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ABC MADRID 20-06-1988 página 95
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ABC MADRID 20-06-1988 página 95

  • EdiciónABC, MADRID
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LUNES 20- 6- 88 LA FIESTA NACIONAL En la Monumental de las Ventas -ABC. póg. 95 José Lilis Seseña y Bote torearon para aficionados Cuadri echó la corrida más vieja y seria de la temporada Por fin hizo una auténtica tarde de toros en los madriles. Sin embargo, la plaza venteña ha adquirido un aire de tristeza infinita qué se contagia por los tendidos. Y no será porque faltara el toro. Celestino Cuadri envió una corrida cinqueña que daba miedo verla. Se trataba del toro de Madrid, pero el toro de Madrid de la época de Guerrita. Impresionaba el cuajo de los espléndidos ejemplares onubenses. La mayoría, de los toros corridos el domingo en Jas Ventas cumplían los seis años en el mes de noviembre. Imaginaba yo al, pobre Luis Molina contemplando el juego de los toros de Celestino en manos muy noveles, pero con muchas agallas, porque costaba un mundo estar delante de aquellas caras tan serias, con la mosca siempre detrás de la oreja, porque los años, dan sentido, y el sentido es Id que más suelen temer los toreros. nolete ni Arruza, rii Luis Miguel ni Parrita, ni Pepe Luis ni Manolo González (toda la vida ha sjdo igual) por jo menos la gente alentaba a Cañitas y a Luis Mata, y más tarde a Jerónimo Piméntel y Antonio del Olivar, y no digamos a Alfonso Merino o a Miguel Orias, dándoles calor y comprensión, porque sabían que no estaban en las ferias y que aquellos, toros no eran precisamente una ganga ni una ventaja para estos hombres. Y es que existía algo que está muy por encima del rigor de la primera plaza del mundo, que es la comprensión. Esa comprensión que vosotros, muchachos, que hacéis palmas de tango, le exigíais al catedrático en vuestros recientes exáme ríes, esa humanidad que usted, caballero que sale con las manos coloras de tanto hacer palmas de Jango y el hombro desencajado, casi con luxación, de negarle a uno de estos No se entiende Decía más arriba que la plaza de Madrid está tomando un cariz clámente antipático. No soy sospechoso a la. hora de juzgar esas plazas que se distinguen por los trompetazos y las peñas. No, no es eso lo que yo echo de menos, sino el vivo deseo, característico de la afición de Madrid, de ir a los toros con ánimo de presenciar una buena corrida de toros. Por lo pronto, el toro estaba presente. Daba miedo verle. Lo menos que se puede esperar es un mínimo de aliento a esas criaturas- me refiero concretamente a Seseña y José Luis Bote- que no dudaron en poner la izquierda o la derecha, según los casos, las veces que hizo falta. No se les iban los pies. Atornillaban las zapatillas en la arena, buscaban el triunfo. Venían por propios méritos. No habían toreado en ningún despacho, sino que sus éxitos isidriles les habían dado opción a esta nueva oportunidad frente a una corrida de una importante divisa, pero pasada de edad. Yo no sé bien (p que se pretende. No estamos hablando ahora de las figuras que mandan y exigen, sino de hombres que ni pueden mandar ni se encuentran en condiciones de exigir. Toreros sin corridas, con poca práctica, mucho corazón y no mal oficio, porque hay que ver lo bien que resolvieron sus respectivas papeletas tanto Seseña como Bote. Más la plaza en tarde calurosa con el toro cinqueño y muy astifino era uñ témpano: Madrid en las corridas duras, que no quería Má- José Luis Seseña toreó con temple y extraordinario aguante Parece mentira cómo no se valoraba la serena tranquilidadde José Luis Bote con el sobrero de Jiménez Pasqua- con dos agujas impresionantes- al que. ya había toreado de capa con apreturas, sacando el percal por debajo de la pala del pitón en apretadas verónicas en los medios, eran esos mismos que levantan los brazos de entusiasmo cuando contemplan un toreo a la verónica de. figura compuesta y la mano de salida en la andanada. La verdad de lo que ocurrió el domingo en las Ventas es que salieron toros con muchísimo respeto, a, los que sacaron partido por encima, incluso, de lo poco que torean estos chicos, sobre la base de una entrega sin cuento y unos conocimientos impropios de quienes apenas si se visten de toreros. Celestino Cuadri echó una señora corrida de toros, quizá la más seria y la más vieja de toda la. temporada madrileña. Se dejaron torear, no sin fatigas, el segundo, tercero y quinto. Blandearon algunos de remos, pero pronto se disponían a defender sus vidas con testas decimonónicas y parte de la buena casta de Santa Coloma que corre por sus venas. Era mucha corrida de toros para unos toreros tan poco toreados. Por eso yo; desde aquí, uno mi aplauso a los 1 que entendieron lo que hicieron Seseña y Bote, que se comportaron como algo más que unas promesas en aquel ambiente frío, desolador, creado a propósito, in- jus- ta- men- te, contra quienes no hacían otra cosa que resolver con la mayor dignidad una dificilísima papeleta. Algunos se merecen los toreros de la huida, del trapazo, de) billete grande y de las huidas hacia los burladeros. Seseña y Bote no fueron estimulados ni recompensados con el respeto y admiración que merecían sus respectivas actuaciones. Lucio Sandín, en cambio, con un mal lote, -anduvo inseguro, sin- sitio, y pésimo con la Vicente ZABALA ¡Qué bien toreó con el capote José Luis Bote al sobrero de Jiménez Pasquau! crios üná miserable vuelta al ruedo, después de meterse entre fes puñales de unos pitones verdaderamente terroríficos, desea para usted en su oficina o en su taller. Perfeccionismo que raya en iá más dolorosa y despiada- da crueldad. E n serio -Ficha de la corrida Plaza Monumental de las Ventas. Cinco toros de Cuadri, muy bien presentados, cinquéños, astifinos. Toreables segundo, tercero y quinto. Con dificultades el primero y cojo el cuarto. El de Jiménez Pasquau se dejó torear, aunque punteaba por el derecho. Lucio Sandín, de azul marino y oro. Dos pinchazos, estocada atravesada y nueve descabellos (aviso y bronca) En el cuarto, dos pinchazos, media y dos descabellos (silencio) José Luis Seseña, azul marino y oro. Estocada saliendo prendido- (ovación y merecida vuelta al ruedo, pese a duras e injustas discrepancias) En él quinto media y cinco descabellos (ovación) José Luis Bote, de tabaco y oro: Pinchazo y estocada caída (ovación) En el sexto, que brindo a Palomo Linares, que ocupaba una barrera, pinchazo y estocada (aviso y ovación dé despedida) ¿Puede pensar alguien que José Luis Seseña venía a quitarle nada a nadie cuando después dé fajarse con el primero de Cuadri, ciñéndose con él en un mandón y apretado toreó en redondo y de matarlo con agallas, sin buscar el bajpnazo, era despreciado por dos docenas escasas de espectadores, que le hicieron volver al callejón y. que, reacciona- ra ia plaza ante já injusticia, obligándole a dar la vuelta al ruedo?

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