ABC MADRID 26-05-2020 página 14
- EdiciónABC, MADRID
- Página14
- Fecha de publicación26/05/2020
- ID1424979823
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Carta al presidente del Gobierno Asuma usted la dantesca situación de su Gobierno, tras una gestión catastrófica de la crisis sanitaria de España por el coronavirus. No haga como que no va con usted: va a legar una crisis económica gravísima a los ciudadanos españoles y a las generaciones futuras, por su manifiesta incompetencia también en asuntos económicos, por no escuchar a quien sabe de ese tema en su Consejo de Ministros y por haber metido en él (violando sus propias promesas preelectorales) a Pablo Iglesias y a su corte de los milagros bolivariana. Para colmo, el acuerdo recientemente suscrito en materia laboral (y con especiales previsiones para País Vasco y Navarra) con sus socios de extrema izquierda (Podemos) y el brazo civil de la nunca extinguida ETA (Bildu), es incalificable desde cualquier perspectiva. Señor Sánchez, lo suyo va más allá del oportunismo político, la falta de seriedad personal y la incompetencia profesional. A veces pienso, observándole, que debe sufrir usted algún tipo de enajenación mental, lo que explicaría en parte su actuación y la catástrofe absoluta en que está sumiendo al país. Quiero pensar que ese es el caso porque, si no, si su actuación responde a un plan consciente y preestablecido, entonces su paso por La Moncloa le sitúa a usted directamente en la órbita del Derecho Penal. Señor Sánchez, no puede usted seguir ni un día más como presidente del Gobierno y aún menos manteniendo en su seno a Pablo Iglesias, un grotesco vicepresidente que ha roto repetidamente la cuarentena sanitaria que debió seguir en su momento y que continúa apareciendo en los medios de comunicación con arengas y soflamas políticas inconcebibles en momentos tan graves como los actuales. Dimita ya mismo, señor presidente. No es un ruego, es una exigencia de un ciudadano español, el que suscribe, que tiene la convicción de estar expresando el sentir de millones de compatriotas. Cecilio Madero Villarejo bruselas Señor Torra, no todo vale En 2017 les dijeron a sus votantes que los colegios de educación diferenciada estaban protegidos por la ley de Educación de 2009 y que sólo la cambiarían con el mismo consenso social que tuvo entonces. Sin embargo, incumpliendo su palabra, el viernes publicaron la resolución de renovación de conciertos denegándoselo a los once que hay en Cataluña bajo un pretexto totalmente falso. Que ha supeditado todos sus principios a la independencia, lo sabíamos, pero le ruego que su consejero Bargalló no se esconda tras subterfugios insultantes. No es por la ausencia de coeducación, modelo por cierto avalado por una convención de la Unesco y el TC, es porque están vinculados al Opus Dei. Pero su sectarismo y su atentado al derecho a la libertad educativa no quedarán sin respuesta; lucharemos en los tribunales. También debería ser un toque de atención a sus votantes; "les dieron a elegir entre independencia y libertades, eligieron independencia y no tendrán ninguna de las dos". inés casado montes Barcelona Lugar equivocado para la protesta Llama muchísimo la atención que la organización de las protestas de mis compañeros profesionales sanitarios se centre solo y exclusivamente en Madrid: por ejemplo, Marea Blanca protesta frente a los hospitales cuando una parte importantísima del problema ha sido que el material de protección para los sanitarios, defectuoso o inexistente, estaba centralizado y coordinado por el Ministerio de Sanidad... ¿O es que ya se nos ha olvidado? Donde habría que hacer la concentración es en frente del Ministerio de Sanidad, porque lo más grave es el porcentaje de entre el 27 y el 40 por ciento de sanitarios que se han contagiado. Dolores González caballero madrid CARTAS AL DIRECTOR pool Pedro Sánchez Algún día volveré a Ollargan y los cocodrilos estarán allí Cuando tenía cinco años, mi madre se quedó embarazada y me enviaron unos meses con mis abuelos paternos a Bilbao. Era 1960. Vivían en un chalé de dos pisos con un amplio huerto en Ollargan, donde Renfe tenía un depósito y unas instalaciones para reparar las máquinas de vapor. La casa estaba a unos pocos metros de las vías y mi abuelo trabajaba en un despacho, situado a la entrada, con un teléfono que sonaba continuamente. Solía acompañarle todos los días a recoger los huevos de las gallinas. Había una habitación vacía en la que pasaba las horas jugando con un balón de plástico. Y teníamos un jardín con un columpio. Conservo una foto en la que estoy con una espada de madera y un escudo. Desde mi ventana, podía ver una montaña que estaba llena de chabolas. Gozaba de libertad de movimientos, pero me habían prohibido acercarme al lugar. Una noche contemple atónito cómo ardían las chozas construidas en la ladera. El fuego brillaba en la oscuridad. Mi abuelo me dijo que la Guardia Civil había desalojado a los gitanos y delincuentes que se habían refugiado allí. Nada más llegar, mis abuelos me advirtieron de que tuviera mucho cuidado con la charca que había cerca de la casa porque había cocodrilos. Con una mezcla de miedo y curiosidad, iba todos los días a explorar por la espesa maleza que rodeaba aquella pequeña laguna. Estaba obsesionado con descubrir a aquellos reptiles. Alguien me contó que enterraban sus huevos en la arena y yo llevaba una pala y un rastrillo para escarbar en la tierra. Nunca dije ni una sola palabra sobre mis excursiones a la charca porque sabía que mis abuelos no lo aprobaban. Pero un domingo por la tarde me llevaron al cine Capitol en el centro de Bilbao para ver una película de Tarzán. El gran Johnny Weissmüller, que interpretaba al personaje, libraba una lucha mortal con un enorme cocodrilo. Ello acrecentó mi deseo de ver a esos animales, aunque extremaba el cuidado para no acercarme demasiado al agua. Una noche cogí una linterna que tenía mi abuelo en su despacho. Pero me di la vuelta antes de llegar a la charca. A finales de agosto, volví en tren con mi abuelo a Miranda de Ebro. Me dijo que había tenido un hermano. Durante el trayecto, no podía quitarme de la cabeza mi fracaso en hallar a los cocodrilos y pensaba que jamás iba a tener una oportunidad semejante. Pero lo intenté casi 50 años después. Estando en Bilbao por un motivo profesional, cogí un taxi que me dejo en Ollargan junto a un bloque de viviendas. Me habían dicho que ETA había asesinado allí en el año 2009 a un inspector llamado Puelles. No reconocí el lugar, no pude encontrar el chalé de mis abuelos, no existía el depósito de las máquinas, ni la larga curva de la vía, ni tampoco se veía la montaña. Y, por supuesto, no había ninguna laguna ni rastro de los saurios. Algún día volveré a Ollargan. Estoy seguro de que los cocodrilos estarán allí, esperándome con sus fauces abiertas en la charca. Pedro garcía cuartango LA CHARCA DE LOS COCODRILOS Tiempo recobrado Que adviene, que adviene... A los cuatro vientos Levantar la cuarentena con la que el Gobierno amenazó al sector turístico no parece suficiente para reactivarlo. Oficializada ayer por Exteriores, la rectificación llega tarde a Europa, pero aún más a unos empresarios cogidos entre la espada de la improvisación y la pared de la caducidad de los ERTE. La causa de fuerza mayor no va a desaparecer de un día para otro, según se reabran las fronteras en julio, sino que se va prolongar durante meses, hasta que vuelva buena parte de los ochenta millones de visitantes que nutrían el negocio. Para evitar una sangría en el empleo, después de abrir el local hay que llenarlo. Los ERTE, hasta 2021 Abrir fronteras y llenar los hoteles Hay gente para todo, incluso para cuestionar los beneficios de la vacuna contra el Covid-19 que laboratorios de todo el mundo, en una carrera científica sin precedentes, desarrollan para proteger a un mundo estremecido por la muerte y empobrecido por la parálisis económica. Los antivacunas comienzan a agitar sus dogmas a través de las redes sociales, donde encuentran a un público predispuesto a seguir sus conspiraciones y sus relatos involutivos. A cualquier vacuna hay que exigirle garantías y certificados, algo de lo que carecen quienes se ya han inmunizado contra la sensatez. Movimiento antivacunas Inmunes al sentido común "Secuestro y confinamiento, el primero como método y el segundo como consecuencia, tienen algo parecido en sus aproximaciones: la incertidumbre sobre el futuro y el miedo resultante"