Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 15-04-1985 página 20
ABC MADRID 15-04-1985 página 20
20/112
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 15-04-1985 página 20

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página20
Más información

Descripción

20 ABC NACIONAL LUNES 15- 4- 85 de que las ironías que ha tenido que soportar han sido realmente mordaces. Por citar un ejemplo, Carrillo fue el adalid de la autocrítica, combatiendo el estrecho autoritarismo del Partido y defendiendo una liberalización del aparato durante el VI Congreso, celebrado en Praga (1955) prácticamente lo mismo que defendieron los renovadores años más tarde... en contra de Carrillo. Las críticas de Jorge Semprún y Fernando Claudín, combatiendo el ilusionismo que imperaba en el aparato del Partido gobernado por Carrillo y que llevaba a éste a apartarse de la realidad de la sociedad española durante la década de los sesenta, fueron acalladas por Carrillo de forma contundente: expulsándoles del Partido acusados de escisionistas (1965) Hoy, el propio Carrillo se ve acusado de escisionista y está a punto de verse expulsado por Gerardo Iglesias. Cambia la tortilla, pero siempre es la misma cocina. Por su parte, Iglesias, que antes atacaba a los renovadores desde la sombra, quiere apoyar ahora en ellos la política de convergencia Y en el futuro, probablemente, se podrán cosechar más ejemplos de esta índole. Desprenderse de los lastres de la Historia cuesta a veces muchos jirones. La cansada andadura del PCE para soltar las amarras de una historia de crisis El Partido se encuentra al borde de la escisión Madrid. L. Palma La historia del Partido Comunista de España (PCE) es una historia tan larga y densa como la del propio Santiago Carrillo, líder indiscutible de los comunistas españoles desde aquel lejano Congreso de Praga, en que tomó en sus manos los resortes del Partido. Ahora, Carrillo se encuentra marginado, a punto de verse obligado a abandonar su propio partido, seguido por un puñado de fieles. Pero el proceso que ha llevado a esta situación limite tiene extensas y profundas raíces en los acontecimientos del pasado. Sin duda, en los últimos tiempos el PCE ha ido masticando sus estructuras, basadas en una forma de poder autocrático, no han aguantado el envite de los aires de apertura y democratización que se han ido imponiendo por los acontecimientos en el seno de los comunistas. Parecemos un circo comentaba, con ocasión de uno de los múltiples rifirrafes vividos en las reuniones del PCE, uno de los delegados con más horas de militancia a sus espaldas. Ciertamente, había amargura Gerardo Iglesias en sus palabras. Los viejos militantes, que siempre han cultivado la obediencia a los órganos del Partido como algo esencial, se encuentran ahora completamente desconcertados. También hay algo de esto en los dirigentes, pero por razones totalmente opuestas: no entienden cómo coordinar los distintos criterios, muchas veces contrapuestos, que han ido formándose en sus bases. No lo entendió en su día Santiago Carrillo, no sólo con ocasión de los renovadores, sino tiempo atrás, en la época de Semprún y Claudín. Y tampoco parece que lo tenga muy claro Gerardo Iglesias, en su enfrentamiento con Carrillo, aunque por ahora se lleva el mérito de haber intentado iniciativas en este sentido. De todas formas, tiene a su favor su corta historia como máximo representante del PCE. Dentro de poco tendremos tres partidos comunistas, donde antes habría uno solo: el PC cié Ignacio Gallego, escindido del actual; el PCE, que gobierna Iglesias el de siempre y ei PCE de Carrillo, que se llevará todo lo que pueda del actual si al final es autoexciuido expulsado o se marcha por su pie, como acabará haciendo. Ploriferación de peces pues, resultado al que se ha llegado, tras la guerra entre el viejo zorro y el minero asturiano, un día delfín de Carrillo. Carrillo, cada vez que puede, dice y vuelve a decir que Iglesias le traicionó Iglesias llevó conmigo la batalla política e ideológica contra los renovadores y ha pasado en la práctica, desde que es secretario general, a las tesis de los renovadores. La espina de Carrillo Los llamados renovadores son la espina de Santiago Carrillo; espina que creyó extirpada con su expulsión del PCE. Pero el tiempo ha demostrado que, precisamente esta medida, fue la que desencadenó la crisis dentro del partido que ha acabado por poner contra las cuerdas al comunismo español. Los renovadores y sus tesis, encaminadas a conseguir un modelo de partido abierto, más democrático y menos burocrático, y, en definitiva, menos autocrático, no triunfaron en el X Congreso del PCE, pero tampoco se puede decir que fueran derrotadas, ya que han sido retomadas por la actual dirección que ha vuelto a tender la mano a ios que en su día abandonaron el partido. Santiago Carrillo no puede entender este agravio de la actual dirección a su persona, que es en el fondo lo que más le duele. A poco que echemos un vistazo a lo que ha sido la andadura del PCE, desde la guerra civil española hasta hoy, nos daremos cuenta Métodos stalinistas ¿Qué es lo que no funciona? Probablemente, sean las formas Es muy difícil desembarazarse de los métodos stalinistas que han regido en la vida interna del Partido durante muchos años. Lo cierto es que las teorías de Carrillo trajeron el eurocomunismo todo un logro, a juzgar por la política que había llevado el PCE en tos años de exilio con respecto a la URSS, en vida de Stalin, pero los métodos usados para implantar la voluntad de la Dirección seguían siendo los mismos. En los últimos años, los acontecimientos de la política en la etapa democrática han dado la puntilla a las aspiraciones de protagonismo de los comunistas. Errores de táctica, sí, pero algo más que eso. Lo que pudo ser una bicefalía encubierta ha acabado en dos partidos comunistas Madrid. L. P. Sin contar el reciente, y casi definitivo, pulso entre Santiago Carrillo y Gerardo Iglesias, una de las batallas más destacadas fue la que proporcionó el XI Congreso del PCE, que se celebró en el último mes de 1983. Carrillo había dejado de ser secretario general hacía casi un año. Iglesias no poseía todavía la firmeza que da el saberse con el control del partido. Así las cosas, asistimos a un duelo con las fuerzas bastantes equilibradas. Los carrillistas con 316 delegados, iban pisando los talones a ¡os mal llamados gerardistas (415) ya que en realidad éstos son más bien anticarrillistas Pudo Carrillo presentar entonces un candidato a secretario general que ilusionase a los delegados comunistas, pues no lo hizo. A! o mejor no había nadie. El caso es que, con poco entusiasmo, quiera Iglesias o no, éste se llevó la mayoría, desbancando a Carrillo y sus seguidores. Una oportunidad perdida. La foto que ambos se dejaron hacer, tras una comparecencia conjunta al final del Congreso, no tenía nada de tranquilizadora. Este Congreso sólo fue una tregua en el enfrentamiento internó que ambos mantenían desde que Iglesias se negó a seguir los dictados de Carrillo. Los acontecimientos posteriores irían confirmado esta hipótesis. Santiago Carrillo creyó, desde el mismo momento en que abandonó el sillón de secretario general, que su sucesor su delfín el hombre que él en el fondo había apoyado para sustituirle en su obligada marcha, se plegaría a su forma de hacer las cosas y garantizaría una continuidad de la política aplicada por él. Se equivocó. Iglesias no tardó nada en demostrar que él no estaba dispuesto a ser un mascarón de proa de nadie. Quería ejercer ei cargo con libertad y aplicar sus propios métodos y su propia política, para la que encontró apoyo en el sector más joven del Comité Central. Así, el minero asturiano que había apoyado a Carrillo en su lucha contra los renovadores, se convirtió en el defensor de éstos y, con eí tiempo, ha abierto las puertas a éstos expulsados del PCE. Lo que pudo ser un bicefalía encubierta se ha convertido en dos partidos mellizos. La traición de iglesias Después de las elecciones de 1982, la derrota sufrida por los comunistas hizo temblar! as estructuras de todo el partido. Carrillo se vio entonces obligado a presentar la dimisión, pero este acto de abandono se convirtió en algo muy distinto apenas bajar del sillón de secretario general. Entonces se desató el enfrentamiento abierto entre él y el que, en un principio, iba a ser su sucesor. ¿Por qué? Las razones que uno y otro han dado no se puede decir que hayan sido satisfactorias.

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.