ABC SEVILLA 12-01-1974 página 25
- EdiciónABC, SEVILLA
- Página25
- Fecha de publicación12/01/1974
- ID0003112169
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Inventarío provisional (IV) cursos y su excepcional capacidad fabuladora. DEL PASADO NOSTÁLGICO AL PRESENTE PROPUNDO. -E 1 critico leyó Viento del Norte (Destino) la novela de Elena Quiroga, ganadora del Premio Nadal de 1950, y La sangre (Destino) también de la novelista santanderina, en su primera adolescencia, cuando iba al libro sin el más mínimo propósito de disección literaria, cuando buscaba la novela cómo un sedante reparador para la descompensación provocada por u n o s áridos temas de civil o de administrativo. En esas circunstancias se comprenderá que ningún valor puede tener aquel su criterio si se sustentó, como así era en efecto, en un exclusivo fervor adolescente. Mas es el caso que con posterioridad, y naturalmente que rectificando aquel entusiasmo inicial, siempre mantuvo un acusado interés por la novelista santanderina. Circunscribiendo ahora la atención só- 1 A Ví LOS ESTERTORES DE UN BOOM -El montaje publicitario de un boom narrativo- -tan fácil, al parecer, como el de un brandy o un detergente- -al que nuestro momento está siendo tan proclive y del que son ejemplos notorios, primero el de la novela hispanoamericana, luego el de la efímera narrativa andaluza, y, más tarde, el fugaz de la nueva novela española puede originar, y de hecho ast viene sucediendo, que a su socaire, junto a los cabales, generalmente un número estricto, se cuelen los polizones. Del maremágnum, del trastrueque de valores se aprovechan- -es su oportunidad- -muchas mediocridades y, en su nombre, por aquello del riesgo económico en tan temeraria aventura, las casas editoriales. Mas, al ses sudameicanos- Cortázar monta un relato, un tremendo collage con incluso facsímiles de recortes de Prensa, cuyo esquema comporta al tiempo que una acción dinámica desde distintos planos narrativos, un indudable valor simbólico: el del subdesarrollo social hispanoamericano, el de su colonialismo político, el de su represión. Más, pues, que una cohesión novelesca, hay un testimonio, una comunicación veraz de la historia de nuestros días. OTRA SEÑAL DE P E R V I V E N T E MAESTRÍA. -Otro de los indiscutibles, que mantuvo la pervivencia de su maestría, fue Mario Vargas Llosa con Pantaleón y las visitadoras (Seix- Barral) una farsa plena de oficio, aunque haya Ratncn M. del Valle Inrlári Mario Vargas Llosa Julio Cortázar Francisco García Pavón final, lo dicho: los cabales. ¿De la nómina andaluza, cuántos se podrían incorporar de pleno derecho a la lista de los que ya eran per se antes del lanzamiento? ¿De la nueva novela la desafortunada etiqueta publicitaria del último o t o ñ o cuántos a la hora de la valoración estricta? ¿Del censo de hispanoamericanos incluidos en el boom cuántos a la hora de la verdad? ¿Algún nombre nuevo que agregar a los García Márquez, Cortázar, Vagas Llosa, Rulfo... Puede que a niveles estimables se p u e d a incorporal un Seorza o algún otro, pero sin saltar el listón de los otros, al menos de momento. UN NUEVO Y LUCIDO EJEMPLO. -De aquel poker de ases, dos de ellos, Cortázar y V a r g a s Llosa, han dado este año- -1973- nuevamente, fe de Su maestría. Julio Cortázar con una novela que no es Rayuela desde luego, pero sí polémica y modernísima: Libro de Manuel (Editorial Sudamericana) Llevada la construcción novelística a los límites de todas las audacias, a los extremos de una meticulosidad que a veces llega a ser chocante y sobre un argumento que más parece una noticia de la Prensa sensacionalista, de la diaria política de la violencia- -como el secuestro de un diplomático acreditado en París por un comando terrorista argentino, a cambio de cuyo rehén exigen la liberación de un número de presos políticos de diversos paí- que admitirla como obra menor en ei contexto general del ya sólido cuerpo narrativo del chileno. Amena, raramente amena para lo que hoy se lleva y sin abdicar de ciertos experimentalismos formales y de estructura, como la interacción de distintos planos de tiempo, de lugares, de personajes. Vargas consigue en su, elaboradísima narración, que en momento alguno cede al propósito fácil de aliviarse, un juego sarcástoco sobre una historia ya en sí misma jocosa, donde los tabúes religiosos se entraman a los episodios de un burdel de exclusivo uso del Ejército, unas guarniciones militares destacadas en la selva. El montaje del burdel acarrea a don Pantaleón una serie de problemas de índole religioso y familiar, cuya peripecia sirve de alegórico contrapunto para poner en evidencia el subdesarrollo del país, el del autor, en un aspecto tan sintomático y definitorio como el del sexo y desarrollar, al paso, una teoría antimilitarista, contra las autocracias y los totalitarismos. Esquemática, con ausencia total de descripciones, en la parodia se contraponen los diálogos de viva voz de su personaje con la documentación- -recortes de periódicos, partes, trozos epistolares- -de una actualidad viva, en cuya técnica demuestra el experto manejo de unos re- to a la más reciente, publicada hace unos meses, Presente profundo (Destino) resulta evidente un proceso de evolución signado, no obstante, por un personal modo de hacer que aquí, empero, intenta alterar, suponemos, dado su talante de Independencia creadora, su voluntario apartamiento de las turbamultas literarias, que por convencimiento de evolución íntima antes que por una gratuita acomodación a las técnicas al uso. Aunque el logro entre el realismo de estirpe naturalista de su contenido y los signos extemos de su estructura no haya sido total, la aplicación por parte del personaje del relato de un método de revisión subjetiva a su propia memoria contrastada ésta con una realidad viva, presente, encamada en otro personaje, constituye una compleja e interesante temática narrativa, ambiciosa además por cuanto implica un análisis en profundidad de ios caracteres del ser, una carga de esencialidad viva, de la que tan pavorosamente está exenta gran parte de nuestra narrativa experimental última. INAGOTABLE PLINIO. -Abierto este ciclo novelístico de García Pavón, protagonizado por su personaje Plinio, jefe de la Policía Municipal de Tomelloso- -pueblo natal dei autor- y de su inseparable ayudante don Lotario, con Historias de Plinio (1966) y casi sin perder comba- El reinado de Witiza 19681,