tierra palestina son incontables e insondables, como una de las páginas más profundas y misteriosas de la historia de la Humanidad. El momento estelar lo alcanza con tos reyes David y Salomón, dos personajes en los que la gracia y los dones de Dios se derraman en forma desbordante. De la estirpe de David nacerá la esperanza de Israel que los judíos no reconocieron, el Mesías, el que había de venir en nombre del Señor, el Hijo de Dios. Se produce así, en el viejo tronco Y FUNDADO EN 1905 POR DON TORCUATO LUCA DE TENA JUDÍOS Y PALESTINOS, EN LA TIERRA PROMETIDA EN O DONNELL, 27 PUEV Aplicpssyláíiparas para su negpr La diáspora, bajo todos los cielos, en todas las tierras, todas las gentes, todas las religiones, todas las razas, parecía definitiva. Durante ella los judíos conservaron su religión contra viento y marea. De la identidad de la raza judía, lo único que se puede decir es que es idéntica a sí misma participa de todas las razas humanas, pero el judaismo es la única religión que tiene una raza ninguna otra. Mientras habitaron la tierra prometida entre sus enemigos más implacables figuran los filisteos, los palestinos, entonces un pueblo pagano. Vueltos a su hogar después de casi dos mil años de ausencia, lo siguen siendo- ahora islamizados- aunque minoritariamente, los cristianos. Sí, está escrito que Yahvé- Dios prometió a Abraham la tierra de Canaán, pero dos cosas: la primera, que ningún texto bíblico debe interpretarse literalmente; es decir, al pie de la letra, sino teniendo en cuenta los géneros literarios- en lo que están conformes los teólogos cristianos y los judíos- y la segunda, que la tierra prometida desde Abraham hasta la invención del Estado de Israel, después de la primera guerra mundial, apenas ha sido ocupada por los judíos en verdadero señorío solitario, salvo el reino de Salomón, y después de la división entre Norte y Sur hasta el respectivo destierro en Babilonia. En cuatro milenios, la soberanía de Israel sobre la tierra prometida ha constituido un breve paréntesis. Esto es un hecho. Después de Camp David, Israel es dueño de la tierra prometida no tiene peligro en el Sur; no lo tiene tampoco en el Norte- porque Siria sola carece de fuerza para recuperar los altos del Golán- dispone probablemente del arma atómica, y, con toda seguridad, de la protección de Norteamérica. Pero ha surgido la subversión en Gaza y Cisjordania, territorios ocupados militarmente. Es una subversión con piedras, pero David, adolescente, venció al gigante filisteo Goliat- revestido con todas sus armas con una piedra lanzada con el arma más primitiva: la honda. Confiar en la espada es arrogancia contra Dios Sadat, en su comparecencia ante el Congreso israelita, dijo: Sin la solución del problema palestino, Israel no conocerá la paz. La Asamblea General de las Naciones Unidas, el Consejo Europeo, han reconocido frente al Estado de Israel el derecho de los palestinos a ta autodeterminación. Los españoles, con tanta sangre judía y mora en sus venas, de vuelta de la expulsión de judíos y moriscos, no puede estar más que por la convivencia. Esta última batalla moral es la que tiene que ganar el gran pueblo de Israel, el pueblo elegido Antonio GARRIGUES DÍAZ- CAÑÁBATE

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.