Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC SEVILLA 12-07-1985 página 3
ABC SEVILLA 12-07-1985 página 3
3/72
Ir a detalle de periódico

ABC SEVILLA 12-07-1985 página 3

  • EdiciónABC, SEVILLA
  • Página3
Más información

Descripción

EDITADO PRENSA SOCIEDAD 12 JULIO POR ANÓNIMA 1985 ESPAÑOLA, FUNDADO ABC EN 1905 POR REDACCIÓN, ADMINIS- TRACIÓN Y TALLERES: CARDENAL ILUNDAIN, 9 S TORCUATO LUCA DE E V I L L A DON TENA UY a menudo la inmediatez que p r e s i d e la acción política impide una reflexión serena y profunda en el terreno de las ideas. Esto es malo. Detrás de una concreta actuación política debe encontrarse un planteamiento ideológico que la inspire; sólo la coherencia entre ambas- acción e ideología- definirá un producto político que supere el oportunismo o el mero coyunturalismo. Si esto ha sido siempre así, es obvio que en los momentos de crisis, en aquellos momentos en que la sociedad se debate en medio de grandes incertidumbres, cambios generacionales, nuevos valores sociales, asunción de imponentes desafíos tecnológicos y un largo etcétera, la necesidad de apoyarse en una formulación ideológica acorde con las nuevas coordenadas sociales resulta todavía más necesaria e imperiosa. M POR UNA NUEVA I0 E 0 L 0 GIA OE PROGRESO igual que lo que había antes; no se trata de regresar, sino de progresar. Lo contrario sería, insisto, un grave error; sería tanto como olvidar, entre otras cosas, que la victoria del socialismo fue la respuesta de rechazo frente a lo que había antes. No un antes coyuntural, concretado en la gestión del último Gobierno de UCD, sino un antes más extenso en su dimensión temporal; todo un antes que forma parte del pasado, de una historia superada y que los ciudadanos- a l menos en una importante mayoría- rechazan, quizá no desde la beligerancia, pero sí, en todo caso, desde el desinterés. Frente al modelo socialista debe construirse una nueva ideología de progreso, distinta en su formulación, en su terminología, en su presentación, en su fundamentación. La sociedad está en constante evolución- afortunadamente- pero el signo de la misma, en sus grandes coordenadas, es el del progreso. Ahora lo que corresponde es asegurar el relevo en esta vía de progreso; hay que asumir la responsabilidad de definir una nueva ideología que continúe la lucha- l a larga lucha- que otros muchos a lo largo de la historia han protagonizado para hacer posible el progreso de la sociedad. Ahora esta nueva ideología de progreso ya no puede descansar en el modelo socialista; sería absurdo querer negarles, a los socialdemócratas, las importantes aportaciones que han realizado, en los últimos cien años de la historia de Europa, a la causa del progreso. Por el contrario, sólo reconociendo la trascendencia de esta aportación puede ahora afirmarse que el relevo es necesario, como lo fue en su día, en beneficio de la propia socialdemocracia. Pero hoy, desde ésta y desde cualquier otra opción política que ponga por encima de su interés partidista el interés general, deberá reconocerse q u e la vía d e l p r o greso, la que asegure el desarrollo de la sociedad, deberá apoyarse en una nueva ideología. Esta necesidad se plantea hoy en España con unos ciertos ribetes de dramatismo. El modelo socialista se está mostrando como incapaz para hacer frente a las demandas sociales; anclado en las viejas querencias del intervencionismo, del dirigismo, del centralismo y de la tutela asistencial, receloso desde siempre frente al espontaneidad creador de los grupos sociales, incrédulo frente al papel de la sociedad civil y desconfiado ante las manifestaciones de la iniciativa de los particulares, el socialismo contempla con consternación cómo todo cuanto le alimentaba periclita y todo aquello que criticaba se coloca en la base de un nuevo relanzamiento social. El intervencionismo frena hoy el desarrollo y, por el contrario, sólo desde las iniciativas sociales puede construirse un auténtico entramado de actividades que den cohesión y fuerza a la propia sociedad. Esta no es la música del socialismo y, aun cuando algunos de sus representantes- -nada impide reconocerlo- se esfuercen en ponerle una letra que sintonice con esta nueva realidad social, el hecho cierto es que el desajuste se resuelve en beneficio de la música, aflorando contradicciones y vacilaciones que son el punto natural de una incompatibilidad de origen. No se puede, desde una filosofía que desconfía de la sociedad civil, reclamar la colaboración de ésta para que asuma el protagonismo hegemónico de la recuperación cultural, cívica y económica. Pero frente a esta incapacidad del modelo socialista, no nos podemos limitar a movernos en el campo de las nuevas estrategias; o no podemos limitarnos a levantar la bandera negativa del anti lo que sea. Ciertamente, aflora en la sociedad española un sentimiento de desesperanza frente a la acción socialista y se quiere avanzar hacia un futuro distinto. Pero sería un error creer que este futuro puede ser Quizá no procede, al menos en este mismo escrito, desarrollar en toda su profundidad cuáles deben ser las bases de esta nueva ideología. Debe formularse en términos tales que en la misma y en su propia elaboración puedan sentirse identificados amplios sectores de la vida social española. Tiene que ser un producto que emane de la propia sociedad para su propia defensa; debe ser el marco definidor de las condiciones con las que la sociedad civil se compromete a asumir el protagonismo que se le demanda, de cara a asegurar la continuidad del progreso. Ciertamente, es una ideología que se construye para terminar con el intervencionismo, para ayudar la iniciativa, para situar en la propia autoexigencia, en la responsabilidad personal y colectiva y en el riesgo, los valores fundamentales de la propia realización. Es una ideología que se construye para ayudarnos a competir en una sociedad competitiva; a asumir los desafíos que Europa nos plantea, en el marco de la nueva realidad europea; que enfatiza el valor de la libertad como marco fundamental para asegurar el pleno desarrollo de la persona y de las colectividades en que libremente se agrupa; que promociona las entidades intermedias de la propia sociedad, para dotar a ésta de cohesión; que libera, en una palabra, las energías creadoras de la sociedad. Pero no es tanto el desarrollo de estas bases el principal motivo de preocupación en este momento. Lo fundamental es acordar que es preciso avanzar en esta línea si queremos realmente construir frente al socialismo una alternativa ideológica suficiente para solventar y superar lo que el propio socialismo se ve incapaz de resolver. Y es desde este mensaje positivo, de construcción de futuro y de esperanza, que se desvincula del pasado, que hizo posible la victoria socialista, como se puede ciertamente construir un mensaje de ilusión para el futuro. La sociedad civil ha sido, por definición, optimista frente al pesimismo que muy a menudo ha emanado del intervencionismo público. Ahora nos corresponde construir sobre este optimismo aquella ideología de progreso que permita a la propia sociedad civil desarrollar su enorme potencialidad. Y ésta es una responsabilidad que en buena parte descansa en la propia sociedad civil; los políticos sólo somos los instrumentos a través de los cuales esta sociedad se expresa. Para hacer llegar sus mensajes comerciales a todo el mundo. Miquel ROCA JUNYENT

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.