ABC SEVILLA 19-07-1953 página 41
- EdiciónABC, SEVILLA
- Página41
- Fecha de publicación19/07/1953
- ID0002718846
ONTINUAN profunda: no hallé en los camni un árbol, ni un pos de expehierbajo. ni rastro rimentación acosde ganado, ni pietumbrados las exdrecilla en él suep e r i e n c ias con lo mis cazadores, N. de la R. -No podemos menos de llamar la atención de nuestros lectores acerca bombas atómicas o campesinos en sus del interés del adjunto artículo del teniente general don Luis B ermúdez de Castro. hidrogenas, y los p u e b l o s estaban En él se describe, por ves primera en letra impresa, el descubrimiento de un exploe n s a y os ratifican aterrados: la Guarsivo varios millones de veces más fuerte que el más poderoso de aquellos tiempos que sus efectos son dia Civil me infordescubierto por un militar español, y cuya única experimentación, ds la que fué tesverdaderamente detigo el autor de este artículo, mantuvo de tal forma inhábil para la vida la sona en mó que la exploque fueron probados los efectos de tan mortífero descubrimiento, que sólo después finitivos y espantosión de la granada ds treinta días fué posible penetrar en la zona afectada. De los rebaños de cabras, s o s las noticias, había sido como un ovejas, mulos matalones y muías inútiles que habían sido llevados para estudiar sonaturalmente, como terremoto, y q u e bre ellos los efectos de la explosión, no fueron hallados ni sangre, ni pelos, ni huesos. todas las relativas a de los rebaños no secretos de guerra, habían hallado ni no abundan en desangre, ni pelos, ni talles ni dan espacio para comentario ciensu enfermedad durante sus maquinaciohuesos. Llegamos a la Corte; mi compatífico o profano; parece que España está nes intelectuales y su angustia espiritual, ñero, cabizbajo y triste; yo, esperando que ausente en el interés que despierta en pero sin perder su buen humor andatu se quedara muerto en mis brazos, porque el mundo entero esta diabólica inven císímo y su gracejo, que hasta de la mis a ratos se ahogaba; lo dejé en el lecho, c i ó n sabemos, pues, los españoles lo ma muerte se burlaba. y al despedirme, díjome: poco que saben los demás pueblos aceiE n lo más solitario dé aquellas sole- -Tengo vida para muy poco tiempo ta de las citadas bombas; lo que no sa- dades instalamos un campamentillo, en y no quiero morirme con el remordí bemos los españoles es que España fué una de cuyas tiendas se abrigaban un miento de haber dejado a los hombres el primer país que, con sigilo absoluto, cañón Krup, entonces reglamentario, y un arma con la que pueden aniquilarse fabricó el primero de esos proyectiles un proyectil seme ante a una granada ellos mismos y destruir a la Naturaleza, infernales. rompedora. que también es obra de Dios. Esta mis Me llevé, para nuestro servicio, unos Su autor fué un comandante de Inma noche voy a quemar todos los papepocos; cazadores de mi batallón de las les, cálculos, dibujos, planos, y no quefantería, llamado Antonio Meulener y Verdeguer, natural d a r á rastro del de Algeciras, que. a Tóspiro y poco salir de la Academi; después de su au de Toledo el prime tor. ro de su promoción A la mañana sidesde el ingreso, de guiente, el minisdicó su talento extro se presentó en traordinario a estula alcoba, y al endiar química, balíste r arse de la ya tica, metalurgia, inr e a lizada disposiventando, allá por ción del enfermo, los a ñ o s 1910 ó empezó a darse pu 1912, un proyectil, ñetazos en las ro del cual no supe dillas y se levantó más que poseía un luego exclamando: dispositivo interior- ¡De ma ñ e r a que le proporcionaque adiós nuestra ba u n a velocidad s u n remada interuniformemente acenacional, adiós el 1 e r a d a, mediante recobro de Gibral explosiones sucesitar, ilusiones pervas de la materia en didas, tiempo persus entrañas encedido, todo ha sido r r a da. M e enteré un sueño! también de que era E l inventor, reDesolador aspecto de la ciudad de Nagasaki después de la explosión; uno de los horrovarios millones de res que, sin duda, quiso evitar el comandante español D. Antonio Meulener, al destruir, c l i n ado sobre un veces m á s fuerte dias antes de su muerte, los planos del T ó s p i r o dispositivo de su invención, precursor montón de almohaque el más poderode las bombas de uranio e hidrógeno. (Foto Cifra. das, le escuchaba so e x p í o sivo de sonriente, y yo, de Navas, y observando el terreno, avisté aquellos tiempos; no quiso el inventor dela misma opinión del ministro, comprena varias distancias, esparcidos, dos re cirme nunca los demás fundamentos de sudía el disgusto de éste y me extrañaba invención, n i se los dijo a nadie más que baños de cabras y de ovejas, de burros que no se afectase el enfermo. matalones y muías inútiles. al ministro de la Guerra, entonces te- ¡Pero Antonio! ¿P o r qué has hecho- -Son- -díjome mi camarada- -para es niente general Agustín Luque, hombre tudiar el efecto que en la atmósfera haga eso? -le dije. inteligentísimo, buen orador, buen escri la explosión, pues me temo que el aire se- -Porque- -me dijo- -las cosas de este tor. buen soldado, muy liberal en todo haga irrespirable por mucho tiempo. mundo se ven de una manera distinta y un sí es no es tocado de romanticismo. A los tres días de llegar, hízose el pri cuando tiene uno ya en el bolsillo el bi M i entrañable amigo Meulener encon mero y único disparo. L a Guardia Civil Hete para el viaje al otro. fió en el ministro todo cuanto podía sa nabía expulsado, con mucha anticipa tisfacer ta preparación del misterioso arE l ministro pareció tranquilizarse, se ción, todo ser viviente de dentro de 1 s 6 tefacto, cuyas piezas se fabricaron cada montes de Toledo y seguía vigilando los sentó, desarrugóse el entrecejo de su una en Alemania, en Italia, en Francia rostro y luego de un silencio no turbaaccesos habituales de aquel terreno, do v en Inglaterra, puzle que el autor ajus tado de una vegetación salvaje. do más. que ñor la silbante respiración tó por su propia mano, precediendo a Intentamos reconocer el campo de tiro, del enfermo, cogió el general con sus la delicada labor profundos estudios pero no pudimos adelantar más que un dos manos la que del enfermo estaba frecuentes viajes y agotador trabajo. más cerca de él y sonriendo dulcemenUna tarde, sentados a la puerta del kilómetro, y eso con extraordinaria fatiga, porque, en efecto, el aire era irres edificio donde estaba él Casino de la te, apareció en el veterano e ilustre sol Gran Peña, di jome m i amigo: Y a sa pirable. A los treinta días penetramos dado el hidalgo español porque con bes que estoy enfermo incurable; la tu quince kilómetros, sin sentir más que pe la voz un poco emocionada repuso: berculosís me mata más de prisa de lo quenas molestias en la garganta y lacrí meo en los ojos. Meulener tenía alta fie- -Bueno, Antoñito, no te enfades poi que esperábamos ¡os médicos y yo; tenlo que me has oído, pues si tan tremen go fiebre constante, m á s o menos alta, bre todas las noches y su aspecto me alarmó de tal manera, que le convencí a dos fueron los efectos de tu proyectil, e y prisa por ensayar el T ó s p i r o cuanrenunciar a más reconocimientos y re posible que y o en tu caso... no... no to antes: lo he puesto ese nombre como gresar a casa. Antes de emprender el imposible, sino seguro, habría hecho k el más adecuado a. su constitución, regreso reconocí yo solo el campo in, ¿quieres acompañarme a los montes de mediatamente después de una lluvia, que mismo que tú. Toledo? debió lavar el ambiente; la impresión fué M i pobre compañero había contraído General B E R M U D E 2 D E C A S T R O UN RASGO ESPAÑOL