ABC SEVILLA 21-10-1950 página 7
- EdiciónABC, SEVILLA
- Página7
- Fecha de publicación21/10/1950
- ID0002704967
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DIARIO ILUSTRA. DIARIO ILUSTRA- a 3 S D O D E INFORMACIÓN 70 GENERAL. CÉNTIMOS PUADO D E S A N SEBASTIAN. PTAS. SUSCRIPCIONES I MENSUAL: 14. ID. PROVINCIA, E L T R I M E S T R E PTAS. DO D E INFORMACION 70 4 2 ID. ID. S E M E S T R E GENERALCÉNTIMOS 84. ID. ID. A S O 1 6 8 AliMtMSTRAClON: SUSCRIPCIÓN A N U N C I O S V E I i V Z Q U E Z 12. S E V U J I J A A P A R T A D O 49. SU E X C E L E N C I A E L 1 E F E D E LE S T A D O PROSIGUIÓ A Y E R S U T R I U N F A L V I A J E POR E L S A H A R A ESPAÑOL, S I E N D O ENTUSIÁST I C A M E N T E A C L A M A D O POR LOS NATIVOS Vuestros hermanes de España ao vienen a alterar vuestra paz, vuestra libertad y vuestro señorío, sino a traeros los p r o g r e s o s de l a civilización dijo e l Caudillo NO S O L O LOS M U S U L M A N E S ESPAÑOLES E S T A M O S 1 NC 0 NDIC 10 NALMENTE C O N V. E. SINO T O D O E L M U N D O MUSULMÁN L E C O N T E S T O U N R E P R E S E N T A N T E INDÍGENA E l Generalísimo partió de S i d i Ifni, dirigiéndose por V i l l a Bens a E l A i u n donde se le tributó un c o r diaiísime recibimiento. Desfiles militares y danzas típicas r u b r i c a r o n la jornada sierto hubiera sido siempre ignorado e impe- trabajos. De pronto, de uno de los altavoces F r a n c o en el S a h a r a netrable. Gracias a su prestigio, se mantie- salió corno un crujido la voz de un locutor El Aiun 20. Con el viaje de hoy, hemos nen sometidas las tribus, que han sido domique probaba; Uno, dos, tres, etc. Los macambiado de geografía y de historia. Hemos nadas- sin vigilancia y sin guerra. yores retrocedieron asustados; los niñitos, pasado de la antecámara del desierto- -Sidi Con estas fuerzas del desierto nos hemos emprendieron la fuga, por el vozarrón diaIfni- -al Sahara absoluto. Una. corta estanencontrado tambijn en El Aiun, a tim kiló- bólico, retumbante como un trueno, que rocia en Cabo Juby, hoy Villa Bms, engalametros de Cabo Juby. Él Aiun es un po- daba por el abrasado espacio de El A uv- nada y extremada de júbilo porgue, el Caudillo blado de tres mil habitantes surgido en ple- J O A Q U Í N A R R A R A S pasara en vuelo sobre ella, nos ha proporcio- no arenal, de casas enanas, de blanco y senado el primer contacto cotí el desierto y pia, con sus cúpulas de deslumbrante blancucon los hombres a quienes España tiene con- ra, par a proteger a las viviendas del calor. Derihs azules y blancos ante Ja llefiada la vigilancia y defensa de esta sona lar- Vistas desde lejos parecen un fantástico gada, del Caudillo a Aiun ga de dos mil kilómetros, con una anchura campamento de moravitas recién encaladas. Cabo Juby 20. (Crónica de nuestro e n de trescientos. hombre El año 1938 ¡legó aquí un audaz africanis- viado especial, Sana Gajigas. E l ayer, en propane y Dios dispone, nosotros, El año 1916, el comandaivte Bens, con una ta, Antonio, del Oro, colaborador de. Capas, Sidi Ifni, y con aquel ambiente tan mágico fuerza no superior a cincuenta hambres, desy estableció un fuerte. Buscando su protecembarcaba en Cabo Juby. A éste habían pre- ción se acercaban 9 él las tribus nómadas y y absorbente de las cabilas, reunidas en golosa y exaltada romería, nos propusimos i n cedido largas negofiacioncs con los jefes re algunas abandonaran el vagabundeo para ha- sistir en nuestro relato, apenas comenzado ligiosos de las tribus, del territorio, qw- an- cerse sedentarias. El año 1940, el teniente en nuestra breve crónica anterior. L a ocasiaban vivamente la llegada de los españo- coronel Galo Bullón ocupaba Amara, ciudad sión y el temfi vaiían la pena, si es que se les. Es Cabo Juby un centro de. extraordfc fundada por el llamado Sultán Azul, e irra- ptiede llamar pena a este menester de connaria importancia para el cmnercio de las tri- diaba su influencia decisiva sobre una am- tarles a ustedes lo que de pintoresco, inusitado y vital encontramos en esta vertiginobus del oeste del Sahara y de máxima uti- plia extensión sahariana. Aquello acrecentó sa peregrinación, Pero estamos e ¡n el desierlidad para asegurar fas rutas aéreas con Sud- nuestro prestigio. to y aquí mandan dos azares: e l azar d l cmiérica, que por entonces se proyectaban con agua y eí azar de las distancias, que aquí El Aiun, que en árabe significa Las se miden poi semanas de marcha, y este úlvuelos de A sabiendas de esta importancia, los Go- Fuentes acaba de recibir a Franco como timo fué el que nos arrancó, sin coltitemplaciones, de Sidi Ifni y nos llevó en volandas, biernos de España, afligidos por otras OCM- mi enviado del ciclo. En estos últimos días, a caballo de u n trimotor Saboya, hacia Cabo la lluvia, tan difícil por estas latitudes, ha paciones del régimen interior, no prestaron beneficiado los raros espacios donde se dan Juby, que es desde donde escribimos. Per hemos llegado con bue n pie. Cierto que perla debida atención al nuevo territorio que enlos pastos. La credulidad de las gentes ha dimos el espectáculo grandioso de las tribus sanchaba nuestra infhíencia en África. El relacionado la visita del Jefe del Estado escomandante Bens consumió muchos años sin pañol con este imponderable regalo del agua, saludando al Caudillo en Sidi Ifni y que nos causó disgusto y desilusión abandonar aquel encontrar aliento ni estímulo para sus ilu- y los saharaJiuis, atribuyendo a nuestro Cau- ajetreo solemne de bullicio, lleno d abigasiones. dillo un poder milagroso, exclamaban; Fran- rrado pintorequismo de los bereberes guarnecidos. Allí quedó, a medio atisbar, el por El cuadro que hemos presenciado esta ma- co tiene baracoa (bendición) qué de ese baile llamado gonga de origen ñana nos dio a entender de cuan diversa maEl Generalísimo ha presenciado, con una sudanés, que bereberes de color, descendiennera se comprenden hoy los problemas afri- emoción y una curiosidad visibles en su ros- tes de esclavos negros, bailaban sin d e a n canos. En Cabo Juby hemos conocido a esos tro, el desfile de askaris v rneharistas, ne- so, hora tras hora, en honor del Caudillo. hombres, misteriosos como, el propio desier- gros en su mayoría, con ojos brillantes de Hubiéramos querido averiguar por qué esS to, que son los rneharistas Todo es impre- jaguar. Algunos de los mehdristas habían lle- danza sensual y oontorsioniada sel a l m e j a é se denominít sionante en elios, desde sus uniformes- -blan- gado de. las profundidades del desierto, tras tanto a la konga y i de idéntica manera. cos t astiles- -hasta sus rostros, con severi- penosas marchas de días y semanas, para haIiOs bereberes arrastran un poco l a ge dad adquirida en largas jornadas, enfrenta- cer presente a Franco la. lealtad de las fue A primera y así l a palabra gonga suena igual dos con el espacio infinito y el infinito si- xas que sirven y exaltan el nombre de Es- que feongá también baile negro que nos lencio. v paña en el Sahara. Él Aiun retumba de Uega de retruque desde l a América ecuatorial. El gobernador militar de Cabo Juby, co- estampidos. El aire ardiente se ha llenado de Jío hace falta ser un lince para encontrar manáante Alonso Ayustante, es un hombre acordes, el cielo es añil, el sol cegador, y a l a konga la partida de nacimiento; pero recio, de rostro ocre, embrujado por la im- luego, un cortejo de, novedades en este país nos alejamos lamentablemente del tema. e n Queríamos explicar a ustedes por qué placable seducción del desierto. Su perma- extraño y fastástico de los hombres azules. tramos con buen pie en Cabo Juby. te necenencia de dieciséis años en estas latitudes Porque el azul es color predominante en los sidad de cubrir rápidamente una larga etapa, proclama su fervor sahariana. Como buen vestidos v en los tatuajes. Novedades, deci- de encontrar medios de transmisión para meharista es enérgico, resistente, intrépi- mos, que sobresaltan y asombran. Por ejem- nuestras. crónicas y de coincidir en el desierto do, cualidad que convierte a soldados de su plo, la de los altavoces. Esta mañana, los con el itinerario de S. E el Jefe del Estado, nos obligó a salir do Sidi Ifni antes de laj vocación en señores de la inmensidad de are- ingenieros de la radio montaron en la tri- hora calculada. Otros periodistas quedaron na. Sin el esfuerzo consianle de los- meha- buna los servicios de retransmisión. Un en- allí, muy contentos con sa suerte mientras listas sin, su espíritu de sacrificio, el ¡efe- jambré de niños y mayores cpntetnplaba los nosotros volábamos, un tanto musties, bacbg o rq u 1