Periódico ABC MADRID 05-10-1985, portada

POLÍTICA INSTITUCIONAL MADRID, SÁBADO 5 DE OCTUBRE DE 1985 No hay Monarquía constitucional sin dinastía. El Rey está dando una gran lección de política institucional al proyectar serena y prudentemente a su hijo, el Príncipe de Asturias, en la vida nacional. La inteligente ordenación de los estudios de Don Felipe, tanto militares como civiles, y su creciente presencia en actos públicos, sobre todo culturales, acerca a su pueblo al que un día será también Rey de todos los españoles. Hoy, por decisión de su padre, el Príncipe de Asturias será el gran protagonista en la jornada de entrega en Oviedo de los premios científicos, artísticos y culturales que llevan su nombre. Frente a los que defendían en 1975 la idea de un Rey- caudillo con poderes casi ilimitados, Don Juan Carlos alentó el establecimiento de la única Monarquía posible en una nación desarrollada y en el último tercio del siglo XX: la Monarquía de todos que ampara y arbitra la soberanía popular libremente expresada. Frente a los que agradecidos a la democracia, impulsada primero y luego firmemente defendida por el Monarca, se adhieren a Don Juan Carlos como si a él se redujera la Monarquía, el Rey ha hecho una política institucional inequívoca: el culto a la Historia y a los Reyes, sus antepasados; el respeto a su abuelo, Alfonso Xill, al que enterró en el lugar que le correspondía; la admiración por su padre, Don Juan de Borbón, y su abnegada labor, sin la cual hubiera sido imposible la Monarquía de todos; la idea clarísima de la continuidad dinástica al subrayar que como hijo de Rey su oficio es un deber más que un derecho, y la proyección ahora en la vida nacional del Príncipe de Asturias, garantía de un futuro de concordia para los españoles. (Editorial en páginas interiores)