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ABC SEVILLA 19-07-1953 página 43
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ABC SEVILLA 19-07-1953 página 43

  • EdiciónABC, SEVILLA
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P A G I N A S DE U N DICCIONARIO A N T O L O G I C O DE CHISTES MAS O M E N O S O R D E N A D O S POR VICENTE V E G A ORA- ORO Nosotros, señorita Esperanza, no nos oponemos sistemáticamente a los concursos, como usted supone. Que estamos un tanto desengañados respecto a los mismos, desde luego. E l que ahora nos propone usted tal vez resultase interesante: invitar a los lectores para que todos los meses señalen el chiste que más gracia les haya hecho de los publicados en estas páginas durante dicho espacio de tiempo. Por nosotros... Mire, haremos una prueba. Si la idea de usted gusta a los lectores, que nos lo digan; y si recibiésemos una cantidad apreciable de respuestas alentadoras, veriamos la forma de llevarlo a la practica. Pero... E n fin, no queremos prejuzgar. Los lectores tienen la palabra. ORADORES i Muy bien habla Sinforosa, y que la palma le den en eso pide orgullosa; mas no es mucho que hable bien, pues jamás hace otra cosa. Pablo de Jériea (1 Í 81- 1833) A consecuencia de ciertos campanudos discursos que don Cristino Mjartos venía obligado a soportar desde el sillón presidencial del Congreso, solía decir a sus amigos: -Créanme ustedes. Más que sufragio universal, reformas, constituciones y planes financieros, lo que aquí hacen falta son casas de tontos. Be tradición Oral. A los postres de un banquete. E l que hace las veces de maestro de ceremonias, al encargado del discursito. ¿Cuánto tiempo hablará usted? ¡P c h s! Unos cinco minutos. -Hable usted diez, a ver si despejamos rápidamente el salón para que comience en seguida el baile. Der Brummer Berlín, 1986. Necio, y oscuro y vulgar un discurso escuché ayer, y dije sin vacilar: -Para no hacerse entender, ¿no es mucho mejor callar? AI. del Palacio, Fruta verde t M a- drid, 1881 A los postres. -Bueno, ahora le oiremos a usted un buen discurso, que nos dejará encantados. -Supongo que sí. A l menos ha gustado ya en seis banquetes anteriores. Ric et Bac París. 1030. Dicen que refería don Joaquín Sánchez de Toca, sin que nosotros nos atrevamos a asegurarlo, que un diputado novel, a punto de hacer su debut parlamentario, quiso que conociese el discurso que iba a pronunciar, y que había escrito previamente. Aceptó el ilustre hombre público, r al día siguiente le preguntó el otro: Leyó mi discurso, don Joaquín? -Lo he leído tres veces y, la verdad, la primera vez me pareció bien; la segunda, regular, y la tercera, francamente mal. EL novel diputado, rebosando satisfacción, exclamó: ¡Magnífico! Como no he de pronunciarlo más que una vez, el buen éxito está descontado. De tradición oral. Clemenceau asistía a una sesión del Senado, en la que uno de sus honorables miembros hablaba y hablaba sin parar, y así pasaron dos horas... -Descanse un momento- -díjole un colega que se hallaba próximo al orador, y aunque lo dijo en un tono de voz muy discreto, fué claramente oído por toda la Cá- mará. E n el mismo tono contestó el infatigable orador: -No; no estoy cansado. Y Clemenceau añadió en voz alta: -Pero podrían descansar los demás... Con lo cual terminó la intervención del honorable miembro en aquella sesión. Figura en muchos anecdotarios de Clemenceau. ¿Y qué es un orador? Porque yo, si me dejan hablar, hablo lo mío... Pero, ¿en qué se distingue un orador de otro que no lo es? -Veras: si a ti te preguntan cuántas son dos y dos, respondes que cuatro y en paz, ¿no es esto? ¡Claro! -Pues si se lo preguntas a un orador, te contestará: Cuando en él curso de los -Me negará usted que la primavera, viene después que el invierno? -Conformes; siempre que usted aeepíe que el invierno viene antes que Ja primavera. Capas y Caretas B u e n o s A i res, 1830. sucesos históricos; cuando a través de la marcha ininterrumpida de la. Humanidad por el camino de los tiempos, llega a ser imprescindible el uso y práctica de la numeración y el empleo y aprovechamiento de las cantidades que expresan y especifican los guarismos, es forzoso, es Ineludible, es fatal la exigencia de sumar el concepto matemático que significamos jcon el duplo de la unidad, con la abstracción aritmética que representamos con igual cantidad, homogénea, y en este supuesto nadie podrá contradecirnos si afirmamos, resueltamente, que una más una son dos, y que dos y dos son invariable y eternamente cuatro. Pero, lah, señores! Etc. etc. Adaptado de Mucha Varsovia, 1934. ORDEN- ¡L a gente es. idiota! ¿No comprenden que hablando todo el mundo al mismo tiempo, no hay forma de entenderse? ¿Poiqué no hablar uno después de otro? -Porque no se acabaría nunca. L u París, 193? La Revolución francés de 1848 llevó al ciudadano Marc Caussidíére a regir la Prefectura de Policía. A Caussidiére no le inspiraba ninguna confianza la Policía aquélla, cosa lógica si se- tiene en íuenta que Caussidiére jamás había inspirado confianza a la Policía, antes al contrario... TJna de las primeras medidas del nuevo e í r fué la de suprimir el Cuerpo existente para el mantenimiento del orden (los Sergents de ville y sustituirlos por otro, que denominó los Montagnards (los Montañeses; cuyos componentes fueron reclutados entre ios antiguos conspiradores, ex presos políticos, exaltados revolucionarios, etcétera, etc. E l susto que se llevaron en F r a n cia fué considerable; Caussidiére explicó m la Cámara, pttóihasta allí repercutió el estupor y la inquietud, que pretendía mantener el orden con el desorden Ante ma- ¡Est orador iietu un I p urtí o do nrt 1 PÍ N nv tiro:

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