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ABC MADRID 07-12-1977 página 13
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ABC MADRID 07-12-1977 página 13

  • EdiciónABC, MADRID
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E STOY leyendo Jos cuentos de hadas de madame d Auinoy: La bella de los cabellos de oro -El pájaro azul El enano amarillo El serpentón verde La gata blanca El príncipe jabalí La corza del bosque Siete cuentos muy bellos y representativos, que alcanzaron gran difusión y dieron fama a la autora. Madame d Aulnoy no- actuó sola. Al mismo tiempo que ella escribieron esta clase de cuentos alegóricos o feéricos madame de Lafayelt mademoiselle de la Forcé, de L heritior, de Scudery, de Villedieu, de Fontaine, do Murat, toda una constelación de hombres y mujeres que h a c í a n gala de mundanidad, de bel sprint y ellas, herederas de las preciosas ostentaban una fantasía exquisita, no exenta de extravagancia decorativa, en que la frivolidad y la seriedad, moral formaban una extraña y rara mezcla. Recordemos que los cuentos de Perrault, como los de madame d Aulnoy tenían al final una moralidad versificada. Es evidente que todos estos cuentos, que luego han pasado a los niños, fueron escritos para la sociedad de la época, para las damas y caballeros de salón, donde primeramente se leyeron. En seguida se difundieron entre el gran público cerno lectura recreativa. Como toda obra de arte, los cuentos de hadas, en general, y los de madama d Aulnoy, en particular, son objeto de diversas interpretaciones. Admiten desde una lectura superficial hasta una lectura profunda. Schiller reconoce que: Encontraba un sentido más profundo en (os cuentos de hadas que me relataban durante mi infancia, que en las verdades que la vida me mostraba. El poeta filósofo comprendía el profundo simbolismo que se encierra en estos relatos maravillosos. Estas son las mismas razones que aduce hoy- día el psicólogo Bruno Bettelheim en su libro The uses of enchantment cuando defiende los cuentos de hadas porque enriquecen la vida del niño, no sólo divirtiéndote, sino estimulando su imaginación y propiciando sus sentimientos positivos, ai enseñarte que hay que luchar contra las adversidades Y añade: Los cuentos de riadas, mientras le divierten, le aclaran su propia personalidad y favorecen el desarrollo de la misma. Hay tantos significados a niveles tan diferentes que enriquecen la vida del niño mucho más de lo que pudiera hacerlo cualquier libro, imposible de compararse a los cuentos de hadas. En tos cuentos de hadas es evidente que no se está a merced de tos azares de la vida, y los complicados obstáculos que hay que salvar, y las pruebas a las que hay que someterse, demuestran que el mundo no es fácil. Todo ello bajo la metáfora de hadas, brujas, espíritus, animales que hablan, naturaleza animada- -puede resumirse en alegoría y metáfora- -produce el encantamiento del lector y la salvación. ¿Qué significación, si no, tendría entonces el tema frecuentísimo de la metamorfosis, de esa maravillosa metamorfosis, que es una salvación final? El jabalí que se convierte en príncipe, la gata blanca en bella princesa, el serpentón verde en apuesta criatura, la ratita bondadosa en exquisita joven es el resultado de la lucha que termina en triunfo, unas veces por mor de la bondad, de la paciencia o de la perseverancia, pero siempre por una continuada e incansable actividad en pos del logro. También será así en La bella y la bestia de madaime Le Prinoe de Beaumont. Y en última instancia, nosotros mismos ¿no estamos, a veces, metamorfoseados en monstruos que esperan su liberación? ¿No era así el proceso de Segismundo en La vida es sueño cuando pasa de ser una fiera, un bruto, en su oscura caverna, a un oaballero que renuncia a sus instintos b e s t i a l e s? Como en un cuento de hadas Calderón realizó la más maravillosa de las metamorfosis. Así se despojan de sus pieles zoológicas tos caballeros y las damas de ios cuentos de madame d Aulnoy, y ¡renacen ellos, y se trans- LAS HADAS DE LA MODA DE MADAME D AULNOY LOS CUENTOS DE HADAS forman en seres bellísimos y radiantes en su nueva vida. Psicológicamente, la metamorfosis es el momento fantástico de la conversión. Es instantáneo. Es prodigioso. Es como un milagro. A veces se debe a un talismán, pero la mayor parte de las veces es la obra del propio carácter o de otro carácter íntimamente ligado al ser objeto de la metamorfosis. Y suele coincidir con el desenlace. Si consideramos las estructuras de los cuentos desde el punto de vista de la investigación como han hecho Stith Trompson y Vladhnir Propp al estudiar el cuento en general y los cuentos folklóricos, en ios de madame d Aulsoy observaremos que se cumplen las regias rituales de esta clase de narraciones. AJ principio una carencia y luego tina búsqueda, numerosos obstáculos para llegar al final feliz, aunque a veces haya alguna excepción. H a d a s buenas y hadas malas, la repetición del número de tres hermanos o de tres hermanas, siendo el pequeño y la pequeña diferentes. Y sobre todo la dualidad: princesa bella y princesa fea, y la reiteración, como ya hemos visto, de la metamorfosis. Esto hace que la lectura discurra conforme a unas reglas preestablecidas y el lector adivine muy pronto lo que va a suceder. Pero, no obstante, las estructuras más o menos fijas y adivinantes, como quien escribe es un poeta, toda esta urdimbre clasificada es esplendorosamente bella y coloreada: el serpentón verde, la gata blanca, el enano amarillo, el pájaro azul... El esteticismo más refinado está en las páginas de ios cuentos de hadas de madame d Aulnoy, no exenta de cierta exageración irónica propia de una feminidad consciente de sus desvarios. Ella adora los trajes de brocado, refulgentes de perlas, rubíes y esmeraldas, los terciopelos verdes cubiertos 5 de oro y las coronas de tiernos jazmines y rosas olorosas. En palacios de cristal y diamante se alojan las feéricas protectoras que, cuando emprenden sus viajes, van conducidas por corceles etéreos o en carruajes tirados por cisnes. Andresen y Grimm encontraron ya esta materia en los cuentos de hadas de madame d Aulnoy, y ¿qué decir de Osear Wilde, Mauricio Maeterlinck, el de El pájaro azul y de Rubén Darío a finales del XIX? ¿Y de la predilección de ítalo Calvino, su editor y comentarista italiano? En nuestros días, que tanto se han olvidado tos cuentos de hadas, en un prosaísmo destructor y seco, únicamente ios amantes de la música de Mozart podrán comprender al instante la belleza de este material poético que vuelve a revalorizarse. La. flauta mágica es como un cuento de hadas de madame d Aulnoy que, a su vez, parece una pequeña ópera. Y hasta el humor y la gracia de las óperas bufas mozartianas tiene mucho que ver con las ocurrencias divertidas y el espíritu cómico de la escritora. ¡Cómo se divierte madame d Aulnoy en la descripción de ios vestiditós del príncipe jabalí, que trata de parecer un roró distinguido! ¡Qué graciosa cuando explica que a la princesa la servían veinte tarros de confitura! Gracias a esta ironía y a estas ingeniosidades los cuentos adquieren tonos tornasolados. Tanta belleza, tanta fantasía e imaginación no pudieron impedir que casi al tiempo, en 1699, el abate Villiers elevara su voz contra este desbordamiento de la feerle La polémica de ios cuentos de hadas estaba iniciada y duraría hasta nuestros días. Es la misma polémica que suscitó eí teatro español y el conceptismo. Inútil. Se ha iniciado el retorno a las hadas en el mundo contemporáneo, y hoy volvemos ios ojos para contemplar el desfile presuroso de los espíritus elementares en su cabalgadura nocturna entre los b o s q u e s mientras parejas de amantes los persiguen. Entremos por primera vez en el bosque encantado, donde van a tener lugar tantas metamorfosis. Carmen BRAVO- VILLASANTE 13

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