ABC SEVILLA 22-05-1975 página 13
- EdiciónABC, SEVILLA
- Página13
- Fecha de publicación22/05/1975
- ID0003146114
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DON MANUEL FAL CO muerto un p oHAeos que que ahombre de aquelloshommerecen ser llamados bres por lo los hombres define: la rio sn la hora última, don Manuel es v será el ejemplo de las maneras en la s que un hombre sabe vivir m aras d lealtad y la entereza. Manuel Fal Conde, un ideal, sin importarle las adversas coel tan querido Don Manuel por excelen- yunturas, ni las enemigas muchas veces cia para todos los tradicionaUstas, se na taimada, ni los privilegios, terrenales por tantos codiciados; ni siquiera P! más ido al cielo a recibir el premio que Dios guarda para sus leales, dejándonos en la amargo de los desengaños: ¡3 ingratitud orfandad de su presencia, cercana la pe- a su lealtad. renne enseñanza del ejemplo. El día en Igual que del Cid Campeador, pudiera que sea escrita la historia del acontecer dársele por certero epitafio el de que español del siglo XX, nadie osará dispon nunca hubiera habido mejor soldado de tar a don Manuel, a nuestro siempre bien haber tenido buen señor. Intransigente, amado don. Manuel, el más claro puesto con la santa intransigencia en la que otro de su tiempo. Otros habrán triunfado tremendo intransigente, Juan Vázquez de en las menudas pugnas partidistas del Mella, miraba la certeza de la posesión de momento; otros habrán enriquecido sus la verdad, don Manuel ha vivido en el haberes mercadeando ideales con aumen- apartamiento del olvido con la inmerja tos económicos; otros habrán ganado en grandeza de las almas que saben por qué viven y para qué viven. En su caso humala cotidiana pareja victoria que la ciega u deidad fortuna regala con azar a quienes no para legarnos el ejemplo de lo Q e los demás hemos de hacer. tal vez menos lo merecen. Don Manuel es el, héroe insuperable de la lealtad en Patrón mayor de la nave de la conspiel campo en que los hechos saltan más ración que trajo ei 1 de Julio, arrincona 8 allá del cercado de las circunstancias; do luego en méritos a su intransigencia don Manuel es la estatua misma del ho- berroqueña, víctima de la misma grandeza de los ideales que, insobornable e irrenor. ductiblemente, sirvió, don Manuel nos dePara quienes nacimos abrazados a una ja en el infinito dolor amargó de su pérbandera de ideales, paño de nuestros esdida, la lección del honor y de la fe. Cuantandartes de pelea que es también sudado en el tenaz empeño de las batallas fu- LISBOA. 1937. -Don Manuel Fal Conde entregando a la viuda del general Sanjurjo la Medalla de Sufrimientos por la Patria con que fue condecorada poseí Generalísimo y que le fue regalada por los roquetes. Junto a la marquesa del Rifí, la hermana de Sanjurjo, dona Rosario, y los hijos del general, Pepe y Carlota. turas busquemos un modelo que ofrecer a los desalentados o a los cobardes, para curarles del abatimiento o del miedo, no tendremos más que evocar a este hombre, tan hombre, guía en su vida ejemplar y en su santa muerte, para quien trate de vivir y de morir como han de vivir y de morir, los caballeros. El trance del dolor de su ida, el abandono en que deja a los leales queda mitigado por la seguridad, de su permanente presencia entre nosotros, imitando lo que hizo. Con sus gestos tajantes y sus humildes silencios; con la claridad de su pensamiento y con la paciencia en las inmerecidas humillaciones; con la alegría con que supo llevar a ios tradicionaUstas a la gloria y con la santa resignación con la que recogió, sin abatir Jamás- la grandeza de sus sueños, los más amargos frutos inmerecidos de su entrega generosa. Quien estas líneas firma ha servido al carlismo a las órdenes de Manuel Fal Conde desde el sencillo grado de esturfiaote en la Agrupación Escolar Tradisionalista hasta el puesto de miembro de la Junta Nacional Carlista. Por eso son tantos ios recuerdos que deja en el alma empapada en lágrimas que no caben palabras bastantes para poder. decirlos. Apenas si el silencia de una oración, la oración que esta mañana rezaba yo al Dios de las Españas en el humilde rincón de una humilde casa sevillana. ¡No le acompañarán en su entierro fanfarrias ni escoltas ¡funerales. Hubieran ido, de no haber sido como fue. Pero quienes le llevamos sencillamente al borde de la última morada vamos con él llevando dentro el ansia de ser dignos de imitarle. Que no es en verdad el privilegio de los grandes de la tierra ni de los triunfadores ocasionales de aquí abajo; pero es el privilegio de los: santos y de los héroes. Porque don Manuel fue un santo y un héroe. Porque fue un hombre muy hombre. Porque fue un carlista berroqueño. Francisco ELIAS DE TEJADA