ABC SEVILLA 14-10-1938 página 3
- EdiciónABC, SEVILLA
- Página3
- Fecha de publicación14/10/1938
- ID0002645631
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g FVILLA O CTUBRE 15 Cf 14 D E 1938 DIARIO DO. SIMO ILUSTRAC U A RTO. 1 1.036 A Ñ O TRIGÉ- NUMERO SUELTO N- TIMOS NUMERO F U N D A D O E L i. D E JUNIO D E 1905 POR D. T O R C U A T O L U C A D E T E N A LA NUBE OUE SE B I L B A O LA FIESTA AIENA 1 A DE L A COSECHA Ka el teatro Trneba se celebró la Fiesta Nacional Alemana de la Cosecha. E l cónsul de Alemania, señor Burbach, pronunciando su discurso. (Foto Cecilio. ALE A Uno dice: -L a guerra es terrible. Se estremece el alma pensando en todos sus horrores. C i u dades arrasadas, la riqueza de un país destruida, millares o millones de muertos, de i n vaimos... Y añora, con los espantosos recursos bélicos ideados porros hombres, no h ay retaguardia segura. U n a bomba puede caer de cualquier- lugar del cielo. Después, los gases asfixiantes, los proyectiles que pueden sembrar pestes... U n horror. Pero, a yeces, la guerra es inevitable; aun con todo su espanto es un mal menor. A s í la que se sostiene en España. H a b í a que defenderse contra unos monstruos, había que luchar hasta perder la última gota de sangre porque no quedaba otra opción. S i no era el deshonor, la miseria, la cárcel, el martirio y, al fin, la muerte. Tuvimos que ponernos en pie contra una muchedumbre de asesinos, de sinvergüenzas y de locos de la peor locura. Nadie pudo comprender y justificar mejor la necesidad de una guerra que los que presenciamos en cualquier lugar de la zona roja aquel cúmulo de atrocidades, aquellos alardes de ferocidad que clamaban por un castigo rUo. por un dique, por una corrercirr n la cual se mar- charia a Ja mas! as desesperado- nes. Hemos visto que ¡a guerra es a veces S indispensable, conveniente, por dura que sea, Cortarse una pierna es una locura, pero si comenzó a gangrenarse será una medida de buen sentido. Uno a ñ a d e -L a guerra española se explica por el enunciado de sus motivos. Pero, ¿por qué estuvo Europa con las manos crispadas sobre los fusiles, esperando una orden para destrozarse, para aniquilarse, para, perder en- medio de la desatada furia de los elementos modernos su riqueza, su prosperidad, quizá su misma civilización? ¿Por qué se afrontaron tan espantosas eventualidades? Y se hace un repaso de las causas. Se ha insistido tanto sobre ellas, han sido explicadas tantas veces en los discursos de los grandes gobernantes europeos que pueden ser enjuiciadas c o n p e n e c t a claridad. Alemania ha reclamado la región que ocupan los sudetas. Las grandes potencias. reconocen que tiene razón. Se acuerda que se anexione aquellas comarcas donde los alemanes viven en proporción mayor al 50 por 100. Y Praga asiente. Hasta aquí todo parece natural. Pero, de pronto, Praga rectifica sus propósitos. Y comienza a asesinar sudetas. Entonces Alemania anuncia que si en un plazo dado no se le da lo que se reconoció como suvo. la- tomará a la fuerza. Seria lógico, que esas grandes potencias que han terciado con tan buena intención en el conflicto se dirigiesen a los checos para advertir. -Is o, eso no se puede hacer. O ustedes devuelven lo que no es SU 3 0 y dejan de asesinar a la siente, o se mer -i- i án qne A -manía les haga volver la razón a cañoiuizos. P n p s n o Lns grandes diplomáticos aecsT