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ABC MADRID 29-12-1994 página 3
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ABC MADRID 29-12-1994 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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EDITADO POR PRENSA ESPAÑOLA SOCIEDAD ANÓNIMA 29 DICIEMBRE 1994 FUNDADO EN 1905 POR DON TORCUATO LUCA DE TENA L enfrentarse con el año 1995, propongo a los españoles que se pregunten en qué personas e instituciones tienen confianza. Si esa indagación es sincera y veraz, temo que el resultado tenga extrema brevedad. La confianza tiene que responder a las pretensiones de las personas, y al mismo tiempo a sus funciones y deberes. En el caso del escritor concierne a su calidad, su imaginación, su capacidad creadora. Si se trata de alguien que expresa doctrinas, a su conocimiento, su responsabilidad intelectual, su fidelidad a lo que es verdadero, sin ocultaciones, tergiversaciones ni omisiones. Háganse las cuentas y anótese mentalmente el resultado. En cuanto a los espectáculos, por ejemplo el cine, mídase el grado de placer que proporcionan, y la posible proporción de malestar que provoquen, la sospecha de que encierren un factor de envilecimiento. Respecto al espectáculo máximo de nuestro tiempo, que es la televisión, hágase el aforo de lo que se puede ver con la conciencia tranquila- estética y moral- Otro experimento interesante es la lectura de varios periódicos y la reflexión sobre la imagen de la realidad que presentan. Es particularmente reveladora la diferencia que resulta del orden de la lectura: la de uno de ellos deposita en la mente un balance que será modificado por la de los demás, pero que está condicionado por el punto de partida. Convendría preguntarse con cierta energía cuál de esas imágenes se acerca más a la realidad- si hay alguna- un buen criterio es la resistencia al paso del tiempo- no se preocupe el lector: basta con una semana- Si se pasa la mirada por las instituciones de todo género, políticas, jurídicas, económicas, culturales, salvo la más alta, que por fortuna resiste a todo análisis, conviene extremar el rigor y la prudencia. Precisamente paira no generalizar injustamente la probable impresión de desconfianza, que puede llegar a la repugnancia, y que es inevitable. Se dirá que la confianza se reduce a excepciones Esto tiene una gravedad de la que pocos se dan cuenta, pero eso mismo hace que esas excepciones sean preciosas. Sobre todo, porque en ellas cabe apoyarse para restablecer, reconquistar la confianza sin la cual un país no puede vivir decorosamente. Son el equivalente de los puntos en que un alpinista puede hacer pie o afirmar un garfio que le permita sobrevivir. Estoy invitando a mis compatriotas a hacer las pobres cuentas de mis ricos males como dice Cervantes. Pero no es para desalentarlos, sino al revés: para que sepan dónde están, qué les ha pasado y que les puede pasar. Hace mucho tiempo aprendí que no se debe nunca decir: esto no puede ABC estar peor porque siempre puede estar mucho peor. Si se piensa en esto y se ejercita la imaginación- la memoria es suficiente- a la vez que se adquiere conciencia de lo que falta, se hace el inventario de lo que se tiene; principalmente en lo que constituye el tesoro máximo de los humanos: las posibilidades. Ni está el mañana- ni el ayer- escrito dijo con sabiduría Antonio Machado. La creencia en esto me hace deplorar que en la liturgia de la misa se hayan suprimido cuatro palabras que me parecen admirables: Líbranos, Señor, de todos los males, pasados, presentes y futuros La omisión de las palabras finales me parece un error; tal vez se ha pensado que al decir todos los males está dicho todo; pero me parecía extraordinariamente consolador pensar que Dios, que no puede hacer que lo pasado no haya pasado, puede hacer que esos males dejen de ser males. El presente reobra sobre el pretérito y lo modifica, incluso puede salvarlo. Después de hacer el balance de lo que merece confianza, es oportuno seguir la reflexión de fin de año y compararlo con el que se hubiera podido hacer el decenio anterior; y si acusa graves pérdidas, preguntarse por las causas de ellas. Es probable que surjan inmediatamente nombres propios- de personas y de instituciones- que aparezcan como evidentes responsables. Pero conviene proseguir el análisis y preguntarse, cada uno de nosotros, la porción de responsabilidad que nos toca. Muchos dirán sin duda que no han podido hacer nada, que han sido modestas personas particulares, con escasos recursos, con muy pocos medios de influir en la marcha de las cosas. Es cierto, pero hay que preguntar- DOMICILIO SOCIAL J. I. LUCA DE TENA, 7 2 8027- MADRID DL: M- 13- 58. PAGS. 128 A EL ESFUERZO YEL ÁNIMO se si acaso no se ha hecho nada de particular, pero se ha dejado hacer se ha apoyado lo que otros hacían, se ha callado cuando se podía hablar, se ha ido dejando pasivamente que la confianza se evapore, tal vez se ha contribuido con una papeleta electoral al desmantelamíento de las esperanzas. Me pregunto si esto se va a seguir haciendo en el año que va a empezar y en los sucesivos. Porque no se trata de un momento, sino de la continuidad de la vida- y de la historia, cuando hablamos de una nación- Temo que una mayoría siga contemplando, tal vez con consternación, cómo se van perdiendo posibilidades, cómo somos cada día más pobres en ellas y en esperanzas, lo cual acarrea la pobreza en aquello para lo que se conserva la sensibilidad: los recursos económicos. Sin advertir casi nadie de que éstos dependen esencialmente de ese caudal impalpable y casi invisible que son las posibilidades, las ilusiones de un pueblo. Se puede creer que las personas y las cosas merecen o no confianza, simplemente por ellas mismas. Esto es un error; la confianza se da, se deposita en personas, cosas e instituciones. Es el resultado de una acción humana que es confiar Y eso está en nuestras manos: debemos confiar en lo que lo merece y es digno de ello; debemos negar nuestra confianza a lo que la va a defraudar o la ha defraudado ya. Como vemos, lo que en definitiva cuenta es la libertad, quiero decir el ejercicio de ella. Si renunciamos- libremente, por cierto- a ello, estamos perdidos: y además no tenemos derecho a quejarnos. Si nos decidimos, al empezar el año, a poner en juego nuestra libertad, a hacer nuestra vida y no dejar que nos la hagan los demás, si retiramos nuestra confianza a los que no la merecen, si la ponemos en los que son dignos de ella, para que puedan ser eficaces y no se queden solos, volveremos a ser quienes queremos ser, reconstruiremos la empresa que se nos prometió hace diecinueve años y que sigue ofreciendo un horizonte capaz de encender el entusiasmo. Volvamos a Cervantes, siempre maestro ante las ilusiones y las desilusiones. Don Quijote dice: Podrán los encantadores quitarme la ventura, pero el esfuerzo y el ánimo es imposible Ahora no se cree mucho en encantadores, porque no se leen los libros de caballerías; se podría sustituir esa palabra por otra más actual: manipuladores Nos pueden quitar- provisionalmente- la ventura, pero nada más. Lo decisivo, aquello en que pongo mi esperanza, es eso que nadie nos puede quitar: el esfuerzo y el ánimo. Lo que no faltó en los buenos momentos de España. Julián MARÍAS de la Real Academia Española Espasa Calpe

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