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ABC MADRID 19-04-1982 página 3
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ABC MADRID 19-04-1982 página 3

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MADRID, 19 DE LUNES ABRIL PESETAS DE 1982- NUM. 23.710 TREINTA FUNDADO EN 1905 POR DON TORCUATO LUGA DE TENA ABC ABC DIRECTOR: Guillermo LUCA DE TENA SUBDIRECTORES: DOMICILIO SOCIAL: SERRANO, 61- MADRID DEPOSITO LEGAL: M- 13- 1958- 24 PAGS. TERRORISMO Y DEMOCRACIA La gravedad de la situación obliga a todos los ciudadanos responsables a replantear, en una reflexión rigurosa, el problema del terrorismo. Hay tres puntos sobre los que este lunes de abril, en medio de incertidumbres políticas, y las dificultades económicas, nos parece necesario reflexionar. El primero se refiere al recurso de las comparaciones: El terrorismo es un fenómeno internacional, un mal de nuestro tiempo que alcanza a todas las naciones Este es un argumento falso y, como tal, peligroso. No puede compararse la irrelevante agitación de los corsos o los bretones de Francia, con el terrorismo independentista de ETA en España. Numéricamente- -y éste es sólo uno de los parámetros- -la relación es de diez a quinientos. El problema corso ha producido algunas incomodidades, contadísimas muertes y un leve sarampión, apenas perceptible, de inestabilidad. El problema de ETA ha producido un baño de sangre, un golpe de Estado frustrado y el magnicidio más espectacular del siglo, entre otras consecuencias graves. No se puede afirmar que el terrorismo existe en todas partes: esto es una fácil simplificación, una amalgama que ofende a la inteligencia de los ciudadanos sensibles. La Alemania Federal ha sabido utilizar no se sabe qué procedimientos para eliminar al grupo Baader- -Meinhof, y ha cortado de raíz los atentados. En la mayor parte de los países de Europa el terrorismo es un mal residual y casi inexistente. En Italia y en España la situación es, por el contrario, muy grave. En Canadá no existe terrorismo político y en la conflictiva, tensa, y poderosa sociedad norteamericana no hay una sola organización que pueda compararse, en su peligrosidad y propósitos, a ETA. Hay terrorismo en Suiza, por llamar así al único hecho que ha producido un solo muerto en 1981, y hay terrorismo en Argentina, donde la cifra de muertos sobrepasa la cifra de treinta mil. Hay terrorismo en Holanda, donde se rompen escaparates y se queman banderas, y hay terrorismo en Camboya, donde en los últimos treinta meses han sido simplemente liquidadas un millón de personas. El segundo punto de reflexión es inesquivable en un país europeo, de larga tradición humanística y civilizadora. Nos referimos a la firmeza, a la lucidez, a la madurez del cuerpo social. Es algo indefinible, que quizá pueda explicarse mejor con un ejemplo: hace tres años que fue volado por los aires lord Mountbatten. Era la gran figura legendaria de la Guerra Mundial, un héroe de la Marina, primer lord del AlmíranFrancisco GIMÉNEZ ALEMÁN Manuel ADRIO Darío VALCARCÉL TELEFONOS: Redacción y Talleres: 435 3100 y 275 94 08 Publicidad: 435 18 90 Administración: 435 40 00 Suscripciones: 435 02 25 Apartado 43 Editor: Prensa Española, 5. A. tazgó, último virrey de la India, vizconde de Burma, por su comportamiento heroico en la guerra asiática, tío de la Reina... Un extraordinario personaje cuyo valor personal, talento y finura de espíritu sirvió de ejemplo paradigmática al inglés medio de nuestro tiempo. Lord Louis Mounbatten fue asesinado en el verano de 1979 mientras navegaba en un barquito familiar. No se conmovieron en un milímetro los cimientos ideológicos, espirituales, del sistema británico. Se mantuvo la fe en las instituciones, del mismo modo que se mantiene la fe en la vida el día en que un accidente monstruoso produce la muerte de treinta niños en el autobús de una escuela. Los diarios de Londres dieron el entierro con titulares melancólicos- -día de tristeza y esplendor- -mientras el viejo héroe era enterrado en medio de la solemnidad, el sol de agosto y el fervor popular. Pero hay una tercera reflexión: los accidentes, las tragedias en los pasos a nivel y los atentados terroristas se evitan, también, con buena infoniación. Buena información policial, en el caso de la Telefónica madrileña, y de los atentados con armamento semipesado en tres ciudades españolas. Tras lo ocurrido en los últimos días cabe poner en duda la pretensión del Gobierno sobre el completo éxito de la acción antiterrorista. La desarticulación de ETA es una conclusión cuando menos precipitada. Los hechos de ayer y anteayer, que han producido un muerto y ocho heridos, nos muestran que la estrategia terrorista no sólo no ha sido desarticulada, sino que se encuentra en el despliegue de una nueva fase, dotada de un plan preciso y de amplia operatividad. La escalada en medios aplicados se acompaña de una paralela ascensión de los objetivos. La ofensiva coincide con los próximos debates legislativos sobre el proceso autonómico (de donde pudiera surgir un principio de acuerdo con los partidos catalanes y vascos) y se acentúa cuando, curiosamente, llega el proceso final de integración de España en la Alianza Atlántica. No debe olvidarse este último punto. Al final, todo ello nos conduce a reconsiderar de nuevo las raíces del terrorismo. Cualquier intento de explicar el proceso terrorista trata de confundirse con una justificación Todo lo que no sea repetir que los terroristas son unos criminales es un desafío a los partidarios del simplismo a ultranza, denunciado como signo de condescendencia, como apología del delito. Por eso es alarmante comprobar cómo la unanimidad de la condena, inútil por obvia, coincide con la cuasi unanimidad en la ausencia de análisis. Como la locura o la criminalidad, el terrorismo tiene que ser asumido y científicamente estudiado por una sociedad adulta, que no puede escapar de un fenómeno humano. Porque todo fenómeno humano, por monstruoso que sea, necesita no la comprensión benevolente, por supuesto, sino el entendimiento, la inteligencia de lo que ocurre. Este es el punto de partida para aproximarse a la enfermedad y combatirla con eficacia. En los orígenes del terrorismo europeo hay, entre otras causas la decadencia de la fe en los ideales políticos de la sociedad democrática, la crisis de las ideologías. Un número creciente de jóvenes identificada acción política convencional y pacífica con el personalismo, el carrerismo, el compromiso egoísta, el oportunismo. La gran parte de esa juventud se aparta de esa vieja política, da la espalda al sistema y desprecia a los políticos. Una parte numerosísima se refugia en el epicureismo, la alienación o la pura irresponsabilidad. Y surge una minoría que no se resigna y, ante la inutilidad de mantener unos ideales en medio de la inautenticidad democrática, reduce su visión del mundo a un solo punto y entra en la espiral de la violencia. La manipulación, los intereses subterráneos y una infernal mecánica de las cosas hacen lo demás. A corto plazo, no hay más recurso que la petición de los partidos, que presenciamos, en demanda de una más eficaz información, de una más competente acción policial. Pero a medio plazo, no se resolverá el problema sin ascender hasta las fuentes sociales de donde nace la atracción por la violencia. Esas fuentes no pueden ser cegadas por la Policía. Solo una acción política y cultural, a largo plazo, puede devolver a la sociedad en general y a la juventud sobre todo el convencimiento de que los viejos ideales de libertad y justicia pue den ser alcanzados razonablemente, sin perder la dignidad personal, a través de la acción política, en una sociedad abierta.

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